La paz devuelve el gran ciclismo a Colombia
Nairo, Ur¨¢n, Henao, Gaviria y los mejores colombianos compiten por primera vez en su pa¨ªs desde que son figuras mundiales


Junto a la meta de Palmira, las plantaciones de ca?a se pierden el horizonte como hace el mar y los j¨®venes lamentan su extensi¨®n infinita que todo lo arrasa, enriquece a uno y convierte en esclavos a sus peones y aniquila cualquier diversidad que la naturaleza haya generado.
Pese al calor h¨²medo de verano interminable, Lucho Herrera, muy p¨¢lido como siempre y no tan delgado como antes, se baja hasta los pu?os las mangas del ch¨¢ndal rotulado con el anagrama de Pinturas Tito Pab¨®n que viste para hacer publicidad de su patrocinador. Debe protegerse. Le ha dado tanto el sol que hace a?o le aparecieron lunares malignos. Hac¨ªa muchos a?os que no estaba en una carrera ciclista y mira a su alrededor con una mirada entre extra?ada y melanc¨®lica, callada. A su lado, se forma una cola de cazadores de aut¨®grafos que termina a los pies de Mario S¨¢bato, el periodista que comenta la carrera para ESPN. S¨¢bato observa solo al ¨ªdolo ciclista de hace 30 a?os y dice a los chavales que le reclaman, ¡°pero c¨®mo me ped¨ªs aut¨®grafos a m¨ª teniendo al lado al Jardinerito Lucho Herrera¡ ?Es que no lo conoc¨¦is? ?Es que no sab¨¦is que es el m¨¢s grande ciclista colombiano de la historia?¡±
Colombia est¨¢ formada por regiones geogr¨¢ficas relativamente aisladas y de dif¨ªcil comunicaci¨®n, dicen los libros de historia, que no aclaran que fue la bicicleta, y la primera Vuelta Ciclista a Colombia, en 1951, el instrumento y la competici¨®n que hizo a los colombianos, entonces empe?ados en una sangrienta guerra civil, saber que les un¨ªa la geograf¨ªa, que se pod¨ªa ir en bicicleta del valle del Magdalena al valle del Cauca, atravesar las cordilleras y ascender a los altiplanos de Boyac¨¢ y Antioquia y descender a las riberas del Pac¨ªfico. Un ciclista entonces, Efra¨ªn Forero, el Indomable Zipa, un ¨ªdolo que escal¨® en bicicleta antes que nadie hasta los 3.600 metros del P¨¢ramo de Letras, le rob¨® los titulares en los peri¨®dicos a la violencia.
Los chavales y algunos m¨¢s grandes solo conocen a Nairo y a Rigoberto Ur¨¢n, y eso a Herrera no le importa. Al contrario. Todos los d¨ªa se sorprende de que tanto tiempo despu¨¦s de sus haza?as, de su victoria en el Alpe d¡¯Huez y en una Vuelta, a¨²n haya gente que le reconozca, y dice que le emociona. Y tambi¨¦n le llega al alma que los ciclistas de ahora se reconozcan sus herederos y lo reclamen igual que ¨¦l, el Jardinerito de Fusagasug¨¢, se reclama hijo de Rafael Antonio Ni?o y todos veneran a los padres fundadores del ciclismo colombiano, Efra¨ªn Forero, Ram¨®n Hoyos y Mart¨ªn Cochise, la corriente que fluye desde los a?os 50. A todos los une la condici¨®n de escarabajos, el s¨ªmbolo patrio del que m¨¢s orgullosa se siente Colombia, una naci¨®n a la que el ciclismo le da identidad, y a los colombianos sentido de pertenencia, en la que el ciclismo es siempre, m¨¢s que la paloma, el s¨ªmbolo de la paz.
¡°Solo gracias a la paz se pueden organizar eventos as¨ª en este pa¨ªs¡±, dice Nairo Quintana, el l¨ªder del ciclismo colombiano de ahora, uno que conoce la historia y el presente de su ciclismo y que busca siempre dar un sentido a sus actos. La paz de la que habla es el proceso negociador entre el Gobierno y la guerrilla que lentamente se asienta. El evento al que se refiere es la Colombia Oro y Paz, la carrera que se disputa esta semana en el Valle del Cauca y el eje cafetero. En ella, las figuras extranjeras ocupan puestos de relleno en los mejores equipos del mundo, el Sky, el Movistar, el EF, el Quick Step, cuyos l¨ªderes, aqu¨ª y al otro lado del oc¨¦ano, son colombianos, la nacionalidad m¨¢s buscada en el ciclismo del siglo XXI. Y estos, las figuras colombianas, regresan como pr¨®digos a competir a su pa¨ªs, que abandonaron j¨®venes para hacerse grandes en Europa, y se emocionan agobiados y acosados por un p¨²blico numeros¨ªsimo, una afici¨®n pegajosa y feliz, que les atruena los o¨ªdos. Gozan por primera vez, a?os despu¨¦s de haberse ido, del derecho de todos los grandes deportistas a sentirse ¨ªdolos en su propio pa¨ªs.
En este sentido de trascendencia que tom¨® la carrera no extra?¨® a nadie que fuera el propio presidente de la rep¨²blica, y padre el proceso, Juan Manuel Santos, quien el martes agarrara en la Palmira azucarera la bandera a cuadros y diera personalmente en persona la salida a la primera etapa. ¡°El deporte en general une a los pa¨ªses; el ciclismo nos une a todos los colombianos¡±, dijo un mandatario consciente, como todos, de que la violencia ha sido la gran tragedia y el gran fracaso de la sociedad colombiana. ¡°La Vuelta a Colombia naci¨® en las ¨¦pocas m¨¢s duras, y el deporte fue siempre un factor de uni¨®n y no de desuni¨®n. La paz nos est¨¢ abriendo oportunidades de todo tipo, y una de ellas es esta carrera¡±.
Hace 32 a?os, Lucho Herrera le gan¨® a Bernard Hinault un Cl¨¢sico RCN en la ¨²ltima ocasi¨®n en la que las grandes figuras mundiales llegaron a correr a Colombia. Fue antes de la ¨²ltima era de violencia, la de narcos, paramilitares, ej¨¦rcito y guerrilla que ya parece apagarse. Todos desean que la Oro y Paz de 2018 no sea la ¨²ltima, sino la primera de una serie interminable. Ser¨ªa el s¨ªmbolo de la riqueza de su ciclismo, el s¨ªmbolo, claro, de que la paz triunf¨®.
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