Fernando Torres eleva al sufrido Atl¨¦tico de Simeone
Un gol del Ni?o derrota al Alav¨¦s y coloca a su equipo segundo en la clasificaci¨®n
Cuando el reloj apretaba, cuando la presi¨®n de dejar escapar la oportunidad de asaltar el segundo puesto, cuando Simeone ten¨ªa que desplegar su coreograf¨ªa de agitador de la hinchada, Fernando Torres apareci¨® por el segundo palo para empujar una curva rasa y precisa de Vrsaljko. En esos contextos tan exigentes est¨¢ teniendo que pelear un puesto y minutos Torres. Cada partido est¨¢ empujado a reivindicarse. Y cuando lo logra, como anoche, la grada es una fiesta. Un tributo hacia un futbolista que m¨¢s all¨¢ de sus aciertos o errores, juega cada partido como si fuera el ¨²ltimo. Cuando Torres marca, el Metropolitano, como antes el Calder¨®n, es una explosi¨®n de identidad. Su aparici¨®n fue definitiva para que el Atl¨¦tico se a¨²pe a esa segunda plaza y le sangre el colmillo ante el horizonte que le puede avecinar al cl¨¢sico si logra imponerse el pr¨®ximo s¨¢bado en Cornell¨¢.
La alineaci¨®n de Simeone apunt¨® de nuevo hacia el sufrimiento. A un partido trabado y trabajado. En casa, contra el Alav¨¦s, volvi¨® a salir con los cuatro mediocentros de salida. Quiz¨¢ habr¨¢ que preguntarse si el eterno parto que suele ser cada victoria rojiblanca no responde a tanta precauci¨®n, a buscar m¨¢s el equilibrio que el desequilibrio. A esos cuatro mediocentros de los que tres de ellos est¨¢n obligados partir desde banda seg¨²n el d¨ªa o el rival. Anoche, de inicio, les toc¨® a Thomas y a Sa¨²l. Cuando los cuatro se empe?aron en jugar por dentro aquello era un pegote de f¨²tbol insoportable, sin m¨¢s profundidad que los intentos vac¨ªos de Filipe y Vrsaljko.
Frente a esa carrocer¨ªa pesada, el Alav¨¦s se protegi¨® bien y se estir¨® con atrevimiento con Burgui, Ibai, Pedraza y Munir.
De esa propuesta r¨¢cana de Simeone qued¨® un inicio intenso, una intenci¨®n de querer jugar en campo contrario y apenas un disparo a puerta. Un zurdazo de Sa¨²l desde fuera del ¨¢rea que desvi¨® un defensa del Alav¨¦s. Fue mejor el Alav¨¦s en ese gris primer tiempo. Con ese sello de Abelardo de apostar por un equipo ordenado y de alto voltaje en defensa y de no tener complejos para salir o presionar arriba a la m¨ªnima que se pueda. Era otro Alav¨¦s y Simeone tuvo que rectificar en el descanso para poder meterle mano. Sent¨® a Thomas y dio paso a Correa. El partido ped¨ªa a gritos un futbolista distinto. Un jugador capaz de romper con la planicie de jugar con cuatro mediocentros.
Correa le cambi¨® el aire al Atl¨¦tico. Lo hizo con m¨¢s alboroto que rotundidad, pero el Alav¨¦s comenz¨® a sentirse m¨¢s amenazado. Ya no se sent¨ªa tan confiado para intentar aventuras en ataque. Se entreg¨® a la defensa del empate y lo mantuvo hasta el ¨²ltimo cuarto de hora. Hasta ese doble cambio en el que Simeone sent¨® a Sa¨²l para dar entrada a Carrasco y a Gameiro para meter a Torres.
La carga del Atl¨¦tico ya apuntaba a desesperada. Koke enganch¨® con Correa, que antes de hilar con Vrsaljko, raj¨® al Alav¨¦s por el medio. La rosca del croata, la segunda consecutiva que suponen tres puntos, la hizo buena El Ni?o. Un tanto que certific¨® otro triunfo del sufrimiento que marca los biorritmos de este Atl¨¦tico de Simeone. La pregunta es si en determinados partidos es necesario tanto pulm¨®n.
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