Enrique Macaya M¨¢rquez, el periodista que vio 15 Mundiales: ¡°A Messi le falta liderazgo¡±
El argentino inici¨® su carrera en Suecia 1958 y hoy es el reportero que ha cubierto m¨¢s Copas del Mundo. Historia viva del f¨²tbol, a los 83 a?os estar¨¢ en Rusia 2018
Los registros de la FIFA confirman que el argentino Enrique Macaya M¨¢rquez (Buenos Aires, 1934) es el periodista que lleva cubiertos m¨¢s Mundiales. Comenz¨® hace 60 a?os, en Suecia 1958, y no falt¨® a ninguno: Rusia 2018 ser¨¢ su decimosexta Copa del Mundo consecutiva. ¡°Estaba parejo con un colega escoc¨¦s o irland¨¦s, ahora no recuerdo, pero a los ¨²ltimos dos Mundiales no fue¡±, dice Macaya, impecable a sus 83 a?os. ¡°A Rusia ir¨¦ por la TV P¨²blica (el canal estatal argentino), pero fui a tantos Mundiales porque arreglaba mis cosas. Cubr¨ª para radios y canales e invent¨¦ medios para trabajar durante la Copa¡±, explica en un bar elegante de Buenos Aires. Hoy es el periodista deportivo m¨¢s respetado de Argentina. Sin ning¨²n colega disput¨¢ndole el r¨¦cord, cabe preguntarse si un dirigente, un ex entrenador o un fan¨¢tico pudo haber concurrido a m¨¢s Mundiales que ¨¦l, o si Macaya M¨¢rquez es el hombre que estuvo m¨¢s veces en el lugar adonde miles de millones de personas concentran su mirada cada cuatro a?os.
Pregunta. ?C¨®mo era un Mundial hace 60 a?os?
Respuesta. Una cosa s¨²per desconocida, muy misteriosa. A Suecia no ten¨ªa ni la menor idea sobre c¨®mo llegar, pero la radio en la que trabajaba consigui¨® un canje de pasajes con una empresa brasile?a. Viaj¨¦ en un DC-7 turboh¨¦lice que no ten¨ªa autonom¨ªa y paraba en todos lados para reabastecer, Porto Alegre, San Pablo, R¨ªo de Janeiro y Dakar, y entraba en Europa por Italia. Era una aventura, tanto que pens¨¢bamos que el avi¨®n nos dejar¨ªa en Hamburgo y termin¨® en Frankfurt. Despu¨¦s alquilamos una camioneta que subi¨® a dos ferries, primero a Dinamarca y finalmente a Suecia. Y todav¨ªa faltaba el milagro de llegar a Malm?. No sab¨ªamos ni c¨®mo se escrib¨ªa. Ah¨ª estaba la selecci¨®n argentina.
P. ?C¨®mo eran las transmisiones de radio en Suecia 1958?
"Transmit¨ªamos con una l¨ªnea de ida y nunca sab¨ªamos si est¨¢bamos al aire".
Con el relator y conmigo, que hac¨ªa de comentarista, viaj¨® un t¨¦cnico. ?l llevaba un aparatito, conectaba sus cosas y nos daba los micr¨®fonos, pero no ten¨ªamos retorno. Ten¨ªamos arreglado salir a las 15 de Argentina, y 10 segundos antes comenz¨¢bamos a contar: 10, 9, 8, as¨ª hasta 0, y ah¨ª arranc¨¢bamos, pero sin saber si est¨¢bamos al aire. Era como un vuelo a ciegas.
R. Fue amigo de Alfredo Di St¨¦fano, cuya historia con los Mundiales nunca fue buena. ?Lo atormentaba?
P. Saber si algo lo atormentaba era muy dif¨ªcil. Alfredo era un tipo hosco, reservado, poco comunicativo. Yo cuidaba un puesto de diarios en la esquina de su casa y ¨¦l (en su ¨¦poca de futbolista de River Plate) ven¨ªa a leer los diarios, de garr¨®n (gratis), por supuesto. Ten¨ªamos confianza. Con el diarero hac¨ªamos una pelota de papel con los diarios y yo me pon¨ªa entre el ¨¢rbol y la pared. Di St¨¦fano giraba la pelota en el aire, siempre le daba un efecto. Era el ¨ªdolo barrial. Alfredo fue una cosa muy rara, un excelente jugador de clase media alta.
P. Acaba de publicar un libro, Mis Mundiales (Editorial Planeta), en el que dice que la mejor selecci¨®n de los Mundiales fue una que no levant¨® la Copa, Holanda del 74.
"Holanda del '74 fue la mejor selecci¨®n que vi".
R. Fue fant¨¢stica, no se repiti¨® m¨¢s. De pronto encontr¨¢s una combinaci¨®n, grit¨¢s Eureka y no se repite nunca m¨¢s. Eran jugadores del Feyenoord y del Ajax, estaban peleados y jugaban de manera diferente. Rinus Michel, el t¨¦cnico, los llam¨® y les dijo ¡®ustedes van a estar seleccionados y ustedes tambi¨¦n, mitad y mitad, al que no le gusta se va¡¯.
P. ?Cu¨¢l fue la mayor exhibici¨®n que les recuerda?
R. Contra Argentina, lamentablemente. Nos hicieron cuatro goles. Era el futbol ideal, ten¨ªan excelente t¨¦cnica, una gran velocidad, que es el enemigo de la t¨¦cnica, y un intercambio posicional que, para conseguirlo, exige una concentraci¨®n excelente. Todos jugaban en todos los puestos, los ve¨ªas y pasaban y ven¨ªan y nunca hab¨ªa un lugar vac¨ªo. Despu¨¦s de ese partido, otro periodista argentino, Osvaldo Ardizzone, me dijo ¡®Enrique, tenemos que inventar nuevas palabras. Lo que acabamos de ver es totalmente nuevo, no lo vimos nunca¡¯.
P. Usted dijo que Cruyff, Maradona, Pel¨¦ y Di St¨¦fano est¨¢n por encima de Messi.
"Di St¨¦fano fue una cosa rara. Un gran jugador de clase media alta".
R. Para m¨ª, s¨ª, y no me refiero a los Mundiales, al contrario. Haber llegado a la final de un Mundial valoriza a un jugador (Messi fue subcampe¨®n del mundo en 2014). Ac¨¢ sal¨ªs segundo en un Mundial y te dicen que sos un fracasado, es incre¨ªble. Pero yo no s¨¦ si es gen¨¦tico, o es natural o si es personal, o yo lo juzgo mal, pero a Messi le falta el liderazgo que tuvieron los otros. Sabella (Alejandro, t¨¦cnico de Argentina en Brasil 2014) le puso la cinta de capit¨¢n para hacerlo l¨ªder pero al final el l¨ªder fue (Javier) Mascherano. Es una cuesti¨®n de temperamento. El l¨ªder es el tipo que lo suyo lo reparte entre todos y de todo no se queda con nada.
P. ?Pel¨¦ del 70 o Maradona del 86?
R. A Pel¨¦ lo vi en Suecia 58, y para m¨ª la trascendencia de Pel¨¦ fue esa, la del 58. Los negritos brasile?os pasaron a ser los negros en serio por Pel¨¦, m¨¢s all¨¢ de todos los muy buenos jugadores que hab¨ªa. Pel¨¦ te pegaba, Pele se peleaba, no se achicaba, a Pele le pegaban una y pegaba dos.
P. La inestabilidad pol¨ªtica de Argentina puede resumirse siguiendo los Mundiales. Siempre pasaba algo. A Inglaterra 66 fue en democracia y volvi¨® en dictadura.
R. Me enter¨¦ del Golpe de Estado arriba del avi¨®n, saliendo desde Buenos Aires. Yo justo hab¨ªa comenzado a trabajar en Canal 7, la emisora estatal, y en el departamento de deportes ¨¦ramos muchos. Cuando volv¨ª no hab¨ªa quedado nadie, los hab¨ªan echado a todos.
"Pel¨¦ es el del '58. No se achicaba, le pegaban una y pegaba dos".
P. ?En el Mundial 78, jugado en Argentina en plena dictadura, recibieron la orden de no criticar a la selecci¨®n?
R. La normativa dec¨ªa que no se pod¨ªa hablar mal de la selecci¨®n porque era atentar contra el prestigio deportivo argentino. Pero ese mismo d¨ªa fuimos a entrevistar a Menotti (C¨¦sar, el t¨¦cnico de Argentina), que hab¨ªa dado la n¨®mina de sus colaboradores, y lo peleamos un poco. Hicimos la nota cr¨ªtica, la llevamos al canal y sali¨® por el noticiero. Hab¨ªa disposiciones, pero despu¨¦s nadie las controlaba.
P. Tambi¨¦n cuenta que en 1978, en el entrenamiento de una selecci¨®n en Buenos Aires, escuch¨® tiros de fondo y un corresponsal extranjero dijo ¡®?Est¨¢n matando gente!¡¯.
R. Era un periodista holand¨¦s. Estaba hablando con ¨¦l y de fondo se escuchaban los tiros del club Tiro Federal, que est¨¢ enfrente del estadio de River. Bang bang, se escuchaba. Y ¨¦l me dijo ¡®?est¨¢n matando gente!¡¯. Yo le dec¨ªa que no, que c¨®mo iban a matar gente. Lo cierto es que ellos (los periodistas extranjeros) estaban m¨¢s anoticiados de algunas cosas que nosotros. No sab¨ªamos que hab¨ªa gente presa, torturada, y ellos de afuera ten¨ªan ciertas noticias. Ven¨ªan con precauciones, con un ojo en la pelota y otro en el Golpe de Estado.
P. En muchos programas deportivos de la televisi¨®n actual funciona la opini¨®n vehemente. ?Nunca le tent¨® golpear la mesa?
R. No.
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