El Olympique de Marsella retrata al Athletic
El conjunto franc¨¦s, agarrado a la clase de Payet y los goles de Ocampos, supera de principio a fin al conjunto rojiblanco
La pomada europea hab¨ªa contenido las heridas del Athletic proporcion¨¢ndole paz en medio del tormento. Pero las hemorragias no se suturan con ung¨¹entos ocasionales, y al equipo de Ziganda le fallan todos los ¨®rganos de su cuerpo. Ante el Marsella convulsion¨® desde que pit¨® el ¨¢rbitro, y aunque tuvo su breve canto del cisne, lo inevitable acab¨® por suceder. No logr¨® evitar una merecida derrota que complica sobremanera sus posibilidades de eliminar al cuadro franc¨¦s en San Mam¨¦s, un equipo imperfecto que escondi¨® perfectamente sus verg¨¹enzas y presumi¨® de todo aquello que dispone. Y por los visto sobre el V¨¦lodrome, parece suficiente para anular por completo al equipo rojiblanco, que sigue sin encontrar su reflejo ante el espejo.
En 44 segundos se pueden hacer pocas cosas. Aunque el margen temporal es escaso, en el mundo del deporte la manera en la que el tiempo avanza es relativa. En f¨²tbol, por ejemplo, el tiempo es en muchas ocasiones un elemento moldeable. Un equipo puede decidir hacer en segundos lo que a otro le lleva horas tan solo imaginar. En el V¨¦lodrome el Olympique de Marsella decidi¨® que madrugar ser¨ªa buena idea y nada m¨¢s pitar el ¨¢rbitro el comienzo tres de sus jugadores se intercambiaron la pelota hasta que un cuarto, Ocampos, la envi¨® ante la par¨¢lisis del Athletic al fondo de la porter¨ªa de Herrer¨ªn.
Semejante carta de presentaci¨®n no impidi¨® que el equipo de Rudi Garc¨ªa pretendiera cerrar el partido antes del primer cuarto de hora, pues para hacer bien las cosas el tiempo siempre es un buen aliado. Y se puso a ello cuando Payet, tras recibir un magn¨ªfico e involuntario pase de Etxeita dentro del ¨¢rea, solt¨® ese l¨¢tigo que tiene por pierna derecha y convirti¨® el mal despertar de los rojiblancos en una pesadilla real.
No parec¨ªa capaz de reaccionar el Athletic, incapaz de demostrar ning¨²n tipo de habilidad para resolver ninguna circunstancia ofensiva. No es el equipo de Ziganda un bloque en el que las conversaciones duren m¨¢s de tres pases. Para eso hay que hablar el mismo idioma y no parece que haya ning¨²n traductor en la sala. Mientras tanto el Marsella pens¨® que si hab¨ªa logrado un doblete en un cuarto de hora el resto de los que estaban por venir no supondr¨ªan m¨¢s que un mero tr¨¢mite. Y as¨ª fue hasta que contra todo pron¨®stico los rojiblancos encontraron un alfiler dorado en medio del pajar. Un penalti por manos de Rami (que no fue) lo convirti¨® Aduriz en el ¨²ltimo minuto de la primera mitad hidratando a un equipo seco.
Sin embargo, si el tiempo es a veces moldeable la fortuna es siempre perecedera, y cuando no hay fichas sobre la mesa la partida no resulta equiparable. El Marsella, con Payet enchufado y Ocampos amargando la existencia a De Marcos, volvi¨® a ejecutar un juego ofensivo con desborde por banda que termin¨® por aniquilar a los de Ziganda. El volante argentino super¨® de nuevo a Herrer¨ªn con un disparo mordido que resbal¨® por debajo de los brazos del portero del Athletic.
Mantuvo el pist¨®n alto el equipo franc¨¦s, escarmentado por el golpe de la primera parte y apenas permiti¨® que los vascos asomasen el morro por el ¨¢rea de Mandanda. Remend¨® la banda derecha Ziganda dando entrada a C¨®rdoba y Lekue pero el desequilibrio del Marsella no encontraba fronteras. A punto estuvo Ocampos de lograr el triplete tras una cabalgada preciosa de Payet pero su remate picado lo despej¨® de forma acrob¨¢tica Etxeita. Fue la ¨²nica acci¨®n que celebr¨® el defensa en todo el partido. Y es que el Athletic est¨¢ para pocas florituras y de Francia se trajo un ara?azo con tres cent¨ªmetros de grosor.
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