Laso o el triunfo del vecino de enfrente
El meritorio a quien fich¨® el Madrid en 2011 es hoy el t¨¦cnico que ha cambiado el baloncesto europeo
Mayo de 2013, final de la Euroliga de baloncesto. El Madrid cae ante el Olympiacos (100-88). El presidente del club, Florentino P¨¦rez, no para de escuchar a sus consejeros m¨¢s cercanos, sin puesto en la directiva pero con un poder de influencia ilimitado, que le exigen el despido inmediato del entrenador del equipo, Pablo Laso. Este hab¨ªa llegado al banquillo en 2011 y en su primera temporada gan¨® la Copa del Rey. Poca cosa, quiz¨¢, por mucho que el Madrid llevara 19 a?os sin conquistar tan rutilante t¨ªtulo. En el siguiente curso se produjo aquel fiasco frente al Olympiacos, que no atemper¨® ni siquiera el hecho de que el Madrid ganara la Liga. Florentino P¨¦rez se vio obligado a decidir entre lo que le aconsejaban sus consiliarios televisivos de guardia u optar por el ejercicio de paciencia que le ped¨ªan Juan Carlos S¨¢nchez y Alberto Herreros, los responsables de la secci¨®n de baloncesto del club, am¨¦n de culpables de la llegada de Laso. Confi¨® en los que saben.
Mayo de 2014, final de la Euroliga de baloncesto. El Madrid llega al gran partido de la temporada tras ganar la Copa del Rey. Acaba cayendo ante el Maccabi en la pr¨®rroga m¨¢s triste de su historia. Aquello fue la gota que colm¨® el vaso, gota que se convirti¨® en chorro cuando el equipo, deshecho moralmente, pierde la Liga ante el Bar?a. A Florentino P¨¦rez le exigen, qu¨¦ digo le exigen, le obligan sus asesores medi¨¢ticos a que eche de una vez al paisano aquel. Ech¨® el presidente a Pablo Laso, pero solo a medias. Porque lo que hizo fue someterle a una lenta agon¨ªa, cuyo primer episodio fue despedir a sus dos ayudantes, que recibieron la noticia por burofax como pod¨ªan haberla recibido de manos de un motorista. La intenci¨®n era que Laso arrojara voluntariamente la toalla. Pero no lo hizo. Se empe?¨® en resistir y resisti¨® abrazado a un modo de entender y ejecutar el baloncesto que ya era admirado en medio mundo. Lo que vino despu¨¦s, sin embargo, rompi¨® el molde.
A?o 2015. El Madrid del casi despedido Pablo Laso gana los cinco t¨ªtulos que disputa, a saber: Supercopa, Copa del Rey, Copa de Europa, Liga y Copa Intercontinental. Lo nunca visto. Ni en sus mejores ¨¦pocas en blanco y negro el club hab¨ªa sido capaz de alcanzar semejante registro. Por momentos, el juego del Madrid roza la excelencia. El equipo parece tener la m¨¢xima de que el rival que quiera ganarle debe alcanzar al menos los 90 puntos. El baloncesto europeo le sigue los pasos. Partidos de ida y vuelta, de intercambio de golpes, de marcadores elevados. Lejos quedan los tiempos del miedo y la racaner¨ªa, que alcanzaron su cumbre con la final europea del a?o 93, aquella entre el Limoges y la Benetton que acab¨® 59-55.
Pese a tocar entonces el cielo, el Madrid de Laso no ha dejado de asomarse al triunfo. Sus n¨²meros son elocuentes: en los siete a?os que lleva el t¨¦cnico vitoriano al mando, el Madrid ha disputado 20 de las 28 finales posibles. Y ha ganado 14. En los 25 a?os anteriores a su llegada, el Madrid hab¨ªa ganado 13 t¨ªtulos. Y en ese cuarto de siglo, por su banquillo pasaron entrenadores de la categor¨ªa de Scariolo, Obradovic, Maljkovic y Messina, popes todos del baloncesto europeo.
Esta temporada se encontr¨® Laso, para abrir boca, con que Llull se hab¨ªa destrozado la rodilla, que viene a ser, sin ¨¢nimo de comparar, como si los Cavaliers se quedan sin LeBron. El equipo super¨® la adversidad con un cr¨ªo, Luka Doncic, ejerciendo de capit¨¢n general a sus 19 a?os. El resto de la historia ya es de sobra conocida. Entre el viernes y el domingo el Madrid derrot¨® a las dos bestias del basket europeo, y los dos equipos con mayor presupuesto, CSKA y Fenerbah?e, y alcanz¨® la D¨¦cima, la en¨¦sima conquista de Pablo Laso, aquel tipo a quien Florentino P¨¦rez fich¨® en 2011 como quien ficha a su vecino de enfrente, un tipo normal que parece que algo sabe de esto, y que hoy se ha convertido en la gran referencia del baloncesto europeo. ¡°Este equipo, con Pablo al frente, representa los valores esenciales del madridismo¡±, dijo en la celebraci¨®n del t¨ªtulo Florentino P¨¦rez, mientras sus consejeros palaciegos ensalzaban las virtudes del tal Pablo como si no hubiera un ma?ana. Y aqu¨ª viene al pelo aquel proverbio de Les Luthiers, que reza as¨ª y que Laso nunca deber¨ªa olvidar: ¡°Si aquel que dice ser tu mejor amigo te clava un pu?al en la espalda, debes desconfiar de su amistad¡±.
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