El City desfigura al Tottenham
El equipo de Guardiola alarga a 16 el r¨¦cord hist¨®rico de victorias consecutivas en Inglaterra tras el sometimiento de un Tottenham que acab¨® dando patadas desquiciado
El Manchester City desfigur¨® al Tottenham en el Etihad. Donde hab¨ªa orden, sembr¨® el caos, donde hab¨ªa disposici¨®n de dominio provoc¨® sometimiento. Convirti¨® a jugadores nobles como Harry Kane en desaprensivos desesperados capaces de romperle la pierna a un rival en plena crisis de nervios. Hizo que jugadores competentes como Winks se comportasen como novatos y que un portero veterano como Lloris se dejara hacer un ca?o atroz. El resultado, un 4-1, fue lo natural, dada la exhibici¨®n que consolida el liderato del equipo que dirige Guardiola y ampl¨ªa la racha de victorias a 16. El r¨¦cord hist¨®rico de triunfos seguidos en Inglaterra se endurece. La posteridad agrandar¨¢ esta haza?a. Por m¨¢s que en estos d¨ªas los incr¨¦dulos digan que fue m¨¢s sencillo de lo que parece, dado el enorme potencial disponible. Nada m¨¢s lejos de la verdad.
Sus cr¨ªticos m¨¢s reticentes restan m¨¦rito a Guardiola bajo el argumento de que siempre dirigi¨® a los equipos m¨¢s potentes y, as¨ª, es f¨¢cil destacar como entrenador. La historia reciente del Manchester City desmonta esta tesis.
Basta con echar la vista atr¨¢s. Hace un par de a?os Otamendi sufr¨ªa defendiendo lejos de su ¨¢rea; y ahora sale y entrega el primer bal¨®n con aplomo. Fernandinho hab¨ªa perdido su lugar en el f¨²tbol y ahora es dif¨ªcil encontrar un mediocentro que le iguale en precisi¨®n. De Bruyne era un atacante sufriente y gordito que fatigaba para desplazarse con continuidad y desde hace un a?o se comporta como un interior inagotable capaz de actuar como extremo duplic¨¢ndose en una misma maniobra. A Sterling le entusiasmaban m¨¢s los aros que la pelota, y antes de alcanzar el ecuador de esta temporada, con 11 tantos, ya ha completado su mejor registro goleador en un curso. Ag¨¹ero era un jugador acomodado en su condici¨®n de ¨ªdolo indiscutible de la hinchada que desde hac¨ªa tiempo solo met¨ªa goles en partidos irrelevantes. Hace semanas que Ag¨¹ero alterna el banquillo con la titularidad. Ha dejado de ser imprescindible pero juega cada vez mejor y es m¨¢s decisivo.
Ag¨¹ero fue sustituido en el minuto 58 por Gabriel Jes¨²s. El partido iba 1-0 despu¨¦s de largos periodos de dominio del City: hasta el descanso, cinco remates entre los tres palos contra ninguno de su rival. El m¨¢s certero, a bal¨®n parado, y por la v¨ªa menos previsible. Gundogan cabece¨® el c¨®rner y puso a sus compa?eros en ventaja. Escapando a la marca de Alli, el alem¨¢n se impuso en un terreno en el que no se presupone superioridad al City. La realidad demuestra que incluso a bal¨®n parado sus futbolistas f¨ªsicamente menos dotados son capaces de superar a sus adversarios.
Guardiola ha modificado los h¨¢bitos de hombres que no quer¨ªan ni sab¨ªan cambiar; ha transformado las tareas de futbolistas que solo hac¨ªan una cosa bien; ha elevado el esp¨ªritu de una plantilla que se contentaba con tener los mejores salarios del mercado a cambio de ofrecer un esfuerzo mediocre. Ha conseguido amalgamar al City hasta que once jugadores act¨²en como una unidad all¨ª donde la tendencia a la dispersi¨®n es mayor: en las transiciones. Como prendidos de un mismo hilo, todos reaccionan sincronizados cuando pasan de atacar a defender y de defender a atacar. La armon¨ªa es continua. Tambi¨¦n sin su mejor futbolista. Este s¨¢bado Silva no fue convocado. Seg¨²n la versi¨®n oficial, el espa?ol deb¨ªa atender asuntos personales.
La entrada de Jes¨²s coincidi¨® con la crecida. El personaje fue Kevin de Bruyne. El catalizador, una patada terrible. Poco despu¨¦s de que Kane se lanzara en plancha contra la tibia de Sterling, una roja exonerada; Alli, en otro gesto arrebatado de impotencia, salt¨® para caer sobre el tobillo de De Bruyne. El impulso y el peso concentrado en los tacos imprimieron fuerza para romper hueso. Por lo que sea, De Bruyne se libr¨® de la fractura. Intacto tras la revisi¨®n m¨¦dica, sigui¨® jugando. Y no solo jug¨® mejor de lo que lo hab¨ªa hecho. Fue el revulsivo que acab¨® con la resistencia del Tottenham.
El Tottenham sac¨® de banda en campo rival y perdi¨® la pelota. Fernandinho meti¨® el pase vertical, dividi¨® la presi¨®n y super¨® una l¨ªnea; Gabriel Jes¨²s recibi¨® de espaldas en el medio y abri¨® r¨¢pido a la izquierda. Por all¨ª De Bruyne desbord¨® a la defensa. Apareci¨® como extremo y cruz¨® el zurdazo. Fue el 2-0. Poco despu¨¦s el belga provocar¨ªa un penalti (fallado por Jes¨²s) y desencadenar¨ªa el 3-0 de Sterling, tambi¨¦n autor del 4-0 en pleno derrumbe del Tottenham. Con ca?o a Lloris incluido.
La labor de Pep Guardiola, tantas veces publicada, iluminada, reproducida y c¨¦lebre, permanece, en gran medida, invisible. Conseguir que un equipo juegue como lo hace el City es mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece.
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