Honor al ciclista que enga?¨® a los nazis
Jerusal¨¦n, donde empieza el Giro este viernes, homenajea al m¨ªtico Bartali, que usaba su bici para llevar documentos a los jud¨ªos
En el oto?o de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas nazis invadieron Italia, rescataron a Mussolini y lo pusieron al frente de un Gobierno t¨ªtere del r¨¦gimen de Hitler, Gino Bartali ya era una figura del ciclismo. Acostumbrado a recorrer largas distancias durante sus entrenamientos, nadie sospech¨® que la celebridad italiana pudiera ser una importante pieza en el engranaje ideado por la resistencia para burlar los controles de los alemanes.
Profundamente cat¨®lico, Bartali fue fichado para la misi¨®n m¨¢s importante de su vida por un cardenal, amigo de la familia. Durante sus largas salidas a pedalear por carreteras secundarias, hac¨ªa de enlace y transportaba documentos y dinero que salvaron de la c¨¢mara de gas a muchos de sus compatriotas de origen jud¨ªo. En vida, disfrut¨® del reconocimiento por sus logros deportivos pero no ser¨ªa hasta 2010, una d¨¦cada despu¨¦s de su muerte, cuando comenzaron a conocerse sus peripecias para salvar la vida de los jud¨ªos italianos. Una ola de homenajes que culmin¨® este mi¨¦rcoles al ser nombrado en Jerusal¨¦n Ciudadano Honor¨ªfico de Israel, justo dos d¨ªas antes de que en la ciudad comience el Giro de Italia.
Escond¨ªa fotograf¨ªas, pasaportes, dinero en su preciada bicicleta, generalmente bajo el asiento, y los entregaba a otra persona que, como ¨¦l, operaba en la clandestinidad. De este modo facilit¨® la salida de Italia de los jud¨ªos facilit¨¢ndoles nuevos documentos. Pero no ser¨ªa esa arriesgada tarea, dif¨ªcil de documentar por el secretismo con el que se llev¨® a cabo la operaci¨®n, lo que le llev¨® en 2013 a ser reconocido a t¨ªtulo p¨®stumo Justo entre las Naciones por Yad Vashem, el Museo del Holocausto Jud¨ªo en Jerusal¨¦n.
Tras la muerte de Bartali en mayo de 2000, dos periodistas italianos lograron que se hiciese p¨²blico el testimonio de la familia Goldenberg. Varios de sus miembros permanecieron escondidos en un convento pero otros se ocultaron durante diez meses en un apartamento de Florencia propiedad del ciclista. Un gesto por el que recibi¨® el m¨¢ximo honor que otorga la instituci¨®n hebrea a los no jud¨ªos que arriesgaron su vida para salvarlos del Holocausto organizado por los nazis.
El testimonio de los Goldenberg ayud¨® a desvelar las actividades ocultas de Bartali, pero pronto otros jud¨ªos, como Giulia Baquis o Renzo Ventura, corroboraron la historia del ciclista que hab¨ªa ayudado a sus familias a conseguir documentos falsos para escapar. El hermetismo en vida del campe¨®n italiano ¡ªque lleg¨® a ganar tres Giros y dos Tours¡ª contribuy¨® a forjar su leyenda, porque nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢ntos jud¨ªos pudo salvar con sus interminables jornadas pedaleando por la Toscana.
Al menos en 45 ocasiones recorri¨® los casi 200 kil¨®metros que separan Florencia y As¨ªs como correo para la resistencia, pero ni siquiera su familia estaba al tanto de su activismo contra los nazis. As¨ª lo reconoc¨ªa su nieta, Gioia Bartali, ayer en Jerusal¨¦n, durante el homenaje que le rindieron en el Museo del Holocausto y en el que recibi¨®, en nombre de su abuelo, el certificado que reconoce al campe¨®n italiano como Ciudadano Honor¨ªfico de Israel.
Durante el acto, celebrado en el Jard¨ªn de los Justos entre las Naciones ¡ªdonde tambi¨¦n se pueden encontrar los nombres de los nueve espa?oles reconocidos como justos¡ª varios de los ciclistas que tomar¨¢n la salida en esta edici¨®n del Giro, entre ellos el espa?ol Rub¨¦n Plaza, homenajearon a Bartali. Juntos pedalearon en su honor en el Monte del Recuerdo (Har Hazikaron), donde se ubica la instituci¨®n jud¨ªa creada con el fin de poner nombre a cada una de las v¨ªctimas del Holocausto para que no caigan en el olvido.
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