Peligra la participaci¨®n de Iniesta ante el Chelsea

Primero se dio un topetazo en la cadera tras un salto que se descontrol¨® en el aire y que acab¨® de bruces en el suelo. Iniesta se quejaba del dolor, pero nada que le preocupara. Poco despu¨¦s, sin embargo, tras salir airoso de un duelo ante Vrsaljko, se puso la mano en la parte posterior del muslo y saltaron las alarmas. ¡°Espera, espera un poco¡±, le respondi¨® por dos veces al t¨¦cnico Ernesto Valverde, preocupado por contar con uno menos en el campo, pero sobre todo por la posibilidad de perderle m¨¢s tiempo en caso de que se rompiera del todo.

Con el gol de Messi de falta ¨Csuma tres jornadas consecutivas, cosa que nadie logr¨® en los ¨²ltimos 30 a?os-, Iniesta se acerc¨® a la banda para hablar con el m¨¦dico Ricard Pruna, para pedir una bola extra y ver si realmente hab¨ªa sido un susto o una certeza. Cinco minutos despu¨¦s, lo tuvo claro. Iniesta baj¨® la cabeza, perdi¨® la mirada y pidi¨® el relevo con las manos. Cinco minutos m¨¢s tarde, cansado de tocar el bal¨®n cuando ya no le tocaba, tir¨® la pelota fuera porque quer¨ªa que su equipo estuviera con 11 y no con 10 y medio. Le supli¨® Andr¨¦ Gomes, todo un contraste para el p¨²blico, que ovacion¨® hasta la saciedad al 8 pero que expres¨® disconformidad con el portugu¨¦s. Una vez llegado al banquillo, Iniesta se frot¨® la cabeza con las manos y lanz¨® alg¨²n que otro resoplido porque ya sab¨ªa que dif¨ªcilmente podr¨¢ jugar ante el Chelsea en la vuelta de los octavos de la Champions, dentro de dos mi¨¦rcoles. ¡°Lesi¨®n en el b¨ªceps femoral de la pierna derecha. Pendiente de m¨¢s pruebas ¨Cse le har¨¢n este lunes por la ma?ana- para saber el alcance exacto de la lesi¨®n¡±, se?alaron desde el ¨¢rea de comunicaci¨®n azulgrana. Por lo que, como m¨ªnimo, estar¨¢ dos semanas de baja.

Otro que dio el susto fue Piqu¨¦, que de nuevo evidenci¨® jugar con dolor y qui¨¦n sabe qu¨¦ m¨¢s en su rodilla derecha, con una venda desde que tuviera un encontronazo con Gerard Moreno en la Copa. Calent¨® Vermaelen, enmudeci¨® el Camp Nou y Piqu¨¦, pasado el primer minuto del golpe (uno que le dio Thomas en su ¨ªmpetu por robarle la pelota), ense?¨® la mano para pedir calma, para decir que pod¨ªa continuar. No tuvo la misma suerte Iniesta.