El mundo se queda sin frascos de orina para los controles antidopaje

Berlinger AG es una s¨®lida y antigua empresa textil suiza, la creadora de la cinta al bies, a la que la primera gran crisis del dopaje, la del caso Festina en 1998, dio una oportunidad ¨²nica de negocio y a la que la ¨²ltima, hasta hora, crisis de la lucha contra el dopaje, el caso Rusia, ha forzado a regresar a sus especialidades de origen y al sector de term¨®metros industriales, otra de sus ramas.

La mayor¨ªa de los frascos oficialmente inviolables en los que se conserva y transporta la orina de los aproximadamente 300.000 controles anuales en todo el mundo los fabricaba las dos ¨²ltimas d¨¦cadas Berlinger, que el domingo pasado anunci¨® por sorpresa que se retiraba del mercado. La decisi¨®n, precedida de varias denuncias que pon¨ªan en duda la seguridad de sus sistemas de cierre, ha causado sorpresa y provocado preocupaci¨®n en el mundo de la lucha antidopaje, liderado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que ve a?adido un problema de soluci¨®n complicada a su larga lista de cuitas. Los responsables, que no han cuantificado el stock del que disponen, admiten que es posible que se tenga que reducir el n¨²mero de controles por falta de material fiable.

La empresa brit¨¢nica Versapak, la vedette del kit antidopaje antes de la irrupci¨®n de Berlinger, que contaba con todo el apoyo de los poderes mundiales del deporte radicados, todos, en Suiza, ya ha anunciado su disposici¨®n a ocupar el vac¨ªo. ¡°Estamos seguros de que podremos asegurar la continuidad de los programas de control de dopaje en el deporte¡±, ha declarado su presidente, Ian Denny Anderson. ¡°Ahora mismo trabajamos con la AMA y Berlinger para gestionar el proceso transitorio y cubrir la demanda mundial¡±.

Mientras, los centenares de inspectores de dopaje de las agencias nacionales antidopaje y de las diferentes federaciones internacionales est¨¢n reclamando kits Berlinger para tenerlos en stock y poder responder a las peticiones de controles. Cada inspector suele mantener en su poder unos 50 kits. El precio de cada uno ronda los 30 euros. Tambi¨¦n disponen los inspectores de una cinta adhesiva dotada de un c¨®digo diferente cada 15 cent¨ªmetros para dotar de un segundo sello a los frascos.

Como la de todos los males que sacuden la autocomplacencia occidental, la culpa de la ruina la tienen, evidentemente, los rusos y Putin, m¨¢s en concreto su servicio secreto, el FSB, heredero de la KGB.

Fueron agentes del KGB con unos destornilladores m¨ªnimos los que durante los Juegos de Sochi se dedicaron a abrir y cerrar sin dejar huella los frascos de orina de sus compatriotas para dar el cambiazo con orina limpia por las noches. Los frascos, de vidrio, eran los llamados Bereg Kit y pose¨ªan una rosca met¨¢lica. Para evitar que pudieran forzarse sin dejar huella, Berlinger modific¨® el modelo y cre¨® despu¨¦s de los Juegos de R¨ªo el Bereg Kit Geneva, que deb¨ªa haberse utilizado en los Juegos de Pyeongchang. Los frascos siguen siendo de vidrio, pero la rosca es de pl¨¢stico y cuando e intenta violentar se rompe. Sin embargo, este modelo no lleg¨® a la cita ol¨ªmpica coreana. Semanas antes varios laboratorios de diferentes pa¨ªses alertaron de que el frasco se cerraba mal y de que se abr¨ªa solo si se congelaba la muestra. Incluso, y la AMA ya lo ha reconocido, algunos frascos se resquebrajaban en el congelador.

La situaci¨®n se hizo insostenible para la m¨¢s que centenaria Berlinger, que ni encontr¨® soluciones t¨¦cnicas que satisficieran a las exigencias de la AMA, responsable de que ning¨²n deportista positivo pueda reclamar que su orina fue manipulada, ni se encontr¨® con ¨¢nimos para seguir con una tarea que comenzaba a generarle publicidad negativa.

Cuando el n¨²mero de controles antidopaje anuales era una tercera parte que en la actualidad, y antes de la entrada en vigor del pasaporte biol¨®gico, que multiplic¨® los controles de sangre, una especialidad tambi¨¦n cubierta por Berlinger, el principal proveedor de frascos inviolables era la brit¨¢nica Versapak. Su sistema de seguridad (el frasco de vidrio se encerraba en una c¨¢psula de pl¨¢stico que se cerraba con unas pesta?as pl¨¢sticas) no convenc¨ªa del todo ni a inspectores ni a laboratorios. Se sab¨ªa que al ba?o mar¨ªa las pesta?as se pod¨ªan abrir y volver a cerrar sin dejar huella, y algunos laboratorios rechazaban las muestras de Versapak.

Perdi¨® mercado y venta, que ahora recuperar¨¢, aunque sus responsables no han indicado c¨®mo podr¨¢n responder a las demandas de la AMA.