El Villarreal deja al Real Madrid por los suelos
El equipo amarillo vence por primera vez en su historia en el Bernab¨¦u y acent¨²a la crisis de los de Zidane, que ya se ven apurados hasta en los puestos de Champions
La Liga ha convertido al campe¨®n en un gui?apo. Los n¨²meros del Real Madrid, zurrado tambi¨¦n por el Villarreal, subrayan su extraordinaria bancarrota: con un partido menos cierra la primera vuelta a 16 puntos como m¨ªnimo del Bar?a, con solo cuatro goles de Cristiano y con trece puntos volados en el Bernab¨¦u. Un colapso total. En Chamart¨ªn se ha declarado el estado de terror. Si la segunda unidad no pudo en casa con el Fuenlabrada y el Numancia, los centuriones de Zinedine Zidane lo mismo se abatieron en suelo propio con el Betis que con el Bar?a y el Villarreal.
Los de Calleja no solo fundieron al Madrid en el segundo tiempo, sino que lograron la primera victoria de su vida en el Bernab¨¦u. Y tan descarrilado va este Madrid que los castellonenses, a un solo punto, ya le pelean hasta el ¨²ltimo puesto clasificatorio para la pr¨®xima Copa de Europa. De traca.
Zidane fue Zidane y de nuevo dio carrete al que tiene por equipo A, por equipo al rescate. Solo le alcanz¨® para un primer tiempo meritorio. Luego, ya tras el descanso, se hizo cenizas. Una pel¨ªcula ya muy vista. A fogonazos, pero hasta el intermedio el f¨²tbol de los blancos tuvo mejor rima que el de ese Real Madrid tan gripado de las ¨²ltimas jornadas. Esta vez, durante 45 minutos, fue un equipo invasivo, sin titubeos a la hora de encapsular al Villarreal. Nadie, ni Cristiano ni Bale, eludi¨® la faena para trabar el juego que intentaba articular el cuadro castellonense desde su porter¨ªa. Es un equipo que repudia los pelotazos. Y el Madrid se dispuso con remangue para enchironarle, para anudar su f¨²tbol. Durante muchos tramos, el grupo de Zidane logr¨® su prop¨®sito y el Villarreal se hizo un ovillo.
Empotrados los amarillos en su barrac¨®n, los madridistas acumularon ocasiones de gol. La mala punter¨ªa del Cristiano m¨¢s terrenal que se recuerda y la excelente actuaci¨®n de Asenjo dejaron seco al Real. Cu¨¢nto m¨¦rito tiene este portero jabato, invencible hasta para sus malditas rodillas. De inmediato lo comprobaron Marcelo y CR, cuyos diab¨®licos remates fueron abortados por el meta palentino.
Colonizado el Villarreal por la presi¨®n alta de los locales, el Madrid apenas se sinti¨® amenazado durante el primer acto. Calleja cuenta con una notable columna de centrocampistas. Gente con botas de seda como Trigueros, Fornals y, sobre todo, Rodri, el mejor proyecto de Busquets que vislumbra el f¨²tbol espa?ol. Como el catal¨¢n, juega tan bien con la pelota como sin ella. Pero por virtud madridista, en muchos trances del duelo todos los mediocampistas visitantes se vieron m¨¢s obligados al pico y la pala que a la arquitectura. Hasta el segundo tramo, no hubo secuencias de Keylor, bien blindado por Nacho con un par de bloqueos ante un par de escaramuzas del colombiano Bacca. Con Bakambu en El Dorado chino, al conjunto de La Cer¨¢mica le falta metralla.
Con Modric y Kroos a los remos, el Madrid tir¨® de todo el arsenal salvo el de Bale, tan discreto que jam¨¢s encontr¨® la porter¨ªa de frente. Y mucho menos con espacios, como tanto le gusta. La colonizaci¨®n blanca del primer tiempo en territorio amarillo redujo las rendijas al gal¨¦s, al que se le invalid¨® un gol por claro fuera de juego. Cristiano, m¨¢s agitador que su camarada brit¨¢nico, sigue desafinado. En un reto a solas con Asenjo fue cualquier futbolista menos Cristiano. La picada del luso se le fue como casi nunca se le iba al portugu¨¦s. Lo mismo que el ¨²ltimo remate antes del intervalo. En los morros del siete, al que trastabill¨® Mario en lo que pudo ser penalti, irrumpi¨® una vez m¨¢s Asenjo. Son tiempos, puede que moment¨¢neos, de otro CR.
El segundo tiempo subray¨® el desplome blanco tras los descansos. Le sucedi¨® contra el Bar?a y en Vigo. Otra vez el partido se le hizo m¨¢s bien eterno. El propio equipo se hizo largo, ya mucho menos compacto. Lo advirti¨® el Villarreal, con mayor control, con sus virtuosos centrocampistas m¨¢s sueltos. Cheryshev, que en sus primeros pasos a punto estuvo de abrir la lata, le dio otro despegue y sin acorralar a Keylor, el cuadro valenciano enfoc¨® mejor el choque.
Enfrente, el Madrid perdi¨® mordida y fluidez. Abus¨® y abus¨® de centros desde los costados, o de tiros de Kroos al mu?eco. Difuminado Isco, nadie le dio vueltas a las jugadas, casi todas muy previsibles para gozo de la firme zaga de los de Calleja. Asenjo ya tuvo sosiego y ni el lazo de Zidane a Asensio y Lucas orient¨® de otra forma al Real.
Tan atormentado se vio el Madrid, que un saque de esquina a su favor le pill¨® destartalado. Lo suficiente para que Rodri, que tiene muchas luces, citara en carrera a Cheryshev. El ruso cruz¨® la pradera y asisti¨® a Unal, al que Keylor fren¨® en primera instancia. El rebote cay¨® a Fornals, que sell¨® un golazo versallesco. Con un toque de palanca con la zurda, el castellonense anot¨® un gol tan pict¨®rico como hist¨®rico. Otro azote may¨²sculo para este Madrid liguero en ruinas. Siniestro total para los blancos. Gloria desconocida para el Villarreal en su primer brindis por todo lo alto en Chamart¨ªn. En un Chamart¨ªn perplejo ante una crisis que se perpet¨²a sin que nadie advierta el remedio. Y lo que es peor para este Madrid: sus actores asumen el elocuente diagn¨®stico pero no dan con las causas. O eso dicen. Mal asunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.