Athletic y Real Sociedad, un siglo de mal humor
La rivalidad comenz¨® con el nacimiento de ambos clubes y solo ha ido alterando los motivos
A pesar del estruendo que supone que un jugador de la Real Sociedad sea fichado por el Athletic, de una forma hostil que aparentemente pone en armas a unos y otros, la realidad es que la rivalidad entre ambos clubes es cong¨¦nita y fue en el pasado m¨¢s violenta que la actual. La Sociedad de Foot-ball de San Sebasti¨¢n se fund¨® en 1907 y particip¨® en el campeonato de Espa?a utilizando el nombre del Club Ciclista San Sebasti¨¢n para cumplir con los requisitos de la competici¨®n, denomin¨¢ndose oficialmente Sociedad de Football de San Sebasti¨¢n. Ese mismo a?o se proclam¨® campe¨®n de Espa?a. El Athletic se hab¨ªa creado en 1898. Y el primer conflicto salt¨® en 1909, en el campo de Ondarreta, cuando MacGuiness marc¨® en fuera de juego y el Athletic, tras las protestas y una fuerte bronca, abandon¨® el terreno de juego para regresar poco despu¨¦s. El peri¨®dico Heraldo de Madrid titul¨® lo sucedido como una sentencia para el futuro: ¡°San Sebasti¨¢n contra Bilbao¡±. El Athletic protest¨® en una carta al director, donde tras pedir disculpas por el error de abandonar el campo, exig¨ªa del p¨²blico que guardase con ¡°los sportmen forasteros las debidas consideraciones en lugar de traducir su apasionamiento en irritantes e incultas manifestaciones de odio¡±.
As¨ª empezaron las fraternales relaciones entre ambos clubes vascos que han vivido, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, su ¨²ltima confrontaci¨®n con el caso de I?igo Mart¨ªnez. En aquellos tiempos, se sucedieron las espantadas, a?o tras a?o (hoy no acudo yo, hoy no acudes t¨²), los enfrentamientos entre aficiones, los finales a bastonazos en los albores del siglo XX. Incluso una denuncia del conjunto donostiarra, contra los extranjeros ilegales el Athletic profesionales brit¨¢nicos encubiertos que no cumpl¨ªan con la legislaci¨®n deportiva espa?ola. A ra¨ªz de aquello, el Athletic decidi¨® que ning¨²n extranjero volver¨ªa a jugar en el equipo rojiblanco.
En 1989, 80 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, la Real Sociedad, abrumada por los fichajes de Bakero, Beguiristain y L¨®pez Rekarte por el Barcelona y el temor permanente al Athletic, que acab¨® fichando a Loren en una ruinosa operaci¨®n econ¨®mico-deportiva, decidi¨® dar por finalizada su pol¨ªtica de jugar solo con futbolistas vascos y abrir su plantilla al mercado de extranjeros (Aldridge fue el primero en llegar en 1989). Lo que vino despu¨¦s fue un rosario de contrataciones con algunos aciertos, much¨ªsimos errores y demasiadas estridencias y fracasos sonoros. En 2002, la Real ampli¨® el mercado y fich¨® a Sergio Boris, del Oviedo, primer jugador espa?ol, no vasco ni extranjero, cerrando el c¨ªrculo de su mercado futbol¨ªstico. La transici¨®n estaba hecha.
De Heynckes a Toshack, m¨¢s all¨¢ de las fronteras
La rivalidad entre Athletic y Real la escenificaron sin pelos en la lengua dos entrenadores de acusada personalidad. Jupp Heynckes, tan alem¨¢n, tan campe¨®n del mundo, dijo que los mejores jugadores vascos deber¨ªan estar en San Mam¨¦s. ¡°Mi equipo ten¨ªa que estar subvencionado por las instituciones p¨²blicas¡±, afirm¨®. Toshack, t¨¦cnico de la Real, salt¨® como un resorte: ¡°Ya estoy harto de que que el Bilbao muestre desprecio por todo lo dem¨¢s. Lo ¨²nico que le faltaba era un alem¨¢n¡±. ¡°A m¨ª la Real me importa menos que un accidente de bicicleta en China¡±, respondi¨® Heynckes, y as¨ª hasta que ambos zanjaron, por cansancio, la pol¨¦mica. La rivalidad vasca (a la que luego se a?adi¨® Osasuna, a donde acudi¨® y acude el Athletic muy a menudo) hab¨ªa traspasado sus propias fronteras un siglo despu¨¦s.
¡°Iremos a por el crack del vecino¡±, declar¨® sin ambages el entonces presidente del Athletic, Pedro Aurtenetxe, poco antes de que pagase 300 millones de pesetas por el fichaje de Loren, delantero centro de la Real Sociedad. ¡°Sin estar mal en Bilbao, puede que fuese una mala decisi¨®n a nivel deportivo¡±, afirm¨® el actual director deportivo de la Real en la presentaci¨®n de H¨¦ctor Moreno, fichado tras la marcha de I?igo Mart¨ªnez al Athletic. Antes dej¨® una fase para el misterio: ¡°El motivo de mi traspaso solo lo sabemos las personas que estaban entonces en la Real y yo mismo (¡) y las circunstancias ahora son completamente diferentes¡±.
Lo cierto es que su caso fue el primero de los pocos que ciertamente han alterado las d¨¦biles relaciones entre ambos clubes. Desde entonces han sido muchos los futbolistas que han cogido la A-8, la autopista que une Donostia y Bilbao, usando el carril en direcci¨®n a la capital vizca¨ªna. Pero pocos han sido decisivos: Iturrino, Billabona, Zubiaurre (importante judicialmente), Xabi Castillo, D¨ªaz de Cerio, Elustondo..., entre otros, han tenido un papel muy menor en el Athletic. Pero han valido para avivar el incendio.
El caso de Loren desat¨® los conflictos institucionales entre ambos clubes, que han llegado hasta el presente: ruptura de relaciones (una figura diplom¨¢tica) y cl¨¢usulas anti- Athletic en los traspasos, que a¨²n hoy se exigen en la plantilla. Pero la gran revoluci¨®n la protagoniz¨® el fichaje de Joseba Etxeberria, cuando el Athletic abon¨® los 550 millones de pesetas de su cl¨¢usula, con solo 17 a?os tras un gran Mundial sub-17 en Qatar. Eso s¨ª se pareci¨® a la guerra de 1909 entre Athletic y Real. Con ins¨®lita madurez, Etxeberria encaj¨® los golpes y su familia sufri¨® la desidia de sus vecinos en Elgoibar.
Etxeberria, Zubiaurre...
En el Athletic se tiene la sensaci¨®n de que la Real (directivos y aficionados) celebran, o asumen, que sus futbolistas fichen por otros equipos que no sean el Athletic. Nadie reprocha a Illarramendi que se fuera al Real Madrid, o a Xabi Alonso al Liverpool, a Uralde o L¨®pez Ufarte al Atl¨¦tico. Y Etxeberria colm¨® su vaso eligiendo Bilbao. El hoy entrenador del Amorebieta (club convenido al Athletic en 2?B) nunca entendi¨® por qu¨¦ Uranga, presidente de la Real, estaba dispuesto a venderlo al Betis y no al Athletic.
El problema, sin embargo, trasciende a los conflictos de vecindad, esos que nacieron ya en la placenta de ambos clubes. La Real reclamaba el respeto a su huerto de cantera, en un presunto acuerdo t¨¢cito que el Athletic nunca ha hecho suyo. La cantera rojiblanca siempre la ha definido en todos los territorios vascos y por lo tanto en todos los equipos sin establecer fronteras ni aranceles, m¨¢s all¨¢ del pago de las cl¨¢usulas o los acuerdos econ¨®mico-deportivos con equipos de cantera de otras ciudades vascas. El Antiguoko donostiarra ha sido un permanente caballo de batalla entre ambos clubes. El caso de Zubiaurre, fichado por el Athletic en 2005, lleg¨® a los tribunales en un largo proceso que acab¨® condenando al Athletic al pago de cinco millones por un futbolista que solo pudo jugar cuatro partidos antes de emigrar a la Segunda Divisi¨®n y convertirse en un fracaso judicial.
Pero la historia contin¨²a. I?igo Mart¨ªnez ha sido el ¨²ltimo eslab¨®n de una historia interminable. Las redes sociales amplifican cualquier enfado. El excentral de la Real parece preparado para soportar la presi¨®n en el cl¨¢sico que resta esta temporada en Anoeta. Muy lejos quedan los tiempos en que Rafa Iriondo, de la m¨ªtica delantera del Athletic, acab¨® jugando en la Real. Alguien tan volc¨¢nico como Javier Clemente , tan vizca¨ªno, tambi¨¦n se sent¨® en Anoeta, lo mismo que Amorrortu, responsable habitual de la cantera de Lezama (y por lo tanto de muchas de las acciones del Athletic en Gipuzcoa). Eran otros tiempos, par¨¦ntesis en la batalla, como aquellas cenas de fraternidad que seg¨²n los veteranos dicen que hac¨ªan jugadores de ambos equipos.
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