Vibrantes tablas entre Deportivo y Sevilla
Los coru?eses descuentan un punto y se quedan a cuatro del Levante en un partido que merecieron perder durante una hora y que al final pudieron ganar ante un rival que tiene Europa en duda
Sumaron sin marcar Deportivo y Sevilla y les supo a poco porque el empate solo reparte un punto. Merecieron m¨¢s, igual no por finura y sutileza, s¨ª por despliegue y coraz¨®n. Se acerca el final y es preciso sumar de tres en tres, pero tambi¨¦n se hace necesario mirar hacia los dem¨¢s. Si al final de la jornada los rivales directos tropiezan, la igualada de Riazor cobrar¨¢ valor para ambos, para los coru?eses en su intento de echarle el lazo al Levante, que est¨¢ cuatro puntos por encima y recibe el jueves al M¨¢laga; para el Sevilla en su pelea por asegurar plaza europea.
Si hay una afici¨®n que necesita poco para entrar en efervescencia esa es la del Deportivo. Exactamente precisa dos victorias tras cuatro meses de sequ¨ªa. Con esa maleta ha emprendido el viaje hacia lo que no hace mucho era una inesperada permanencia, pero la ilusi¨®n a veces se topa con las condiciones y las de la propuesta de Seedorf tienen bastantes limitaciones. Al menos tiene un plan, que no es poco, que puede no se muy lucido, pero que cerca estuvo de darle los puntos: para un partido que necesitaba ganar a toda costa se tap¨® atr¨¢s, se faj¨® para achicar espacios y, cuando lograba recuperar la pelota sin que el rival acabase jugada, buscaba el bal¨®n profundo hacia la carrera de Lucas P¨¦rez. Con eso pudo ganar el partido en un final intenso ante un rival que se rompi¨®.
Pero en esa idea al Deportivo se le hizo el partido muy largo porque el Sevilla, con una alineaci¨®n plagada de futbolistas poco habituales, jug¨® desde el saque inicial en campo contrario y no dej¨® de sembrar el p¨¢nico entre la parroquia de Riazor. Persegu¨ªan los locales, que ten¨ªan agujeros sobre todo en los flancos porque Seedorf mont¨® un rombo de centrocampistas con querencia a trabajar por dentro. Y Navas tuvo espacio y tiempo para desplegarse. Tampoco le aprovecharon mucho. Eligi¨® demasiadas veces mal el Sevilla.
Si la referencia era el ¨²ltimo partido, si el mapa de ese triunfo que revivi¨® al Deportivo el pasado s¨¢bado en San Mam¨¦s es el adecuado para encontrar la salida del laberinto en el que est¨¢ el equipo, Seedorf activ¨® otra tecla del GPS. Removi¨® todo para encontrarle sitio en el once a Guilherme, que no estuvo por sanci¨®n en Bilbao. Lo ubic¨® por delante de la zaga, desplaz¨® a Mosquera hacia la izquierda, pas¨® a Borges de ese flanco hacia la derecha y a Krohn-Dehli lo movi¨® de esa posici¨®n hacia la mediapunta. Emre ?olak empez¨® a ver el partido desde el banquillo. Ya es curioso que despu¨¦s de tantos meses buscando un engranaje se desmonte una vez funciona, pero igual eso importa poco a estas alturas. Se juega con el sentimiento, con la pasi¨®n que Lucas P¨¦rez le pone a cada galopada contra el mundo, con el arrebato del fin¨ªsimo Sch?r para romper l¨ªneas y provocar un innecesario penalti que se fue al limbo arbitral mediada la primera parte.
Algo rasc¨® el Deportivo en medio de su padecimiento, abocado a la brega con el soporte de un estadio repleto despu¨¦s de que el club decidiese regalar una entrada a cada abonado que as¨ª lo solicitase hasta que se acab¨® el papel. Pero el control fue del Sevilla, que debi¨® marcar antes del descanso. Tuvo el gol Banega, tambi¨¦n el novel Carlos Fern¨¢ndez. Tal fue el susto que la grada acab¨® pidiendo la hora para que el ¨¢rbitro mandase a todos al preceptivo descanso.
Poco antes hab¨ªa entrado al partido Emre ?olak porque Krohn-Dehli a duras penas se sostuvo algo m¨¢s de media hora tras un encontronazo con Geis en el amanecer del partido. En realidad los equilibrios en el alambre del noqueo los hac¨ªa todos el Deportivo, permeable, superado durante la primera hora de partido. Correa tuvo el gol en la frontal y lo dej¨® escapar por un palmo, Rub¨¦n se lo neg¨® a Sandro y Sch?r se puso ante la l¨ªnea de gol para repeler un remate de Banega. Pero el partido no ten¨ªa pausa ni rienda, iba y ven¨ªa y eso en cierto modo le di¨® aliento a los chicos de Seedorf. Se lo otorg¨® que el marcador, sorprendentemente, siguiese a cero mientras el bombardeo llegaba a su meta desde todos los flancos. Porque entre tanto traj¨ªn hubo un equipo que llegaba, el Sevilla, y otro que mor¨ªa m¨¢s a menudo en la frontal.
Llegado ese punto se aboc¨® a la tremenda el Deportivo, a sacar provecho de su codicia y su necesidad m¨¢s que de su f¨²tbol. Al entrar en el cuarto de hora final Adri¨¢n y Mosquera pudieron marcar en una acci¨®n que desat¨® al estadio, donde esta vez se olvidaron litigios de mentirijilla para atender a lo que importa.
Y lo que importa es salvar el pescuezo, tantas veces amenazado para el Deportivo en los ¨²ltimos a?os por la guillotina del descenso. La ¨²ltima maniobra de Seedorf fue buena, pas¨® por rearmar al equipo con un doble pivote para hacerse fuerte, cerrarse y buscar el gol a la contra, que las tuvo Lucas P¨¦rez en esos pelotazos que convierte casi en una asistencia. Tres se le fueron en un fren¨¦tico final. Tuvo tambi¨¦n la victoria Borges sobre la hora en una doble maniobra excelsa en la frontal que acab¨® con un remate a la cepa del palo. Poste a poste se desangra el Deportivo porque nadie tiene m¨¢s punter¨ªa en toda la liga para golpearlos. Pudo ganar un partido que durante bastantes minutos debi¨® perder. Se firmaron tablas, peleadas y trabajadas hasta la extenuaci¨®n. Como en los pacientes delicados, las pr¨®ximas horas ser¨¢n decisivas para saber si son buenas tanto para unos como para otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.