Y si el Atl¨¦tico¡
El equipo de Simeone es el ¨²nico que aguanta a un Bar?a inaguantable y se ha ganado el derecho a so?ar
Agazapado se hab¨ªa mostrado hasta ahora el Atl¨¦tico, al calorcillo de sus victorias por la m¨ªnima, benditos y adormecedores como eran esos 1-0 o 0-1 que la defensa m¨¢s fiable que puebla el f¨²tbol europeo, e incl¨²yase en ella a un portero gigantesco, convert¨ªa en un tesoro. As¨ª transitaba el Atl¨¦tico por la Liga, sin una voz m¨¢s alta que otra, hasta que el domingo al equipo le dio por el despendole all¨¢ en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, feudo del Sevilla, una plaza de complicada conquista. Independientemente de los errores del Sevilla, que los tuvo hasta el sonrojo, el grupo de Simeone ejecut¨® un partido fabuloso, en el que a su habitual solidez t¨¢ctica a?adi¨® una clarividencia atacante de la que, pensaba el m¨¢s com¨²n de los mortales, carec¨ªa. Fue Griezmann quien abander¨® el desmadre y Diego Costa quien abri¨® la caja de los truenos, aprovechando un fallo grosero de Banega para inaugurar la goleada.
Y eso que Costa, como es habitual, se las tuvo tiesas no ya con la defensa (o algo as¨ª) del Sevilla sino con el ¨¢rbitro. Es el delantero del Atl¨¦tico y de la selecci¨®n algo pendenciero y los jueces no le perdonan una, con o sin raz¨®n. Su situaci¨®n contrasta con la de Luis Su¨¢rez, a cuyo lado Diego Costa es Heidi, y que suele irse de rositas incluso cuando, como ocurri¨® en el partido entre el Bar?a y el Girona, hace lo imposible para que le saquen una tarjeta. Pero est¨¢bamos con el Atl¨¦tico, no con bulas ajenas. M¨¢s all¨¢ de la labor de Diego Costa, en el Pizju¨¢n se jug¨® a lo que quiso Sa¨²l, con Griezmann en el papel de francotirador. El franc¨¦s ha puesto la directa y lejos quedan los tiempos en los que el Metropolitano la tomaba con ¨¦l por aquello de que flirteara (y lo de flirtear se queda corto) con otros equipos o, sencillamente, porque se limitara a obedecer a su entrenador en el c¨¦sped. Hasta hace unos d¨ªas el (no) juego del Atl¨¦tico era tan noticioso como el duelo de s¨ªmbolos que parec¨ªa haberse establecido entre Simeone y Fernando Torres. La afici¨®n, incapaz de elegir entre pap¨¢ y mam¨¢, dict¨® combate nulo. Pero no lo es. Porque esa refriega la gana Simeone. Y no por camorrista, papel que ha adoptado en sus ¨²ltimas manifestaciones sobre El Ni?o, sino porque ¨¦l tiene el poder, todo el poder, y lo va a seguir teniendo. Por no hablar de que su hoja de servicios no tiene parang¨®n en la historia del club.
El caso es que el Atl¨¦tico es el ¨²nico que aguanta a un Bar?a inaguantable y en esa tarea, y como una nueva muestra de que el f¨²tbol hace extra?os compa?eros de cama, tiene el apoyo incondicional del madridismo, si no en pleno, casi. El pr¨®ximo fin de semana acude el Atl¨¦tico al Camp Nou con la idea, y contando con que antes haya superado al Legan¨¦s en el partido del mi¨¦rcoles, de frenar a los azulgrana, que acumulan la friolera de 32 partidos seguidos sin perder en la Liga. Y es que el Atl¨¦tico, tras su fiasco en la Champions, se ha ganado el derecho a so?ar. Sobre todo si, una vez recuperado el f¨²tbol, no lo vuelve a abandonar a golpes de 1-0 que, contra el Bar?a, le servir¨ªa de bien poco mientras Messi no se jubile. Y se ha ganado ese derecho el Atl¨¦tico porque le avala un dato ins¨®lito, del que ning¨²n otro puede presumir: es el ¨²nico equipo de Europa que en los ¨²ltimos cuatro a?os ha sido capaz de birlar un t¨ªtulo de los importantes a Madrid o Barcelona. Han le¨ªdo bien: el ¨²nico.
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