Los recuerdos m¨¢gicos del espa?ol que corri¨® 13 veces Le Mans
Jes¨²s Pareja particip¨® en la m¨ªtica carrera francesa de forma consecutiva entre 1985 y 1997
Jes¨²s Pareja no ha vuelto a Le Mans, aunque en realidad nunca se fue de all¨ª. Ning¨²n piloto espa?ol la ha corrido tantas veces como ¨¦l, 13 de forma consecutiva, la primera en 1985, la ¨²ltima en 1997 ¡ªun r¨¦cord que igualar¨¢ este a?o Antonio Garc¨ªa (GTE Pro)¡ª. En el 86 fue segundo y en el 90 estuvo a punto de ganar, pero rompi¨® motor a un cuarto de hora del final tras mantenerse en el grupo de cabeza desde la primera vuelta. 24 horas al traste por 15 minutos, por una brida que se solt¨® y provoc¨® un escape de aceite. As¨ª de imprevisible es el reto que este fin de semana abordar¨¢ Fernando Alonso, el espa?ol m¨¢s c¨¦lebre que nunca haya competido en la m¨ªtica carrera. ¡°Pero Le Mans es m¨¢s importante que quien la corre¡±, avisa, sin embargo, Pareja, cuyo recuerdo n¨ªtido permanece en el trazado de la Sarthe, aunque la nostalgia le haya impedido, de momento, volver a pisarlo.
¡°La historia de Le Mans es enorme¡±, enfatiza el expiloto, ahora al frente de GT Sports, oragnizadora del GT Open, que ¨¦l mismo cre¨®, mientras observa en su despacho fotograf¨ªas y maquetas de los prototipos con los que corri¨®. El primero era un Porsche 956, motor de seis cilindros, biturbo, que alcanzaba los 395 km/h en la recta m¨¢s larga. En aquella ¨¦poca, recuerda, antes de que se hicieran las chicanes y las escapatorias, era una recta de carretera que se cerraba para las 24 Horas, delimitada por ¨¢rboles y guardarra¨ªles. ¡°Mucho m¨¢s aut¨¦ntico¡±. Y peligroso: ¡°Hab¨ªa m¨¢s riesgo desde el punto de vista f¨ªsico¡±. Desgraciadamente, Pareja fue testigo de varias muertes sobre la pista, como la de Jo Gartner, corredor de F¨®rmula 1. ?l mismo se llev¨® un susto terrible en Canad¨¢, otra prueba del Mundial de resistencia, cuando en 1990 su prototipo se convirti¨® en una bola de fuego despu¨¦s de que una tapa de alcantarilla levantada por un rival golpeara en su dep¨®sito de gasolina. ¡°Suerte que no era mi d¨ªa¡±. Esa foto tambi¨¦n la encuentra mientras hojea las p¨¢ginas del libro de fotograf¨ªas hist¨®ricas del Mundal, donde se recopilan escenas con un joven Michael Schumacher, el pionero espa?ol Ferm¨ªn V¨¦lez, Jacky Ickx u otras figuras.
Era la ¨¦poca dorada de las carreras de resistencia. ¡°Este a?o es muy descafeinado¡±, opina, sin embargo, sobre el dominio actual de Toyota, el equipo de Alonso, que ya se proclam¨® campe¨®n en la primera cita del Mundial, en Spa, y que es la ¨²nica gran marca que queda en el campeonato, la ¨²nica tambi¨¦n con tecnolog¨ªa h¨ªbrida. En esa dif¨ªcil ¨¦poca, adem¨¢s de rozar la victoria en 1990 fue segundo en 1986, algo que hasta entonces solo hab¨ªa logrado Juan Jover en 1949, aunque en su caso, y lo cita Pareja de memoria, apenas hizo kil¨®metros. Tambi¨¦n fue campe¨®n en GT2 en el 94. Luego vinieron m¨¢s, espa?oles aunque no muchos m¨¢s, como Marc Gen¨¦ con su gran victoria en 2009, la ¨²nica espa?ola, o Antonio Garc¨ªa, figura de la resistencia, amigo de la infancia de Fernando Alonso, que tambi¨¦n correr¨¢ este a?o en Le Mans (en GTE Pro), donde ya suma tres victorias de clase.
Esta mezcla de categor¨ªas, dos de prototipos y dos de GTs, es una de las claves de la carrera. ¡°Los pilotos en Le Mans son m¨¢s importantes que en ninguna otra carrera¡±, proclama Pareja. ¡°Hay una parrilla muy diversa: la mitad de los pilotos son profesionales y la otra mitad no, y el tr¨¢fico con estos lo tienes que tener en cuenta. Su comportamiento en determinadas circunstancias no es tan previsible¡±, explica. ¡°Tambi¨¦n hay conducir muy bien por la noche¡±, a?ade. El atardecer, dice, "es un momento m¨¢gico", en la noche profunda es f¨¢cil concentrarse y el amanecer se revela como un momento crucial: ¡°Es cuando el cuerpo m¨¢s lo acusa, cuando hay m¨¢s accidentes, cuando m¨¢s reflejos de horizontes hay¡±.
Nunca ha querido proyectar Pareja su figura p¨²blica de piloto. Creci¨® en una familia de clase media y se meti¨® en el mundo del motor a escondidas de su padre, que lo descubri¨® cuando los diarios deportivos se hicieron eco de una victoria suya en una competici¨®n nacional. A Le Mans lleg¨® a los 29 a?os con Porsche, la marca que lo acompa?¨® m¨¢s tiempo, despu¨¦s de ganarse un pu?ado de patrocinios nacionales y correr para Ford y Seat. Pudo dar el salto a la F¨®rmula 1, pero ni le ofrec¨ªan un buen coche ni le atra¨ªan los focos del gran circo y adem¨¢s le pill¨® algo mayor. Se podr¨ªa decir, por tanto, que su filosof¨ªa segu¨ªa el esp¨ªritu de Le Mans, donde la carrera siempre es m¨¢s grande que el piloto. Al menos, hasta la llegada del fen¨®meno Alonso.
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