Espa?a se da un fest¨ªn real y est¨¢ a un triunfo del Mundial de rugby

El XV del Le¨®n se subi¨® a la ola que vive en rugby en Espa?a y est¨¢ a un triunfo de hacerse con el billete para el Mundial del a?o que viene en Jap¨®n. El Rey Felipe VI asisti¨® al Central de Madrid, su segunda visita al rugby tras la multitudinaria final de Copa en Valladolid de 2016, y la selecci¨®n arroll¨® sin paliativos a Alemania. Tras la haza?a ante Ruman¨ªa, 15.800 espectadores volvieron a llenar el vetusto estadio madrile?o en una fiesta que el mal tiempo no pudo impedir. Con la Webb Ellis Cup ¨Cel trofeo del campe¨®n del Mundial¨C de gira por Espa?a, el rugby patrio se empe?a en mostrar a un pa¨ªs habituado a ganar mundiales lo que significa clasificarse para uno.

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Si Espa?a cumple el pron¨®stico y vence el pr¨®ximo domingo en Bruselas, entrar¨¢ en su segundo Mundial ¨Cestuvo en 1999¨C por la puerta grande: jugar¨¢ contra Jap¨®n el choque inaugural. ¡°No hemos llegado hasta aqu¨ª para tirar un trabajo de cuatro a?os por la borda¡±, apuntaba el capit¨¢n, Jaime Nava, en uno de sus discursos motivadores. Con ¨¦l animando la fiesta y el benepl¨¢cito de Loquillo, Feo, fuerte y formal apunta a himno oficioso de la selecci¨®n. Nava y los suyos repitieron la receta y doblegaron al rival con una delantera potente, una defensa s¨®lida y las diabluras de los bajitos. El resultado era certeza a la media hora y empezaron las olas en el Central.

Antes de sumergirse en un caos, Alemania jug¨® un papel esencial para el camino de Espa?a al Mundial. Porque el a?o pasado los germanos esgrim¨ªan un proyecto ambicioso con el dinero del magnate de la alimentaci¨®n Hans-Peter Wild y derrotaron a Ruman¨ªa en el primer partido de la clasificaci¨®n. Sin ese traspi¨¦, los rumanos tendr¨ªan su billete para Jap¨®n por los puntos bonus ofensivos. Alemania no refrend¨® su campanada y lleg¨® la crisis entre el mecenas y la federaci¨®n. Wild se compr¨® el Stade Fran?ais parisino y la pol¨¦mica sobre su influencia en la organizaci¨®n federativa desemboc¨® en una huelga. La selecci¨®n, vapuleada ante B¨¦lgica la semana pasada, vive en una endeble interinidad y nunca hab¨ªa perdido por tanto ante Espa?a.

Que el saque inicial alem¨¢n se marchase fuera sirvi¨® de presagio. Espa?a fue prudente tirando a palos los dos primeros golpes de castigo, pero la sangr¨ªa de ensayos no tardar¨ªa en llegar. El apertura Mathieu Belie gener¨® el primero con una carrera paciente, esperando que las aguas se abrieran a su paso, y encerr¨® a los alemanes con patadas atinadas. En el esfuerzo por neutralizar uno de sus env¨ªos, un alem¨¢n concedi¨® un saque propicio de touch que Espa?a canje¨® ensayando con su maul. Guillaume Rouet asegur¨® un tempo alto en las cargas de los delanteros y Mathieu Peluchon supli¨® con nota a un jugador diferencial como Charly Mali¨¦, ausente por el nacimiento de su hijo.

Premio para los menos habituales

La defensa espa?ola, que tan ag¨®nicamente resisti¨® ante los rumanos, no dio opci¨®n a una Alemania que solo ten¨ªa el orgullo de sus delanteros. Ganaba metros sin bal¨®n el XV del Le¨®n, robaba balones y desarbolaba a la defensa germana, siempre a contracorriente. Cualquier cabalgada espa?ola se encontraba con una autopista de plata. Tambi¨¦n resisti¨® Espa?a cuando los alemanes se plantaron a un metro del ensayo al filo del descanso (39-0). Tan negro lo vieron los germanos que se saltaron una m¨¢xima del rugby ¨Ccuando el partido est¨¢ perdido, el orgullo exige buscar el ensayo¨C y tiraron a palos para quitar el cero de su marcador.

Espa?a aprovech¨® para premiar a los menos habituales en una convocatoria para cubrir las bajas cuando los clubes franceses se niegan a liberar a sus jugadores. Santiago Santos dispone de un plantel amplio y delanteros como An¨ªbal Bon¨¢n o Fernando L¨®pez aprovecharon su oportunidad para hacer dos marcas. Lleg¨® la lluvia y Brad Linklater puso el broche al encuentro ensayando bajo palos con el tiempo cumplido. La selecci¨®n brind¨® el triunfo al Rey y el capit¨¢n le incluy¨® en el corro final que celebr¨® la victoria. Fabien Perrin le dio su camiseta con el 13, un regalo casi natural de la Espa?a afrancesada a un Borb¨®n. El rugby volvi¨® a so?ar despierto a una semana de asegurar su sitio en el tercer evento deportivo m¨¢s importante del mundo.