River le gana una final a Boca 42 a?os despu¨¦s y es campe¨®n de la Supercopa

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Boca vs. River por la Supercopa argentina, en vivo y en directo

De aquel ¡°gol fantasma¡± de 1976 a esta final s¨²per medi¨¢tica entre River y Boca

River Plate y Boca Juniors. Boca Juniors y River Plate. El cl¨¢sico de siempre. Ese que demuestra en cada edici¨®n que no importa el antes ni el despu¨¦s. Que cada partido escribe una p¨¢gina en una rica historia de rivalidad. Ese odio, esta vez, no pas¨® la frontera del folklore y, a pesar de algunos hechos aislados, no se registraron peleas ni incidentes de gravedad. A pesar que desde muy temprano, camisetas de uno y otro se cruzaron en plazas, calles, restaurantes y bares de la ciudad. En cierta forma, puede decirse que la final de Supercopa que gan¨® River, fue un triunfo del f¨²tbol que Argentina se deb¨ªa desde hace muchos a?os. El que juegan rivales, y no enemigos.

Desde el primer minuto de juego se vieron las intenciones de cada uno. River, urgido por un presente lleno de fantasmas, en el que no le sale una, fue a presionar bien arriba en el campo rival. El objetivo era tener la pelota aunque muchas veces no sepa que hacer con ella. Boca, a pesar de que se trataba de otro torneo, jug¨® con la parsimonia y comodidad con la que lo hace en la Superliga, el torneo en el que marcha puntero desde hace m¨¢s de un a?o y le lleva 23 puntos a su eterno rival. El mismo con el que se reencontraba esta noche en Mendoza, a 1.000 kil¨®metros de Buenos Aires. El objetivo, aprovechar la lentitud de los defensas rivales y esperar alg¨²n error que deje a sus delanteros mano a mano con Armani, que mostr¨® seguridad en las tres primeras jugadas serias de ataque en su ¨¢rea.

Sin embargo, el orgullo herido de los de Gallardo, especialistas en los 'mata mata', fue suficiente para conseguir la ventaja parcial. Un centro perdido qued¨® en los pies de Ignacio Fern¨¢ndez, uno de los mejores del conjunto millonario, y en lugar de mandar el centro, combin¨® con el Pity Mart¨ªnez que le devolvi¨® el bal¨®n para que remate, pero fue trancado por Cardona y el ¨¢rbitro cobr¨® penal. A los 18 minutos, Mart¨ªnez lo cambi¨® por gol y River se puso en ventaja. A partir de all¨ª, comenz¨® otro partido. Un partido en el que Boca no pudo salir del aburguesamiento con el que entr¨® en el campo y sus l¨ªneas quedaron desconectadas, como la mayor¨ªa de los m¨®viles presentes en el estadio, a pesar del anunciado debut del "anillo digital" con wifi gratis para todos, y que fue para nadie.

Boca sali¨® a buscar el empate en el segundo tiempo pero se encontr¨® con una muralla digna de un sue?o de Donald Trump. A poco m¨¢s de tres meses de llegar a River, Franco Armani tuvo su noche consagratoria. El portero tuvo al menos cuatro intervenciones que eran seguras ca¨ªdas, y que resolvi¨® con personalidad, sobre todo en una doble tapada ante Fabra y N¨¢ndez que termin¨® con una contra letal manejada por la otra figura del encuentro, Ignacio Fern¨¢ndez, y el gol de otro Ignacio, Scocco, para poner el 2 a 0.

Los 15 minutos restantes estuvieron marcados por un dominio de pelota de Boca, que, a¨²n sin ideas, inquiet¨® a una defensa de River decidida a vender cara la derrota (o el empate). Boca careci¨® de juego asociado y mostr¨® una vez m¨¢s falta de car¨¢cter en partidos por eliminaci¨®n directa. Esta vez no hubo gol fantasma, como en 1976, y el propio River supo dominar a sus fantasmas.

Lo gan¨® River porque Boca entr¨® a jugar el partido como si se tratara de la Superliga. Como si a un equipo con otro los separaran los 23 puntos que se imponen en el f¨²tbol dominguero. Entonces, sus creativos -Cardona, Tevez y Pablo P¨¦rez- se perdieron en un toqueteo intrascendente para que a los delanteros apenas les llegue la pelota. Fue Pav¨®n, en el sector izquierdo el que intent¨® fabricarse sus propias jugadas de ataque, pero se impuso con un viejo gladiador -y exBoca- Jonatan Maidana, que esta vez s¨ª supo trabajar en equipo con su joven ladero, el pibe Gonzalo Montiel.

Lo gan¨® River porque tuvo m¨¢s hambre o, mejor dicho, mayor verg¨¹enza deportiva. Se puede creer que los de Gallardo tambi¨¦n salieron a jugarlo a sabiendas de esos 23 puntos que los dividen, pero tambi¨¦n confiando en que una victoria en este partido podr¨ªa callar a propios y extra?os y, por que no, servir de base para comenzar una nueva etapa de cara a la Copa Libertadores que est¨¢ en juego. Entonces, cada pelota dividida fue de Ponzio o Enzo P¨¦rez, cada env¨ªo a¨¦reo encontr¨® la cabeza de Maidana o Pinola, y el toqueteo entre Ignacio Fern¨¢ndez, Enzo P¨¦rez y el Pity Mart¨ªnez, fue productivo.

Lo gan¨® River por Rodrigo Mora. Un jugador al que todos cre¨ªan retirado luego de una enfermedad que lo mantuvo casi un a?o marginado de las canchas, pero que volvi¨® para demostrar que todav¨ªa le queda hilo en el carretel y, por sobre todo, mucho coraz¨®n. Por eso lo gan¨® River, porque tuvo m¨¢s coraz¨®n que su rival. Un componente fundamental a la hora de jugar finales. Es as¨ª como River se toma revancha, 42 a?os despu¨¦s, y le gana a Boca una final para consagrarse Supercampe¨®n.