Ni la mitad de Demb¨¦l¨¦
Sin Messi sobre el tapete, el extremo franc¨¦s no dio un paso al frente porque ni desbord¨® en ataque ni supo contener a Escudero en defensa
Quiz¨¢s es porque tenga solo 20 a?os. Del mismo modo, porque no debe ser f¨¢cil para un futbolista de esa edad jugar con una autoridad incuestionable y en un equipo como el Barcelona. Y m¨¢s, tambi¨¦n, cuando uno se encuentra en un estadio complicado hu¨¦rfano de la ayuda de Lionel Messi. Sin el rey sobre el c¨¦sped del S¨¢nchez Pizju¨¢n, los llamados a la sucesi¨®n, si ¨¦sta pudiera producirse realmente, no acabaron de mostrar su mejor versi¨®n. Es lo que le ocurri¨® a Ousmane Demb¨¦l¨¦, pegado a la banda derecha, en un dise?o algo novedoso en este Barcelona con el franc¨¦s y Coutinho de extremos.
Desde el principio, a Demb¨¦l¨¦ se le vio algo aislado, sin capacidad para conectar con Sergi Roberto, ahogado por un Escudero que casi siempre se le anticip¨®. Despegado del juego, con un centro del campo dominado por el tri¨¢ngulo compuesto por N¡¯Zonzi, Banega y V¨¢zquez, la primera aparici¨®n de Demb¨¦l¨¦ lleg¨® en el minuto 33, con un pase al hueco de escasa calidad que no lleg¨® a Sergi Roberto. El extremo, en un arrebato de rabia, rob¨® el bal¨®n en la siguiente jugada y dispar¨® sobre la meta de Rico. Un disparo t¨ªmido, como sus movimientos, como su escasa capacidad para encarar a Escudero. Demb¨¦l¨¦ apenas provoc¨® una falta a Escudero, muy c¨®modo durante todo el encuentro con un jugador falto de frescura e iniciativa. Hasta se llev¨® alguna bronca de Piqu¨¦ por su falta de compromiso en la presi¨®n ante la salida del bal¨®n del Sevilla.
Algo m¨¢s activo se mostr¨® Coutinho, otro de los jugadores destinados a recoger el testigo durante la ausencia de Messi. Tambi¨¦n en la ausencia de futbolistas como Iniesta, muy bien tapado por N¡¯Zonzi. El brasile?o, al menos, dispar¨® en un par de ocasiones a la meta de Rico, poniendo tambi¨¦n en apuros a Mercado. El lateral argentino tuvo que pararlo con una amarilla y eso le cost¨® ser sustituido al descanso por Lay¨²n. Demb¨¦l¨¦, triste y abatido, ni toc¨® el bal¨®n en el segundo tiempo. Apenas un pase sencillo, muy poco para aspirar a la sucesi¨®n del mejor jugador del mundo, de un rey al que le cedi¨® el testigo en el minuto 57 de partido. Hab¨ªa sido el fin de su triste paso por el S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde apenas dej¨® rastro de su calidad y velocidad, cualidades que le hicieron fichar este verano por el Barcelona a cambio de 105 millones de euros procedente del Dortmund.
Coutinho, por dentro
S¨ª mejor¨® Coutinho en la segunda mitad, actuando m¨¢s centrado y con cierta libertad para moverse. Sin estar tan metido en la banda, el brasile?o realiz¨® acciones de mucho m¨¦rito, como ese pase a Luis Su¨¢rez que no remat¨® de milagro gracias a una gran intervenci¨®n de Kjaer. Coutinho acab¨® de interior zurdo. Perdonaba el Sevilla en sus contragolpes, algunos en clara ventaja, con Demb¨¦l¨¦ vi¨¦ndolo todo desde la banda. Su encaje en una maquinaria tan precisa como la del Barcelona requerir¨¢ tiempo y paciencia, el que necesita un futbolista lleno de talento, pero demasiado joven. En este curso, y despu¨¦s de lesionarse de gravedad, apenas ha disputado 14 partidos en todas las competiciones que ha jugado el Barcelona. Pero tiene tiempo para reivindicarse, incluso contra el Sevilla en la pr¨®xima final de la Copa en el Wanda.
Media hora de Messi
Pocos minutos despu¨¦s de que arrancara la segunda parte, Valverde mand¨® calentar en la banda a Leo Messi, que ten¨ªa unas ligeras molestias musculares que, por ejemplo, le hicieron perderse los duelos amistosos con Argentina. Pero el partido de los cuartos de la Champions ante la Roma est¨¢ a la vuelta de la esquina y el argentino, tras dos semanas sin competir, necesitaba unos minutos para coger la forma.
Le necesitaba el Barcelona ¡ªperd¨ªa por 2 a 0 en el momento en el que ingres¨® al c¨¦sped¡ª y el 10 respondi¨® como siempre. Ya en la primera jugada demostr¨® su talento al descontar a dos rivales para que Coutinho centrara y por poco Su¨¢rez no embocara. Y, aunque se vio una versi¨®n reducida de Leo porque no ten¨ªa la chispa habitual, se anim¨® con un disparo desde fuera del ¨¢rea, que se march¨® desviado. Tambi¨¦n con un remate que Rico ataj¨®. Pero a la tercera, con un chut desde la frontal, hizo diana y logr¨® empatar un encuentro que a falta de cinco minutos daban por perdido. ¡°Eso es Leo¡±, dijo Su¨¢rez; ¡°sigue demostrando cada d¨ªa¡±.
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