Klopp vuelve a contragolpear a Pep
Un trabajado Liverpool, reproducci¨®n del Dortmund de 2011-15, no desaprovecha la ventaja lograda en Anfield ante el City
El 27 de julio de 2013, Pep Guardiola dirigi¨® y perdi¨® su primer partido oficial con el Bayern a manos de un equipo que lanzaba contragolpes fulgurantes. Aquel Dortmund, obra de J¨¹rgen Klopp, asombr¨® al entrenador espa?ol en su amargo debut. ¡°Nunca vi nada igual¡±, dijo el t¨¦cnico, se?alando unas celadas, unas maniobras de presi¨®n coordinadas a la perfecci¨®n y unos ataques incontenibles. Los mismos movimientos, ejecutados por otros hombres, que este martes dejaron al Manchester City fuera de las semifinales de la Champions. Descarrilado de su trayectoria por el nuevo equipo de Klopp, un Liverpool aguerrido y disciplinado que hace el pressing como se hace en la cuenca del Rh¨¹r, y al que corona un jugador sublime: el gran Sadio Man¨¦.
Dijo Guardiola que para remontar hac¨ªa falta completar el partido ¡°perfecto¡±, Lo cierto es que, tras la perfecci¨®n alcanzada por el Liverpool en Anfield, el 3-0 convert¨ªa las aspiraciones perfeccionistas del City en una quimera. Obligado a buscar goles en campo abierto, el equipo de Manchester se expon¨ªa al castigo redoblado.
El planteamiento de Guardiola evoc¨® soluciones empleadas con el Bayern para contrarrestar las trampas del Dortmund en 2015. Consisti¨® b¨¢sicamente en superpoblar el mediocampo con seis jugadores y tapar los carriles frontales con tres centrales. La idea pretendi¨® poner una red de seguridad all¨ª donde Klopp manda hacer el pressing, que normalmente es en el medio. El Liverpool se embosca, se cierra y provoca el error en las zonas pr¨®ximas al eje del campo. Con Laporte, Otamendi y Walker como marcadores centrales y Fernandinho por delante, el City se resguard¨® en previsi¨®n de calamidades. El plan comenz¨® funcionando.
Durante una hora el Liverpool se vio desbordado. Sin poder sacar el bal¨®n jugado, sin que las recuperaciones de bal¨®n desencadenaran en nada productivo, y encajando un gol nada m¨¢s saltar al campo. Sterling desbord¨® por la derecha y Jes¨²s marc¨® el 1-0 solo ante Karius.
El Etihad rompi¨® a gritar. El entusiasmo se apoder¨® de la gente y de los jugadores, desatados en un ejercicio ininterrumpido de presi¨®n, toque y desmarque. Los jugadores del City se dejaron hasta la ¨²ltima gota de energ¨ªa en el intento por remontar el aluvi¨®n. Casi lo logran. Fernandinho, De Bruyne, Silva, Sterling y San¨¦ rebasaron las vigilancias de sus oponentes, casi siempre en inferioridad num¨¦rica en el mediocampo. Klopp intent¨® compensarlo bajando a Firmino y Man¨¦ a ayudar a los laterales, y subiendo a los laterales Arnold y Robertson para que colaborasen con los interiores. Por los costados se abrieron huecos que San¨¦ por la izquierda y Sterling por la derecha no desaprovecharon. Adem¨¢s del gol se sucedieron las ocasiones. Un palo de Bernardo, un gol anulado a San¨¦ ¡ªpor un fuera de juego inexistente¡ª, y una lluvia de centros.
Guardiola lament¨® la decisi¨®n del ¨¢rbitro, el espa?ol Mateu Lahoz, de no conceder el gol. "No pod¨ªa ser fuera de juego de San¨¦ porque el bal¨®n antes toc¨® en Millner", dijo el entrenador. "Conoc¨ªa a este ¨¢rbitro de Espa?a. Pod¨ªa esperar algo como lo que ha hecho hoy" Mateu Lahoz expuls¨® a Guardiola porque le discuti¨® la decisi¨®n de anular el gol.
La eliminatoria estaba en un hilo cuando Millner organiz¨® la contra. Fue un pase largo desde su campo, de izquierda a derecha, un control de Salah y una entrega para Man¨¦, que rompi¨® a la defensa local. El senegal¨¦s hizo una conducci¨®n a lo Messi, se filtr¨® entre Fernandinho y Otamendi con el bal¨®n pegado al pie, y solo Ederson pudo salvar el mano a mano con un manotazo. La pelota qued¨® suelta y Salah, el mayor oportunista del a?o junto con Cristiano, remat¨® a la red. Desde la banda, el expresionismo de Klopp se limit¨® a un apret¨®n de pu?os. El t¨¦cnico contempl¨® el festejo de los rojos ajust¨¢ndose las gafas de pl¨¢stico. Con la tranquilidad de quien se sabe en semifinales. El City necesitaba meter cuatro goles m¨¢s para remontar.
El gol de Firmino, que le rob¨® la pelota a Otamendi, empuj¨® al p¨²blico hacia los vomitorios a falta de 20 minutos para el final. Como dir¨ªa Guardiola, hasta ayer dominador absoluto del f¨²tbol brit¨¢nico: S¡¯ha acabat el br¨°quil. Se acab¨® lo que se daba.
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