El Atl¨¦tico golea al Lleida con un genuino regreso de Diego Costa
El delantero contribuye en su estreno con un tanto a la goleada de su equipo y ense?a todo su repertorio de desmarques y batalla
Nada es normal en Diego Costa. Todo es histri¨®nico en su figura. Su esperado regreso fue tan estruendoso como agitado. Marc¨® al minuto de salir y en la celebraci¨®n, tras arrodillarse en la hierba y se?alar con los dedos al cielo, emergi¨® renqueante cuando se deshizo la pi?a de compa?eros que fueron a felicitarle. El gol fue muy suyo. Una anticipaci¨®n en el primer palo para desviar la pelota con la pierna derecha. Entr¨® con todo al remate y se llev¨® el planchazo de Trilles. No teme Costa en esas ocasiones en las que olisquea el gol. Su carrera est¨¢ plagada de ese tipo de acciones y sus piernas de cicatrices y agujeros de tacos, como los que se incrustaron anoche en su tibia. Como dijo Vitolo, ¡°mete la pierna hasta en un ventilador¡±. El par de minutos que estuvo atendido detr¨¢s de la porter¨ªa fueron tensos. Su debut, la contundente victoria del Atl¨¦tico de Madrid?en Lleida, su gol, parecieron quedar en un segundo plano. Simeone no le quitaba el ojo desde el banquillo. Solo pareci¨® tranquilizarse cuando pudo dialogar con ¨¦l y le vio regresar al terreno de juego para volver a hacer lo suyo. Tirar desmarques, estirar al equipo al primer bal¨®n largo que corri¨®, encararse con Satr¨²stegui, el robusto central del Lleida, y provocar faltas con sus conducciones. Costa en estado puro, regal¨¢ndole secuencias que su entrenador a?oraba desde el primer d¨ªa que se fue al Chelsea.
Antes de la entrada de Vitolo y de ese reestreno estelar de Costa, el Lleida padeci¨® la ley m¨¢s severa del Atl¨¦tico de Madrid. Se top¨® de bruces con ese equipo que con poco hace mucho. De nada le vali¨® a los locales llevarse la primera media hora. Fueron m¨¢s intensos. Le hicieron entender a los jugadores de Simeone que en cada impacto a¨¦reo iban a crujir las v¨¦rtebras y en cada bal¨®n raso iban a retumbar el choque de punteras y empeines. Por momentos, el combate de Radulovic con God¨ªn y Gim¨¦nez rezum¨® esas batallas de los arietes cl¨¢sicos contra los centrales por marcar territorio desde el f¨ªsico. Lo mismo sucedi¨® con los mediocentros, cuando el fornido Moustafha apison¨® a Augusto. Tambi¨¦n tuvo el Lleida jugadores que se dedicaron a la filigrana. Iv¨¢n Agudo y Manu Molina honraron el aire especial que siempre desprenden esos dorsales. El aura de la numerolog¨ªa futbolera no conoce de categor¨ªas. Un siete y un diez siempre tienen algo distinto. Agudo ense?¨® pierna izquierda en varios toques y tuvo el 1-0 en una contra que finaliz¨® en el pecho de Moy¨¢, perfecto en el achique del espacio en su salida. Poco antes, Manu Molina hab¨ªa glorificado su condici¨®n de diez con una rabona ante Carrasco para salir de la presi¨®n. En esa primera media hora surgieron todas las dudas que emergen en el Atl¨¦tico en algunos partidos. Falta de autoridad para someter a un rival inferior y falta de juego. Hay veces que no se sabe si realmente es m¨¢s necesario el gol de Diego Costa o el f¨²tbol que le pueda dar Vitolo.
Apenas hab¨ªa dado se?ales de vida el Atl¨¦tico en ese desconcertante primer tercio. Solo un aviso de God¨ªn a bal¨®n parado que luego reprodujo protagonistas en el gol. Carrasco templ¨® una falta al punto de penalti y el uruguayo meti¨® la coronilla para desviar la pelota y ajustarla al palo izquierdo de Oliveros. Ah¨ª fue cuando el Lleida tuvo conocimiento de esa virtud tan demoledora de los rojiblancos. A la segunda jugada a bal¨®n parado, gol. Y con cinco minutos de juego fluido, liderados por Sa¨²l y la velocidad y la cintura de Carrasco, el segundo golpe. Un pase filtrado de Sa¨²l al belga, un cambio raso a la derecha de este a Gameiro y el pase cruzado cazado por Fernando Torres en el segundo palo. En siete minutos, el equipo de Simeone finiquit¨® la eliminatoria. Ya se dedic¨® a aguantar el entusiasmo del Lleida y a esperar los dos grandes estrenos: Vitolo y Diego Costa. Vitolo form¨® a la izquierda y Costa acompa?¨® a Gameiro, con Griezmann retrasado a la derecha, que hizo el cuarto con una falta que entr¨® tras tocar en la barrera.
A partir de ahora, Simeone cuenta con el plantel m¨¢s potente y con m¨¢s recursos desde que aterriz¨® en el banquillo del Atl¨¦tico en diciembre de 2011. Y sobre todo, cuenta con el delantero que mejor interpreta su libreto: aguantar y golpear. El Atl¨¦tico m¨¢s puro con el Costa m¨¢s genuino.
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