Espa?a roza el Mundial tras un triunfo hist¨®rico ante Ruman¨ªa

El pelotazo del rugby nacional tiene fecha y lugar: el 18 de febrero de 2018 en el Central de Madrid. La selecci¨®n de los orgullosos afrancesados logr¨® su gesta y si cumple el gui¨®n jugar¨¢ en Tokio el partido inaugural del Mundial de Jap¨®n ante los anfitriones. Ah¨ª es nada. Cay¨® Ruman¨ªa, una selecci¨®n de post¨ªn que ha disputado todas las citas mundialistas, que solo hab¨ªa ca¨ªdo dos veces ante el XV del Le¨®n en 60 a?os (33 victorias) con palizas como el 64-8 de 2011. Ven¨ªan de ganar 85-6 a Alemania en un campo vac¨ªo, pero no contaban con las olas de una caldera de 15.600 espectadores a rebosar.

El rugby espa?ol, sin rumbo tras su ¨²nica participaci¨®n en un Mundial en 1999, ha encontrado la f¨®rmula. A falta por ahora de una competici¨®n m¨¢s profesionalizada, el plantel se ha surtido con franceses con descendencia espa?ola ¨Csolo tres de los 15 titulares han nacido en Espa?a¨C o que residen desde hace a?os aqu¨ª. No siempre pueden venir; el salario lo pagan los clubes franceses. Con un compromiso intachable, la llegada paulatina de efectivos en los ¨²ltimos a?os ha cuajado con nota. Fue la tarde del medio-mel¨¦ Guillaume Rouet liderando la delantera y de los h¨¦roes an¨®nimos de la defensa.

No pudo pedir mejor arranque el XV del Le¨®n. El ala Fonovai le dio la tarjeta de visita a Charly Mali¨¦ con un placaje al cuello y se march¨® al banquillo con la amarilla. Espa?a se plant¨® rauda en campo rival y cocin¨® a fuego lento la jugada, con movimientos muy seguros de la delantera hasta desequilibrar a los rumanos por su flanco derecho. La embestida de dos rivales desbocados no impidi¨® el posado de Be?at Auzqui. Fallaban los rumanos en inferioridad y el delicioso Mali¨¦ hac¨ªa diabluras cuando cazaba un bal¨®n con espacio por delante. Se tropez¨® cuando rozaba el ensayo tras una internada brillante, pero Ruman¨ªa no tuvo tiempo a recuperar el orden y Sebastien Ascarat ensay¨® tras una patada al hueco del apertura Mathieu Belie. Espa?a hab¨ªa canjeado la superioridad con un estruendo: 10-0.

Incluso cuando los Robles lograron situarse y se quedaron a cent¨ªmetros de ensayar, Espa?a tuvo respuesta. Ascarat vio la amarilla por entorpecer la jugada, pero los Leones ofrecieron una defensa heroica de siete minutos en su ¨²ltima guarnici¨®n sin conceder un solo punto. Mel¨¦ tras mel¨¦, los rumanos exhibiendo m¨²sculo y forzar el ensayo de castigo. No lleg¨® y cuando el oval se le cay¨® de las manos a Valent¨ªn Ursache el impulso an¨ªmico de los espa?oles era infinito. Si alguno no cre¨ªa, ah¨ª se arm¨® de razones.

La aguerrida defensa espa?ola desquici¨® a Ruman¨ªa, siempre a remolque. La ventaja al descanso (13-3) no hizo confiarse a los Leones, que met¨ªan cada peque?o ahorro en el banco. Hab¨ªa que ganar por m¨¢s de siete puntos para que los Robles no sumaran el punto bonus defensivo y adelantarles en la clasificaci¨®n. El margen de la victoria es superior a la derrota en Bucarest el a?o pasado, as¨ª que Espa?a estar¨ªa por delante en caso de empate. As¨ª que hay dos puntos de colch¨®n para los dos ¨²ltimos partidos ante rivales en teor¨ªa asequibles como Alemania y B¨¦lgica. Dos victorias y sumar un punto bonus ofensivo ¨Canotar tres ensayos m¨¢s que el rival¨C dejan sin opci¨®n a los rumanos.

Los Robles vendieron cara su derrota, pero claudicaron ante una defensa que convirti¨® la heroica en rutina. Se volcar¨ªan en zona noble espa?ola pero siempre llegaba el placaje doble, el manotazo oportuno. El maul, la plataforma fetiche de los rumanos, fue derribada una y otra vez. Si llegaban a coger la pelota cuando sacaban de banda, claro. Espa?a arriesgaba, persegu¨ªa el bal¨®n en el placaje y Ruman¨ªa no mantuvo la compostura. Cada golpe de castigo era ox¨ªgeno y Brad Linklater anot¨® cuatro en el segundo tiempo.

Toc¨® sufrir porque la potente trasera de Ruman¨ªa, con tonganos y neozelandeses, derrib¨® al fin la muralla y Fakosilea pos¨® tras una ruptura poderosa de Fonovai. Con todo, los rumanos estaban a un ensayo de perder con punto bonus y salir vivos de Madrid. Pero el bal¨®n cay¨®, como tantos otros, en un campo de leones furiosos. ¡°Estamos tan acostumbrados a ganar mundiales que se olvida de lo que es clasificarnos. Eso es muy grande y la gente lo tiene que saber¡±, apuntaba el capit¨¢n Jaime Nava mientras empezaba la invasi¨®n. El sue?o se le qued¨® peque?o a Espa?a.