El Espanyol acaba con el invicto Atl¨¦tico
Un gol de Sergio Garc¨ªa en una excelente jugada al final decidi¨® un partido muy t¨¢ctico y con pocas ocasiones
La trayectoria del Atl¨¦tico invicto termin¨® en Cornell¨¤. Y sucedi¨® en el momento m¨¢s inesperado y menos oportuno para los rojiblancos, en las v¨ªsperas del cl¨¢sico, cuando los muchachos de Simeone quer¨ªan presionar al Barcelona por el liderato de la Liga. El Espanyol se visti¨® de Atl¨¦tico y Sergio Garc¨ªa ejerci¨® de Fernando Torres. El gran ¨ªdolo de la hinchada blanquiazul firm¨® el gol cuando las agujas del reloj llegaban al minuto 90. No hab¨ªa mejor manera para finalizar el a?o en casa del Espanyol ni peor para el mudo Atl¨¦tico.
Acab¨® la espera para Diego Costa. Ni Vietto ni Gameiro, tampoco el gran ¨ªdolo Fernando Torres, pusieron en jaque el puesto que Simeone tiene reservado desde hace meses para el hispano-brasile?o. El t¨¦cnico argentino no encuentra m¨¢s soluciones para su pizarra que cambiar al hombre que acompa?a a Griezmann en ataque; ante el Espanyol, Torres tuvo su premio tras sellar la victoria rojiblanca frente el Alav¨¦s. Pero El Ni?o anda espeso. Un mal contagioso en el Wanda; sin gol ni juego, es dif¨ªcil tirar siempre de ¨¦pica.
Cornell¨¤ pareci¨® un futbol¨ªn. Los muchachos de Simeone y los de S¨¢nchez Flores bailaban de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, todos bien juntos cerca de la medular. La pelota no sufr¨ªa, solo cambiaba de due?o sin protestar, sin riesgo para las zagas ni coqueteos en las porter¨ªas. Con Gabi y Koke bien cerca de God¨ªn y Savic; Sa¨²l, m¨¢s cerca del c¨ªrculo central que de la l¨ªnea de cal, no despega en la banda. Mucho menos Thomas, duro en la marca, sin tino para romper en el mano a mano. Juego de espacios sin espacios entre los volantes y tampoco profundizaban Vrsaljko y Filipe Luis, bien tapado por la pizarra de Quique.
Pero si Torres y Griezmann pasaban desapercibidos, Oblak paseaba como Pedro por su casa bajo el larguero de Cornell¨¢.
Un error de Filipe Luis en la salida de la pelota habilit¨® a Sergio Garc¨ªa, que mand¨® a correr a Baptistao. El brasile?o encar¨® a Oblak, pero ni eso alter¨® al meta rojiblanco. El 11 dud¨® entre rematar o probar una vaselina. Se qued¨® a medio camino. Ni se tuvo que estirar el portero. Entonces, cuando parec¨ªa que el duelo arrancaba despu¨¦s de dos correr¨ªas de Griezmann por el ala izquierda, todo volvi¨® a la normalidad. Solo un piscinazo del franc¨¦s (ni protest¨®) levant¨® a la hinchada que, por pedir algo, quer¨ªa amarilla para el delantero.
Cambios decisivos
Al Espanyol le sentaba bien el silencio. Para un equipo acostumbrado a terminar en la lona con los grandes, un empate ante al Atl¨¦tico le sab¨ªa a miel, mucho m¨¢s despu¨¦s de arrimarse al fin de la primera vuelta con un ojo en la zona baja. Pero mientras a S¨¢nchez Flores le atenazaba el temor del descenso, a Simeone lo obligaba la ilusi¨®n de tocarle los talones al Bar?a.
El t¨¦cnico cambi¨® alguna pieza con atrevimiento: el revoltoso Correa sali¨® por el seguro Thomas y, goleador por goleador, Gameiro ocup¨® la plaza de Torres. Y la afrenta del Cholo la aprovech¨®, de entrada, el Espanyol. Sergio Garc¨ªa sac¨® un tiro raso y potente que bes¨® el palo derecho de Oblak. Fue entonces, cuando el Espanyol y el Atl¨¦tico saltaron al ring. Golpe por golpe. Amenaz¨® Gameiro, despu¨¦s de un gran pase en profundidad de Griezmann, pero su remate cay¨® manso en las manos de Pau. Contest¨® Moreno, y tuvo la misma respuesta del meta del Atl¨¦tico. La revancha qued¨® a pies de Piatti, que organiz¨® la contra, Gerard reparti¨® para Sergio Garc¨ªa y el 9 fundi¨® a Oblak. Una novedad para el Espanyol, que no acostumbra a cantar grandes victorias; tambi¨¦n para el Atl¨¦tico, que no perd¨ªa a domicilio desde el 12 de diciembre del a?o pasado.
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