Ni Lopetegui ni Hierro, el debate es De Gea
La selecci¨®n se sobrepone a un partido accidentado y presidido por los debates que ya hab¨ªa antes del cambio de t¨¦cnico
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Hay situaciones que no var¨ªan ni cuando se cambia de entrenador a la fuerza como le ha pasado a Espa?a. No era una cuesti¨®n de juego ni de futbolistas, como acostumbraba a pasar en selecciones de la talla de Holanda o Francia, sino de autoridad, ahora representada por el presidente federativo Rubiales, y tambi¨¦n de debilidad, expresada en De Gea, abatido por un triplete de Cristiano Ronaldo.
Las discusiones de anoche en el campo fueron las mismas que se daban antes de que Fernando Hierro sustituyera a Lopetegui: la inseguridad del guardameta, qui¨¦n debe ejercer de lateral derecho mientras no se recupera Carvajal, tampoco est¨¢ claro c¨®mo se debe acompa?ar a Busquets y ya se sabe que Diego Costa es ¨¢ngel, como demostr¨® ayer, o demonio en un equipo acostumbrado a jugar muy a menudo sin un 9.
El debate se mantuvo abierto hasta el final del partido de Sochi. Jug¨® el equipo con retrovisor por la inseguridad que transmite De Gea. Hubo tiempo para renegar de Nacho desde que el ¨¢rbitro le pit¨® un penalti buscado por Cristiano Ronaldo hasta que enganch¨® un remate prodigioso que supuso el 2-3. Tambi¨¦n se murmur¨® sobre Busquets porque no acababa de pillar el sitio con el esforzado Koke. Y no hubo dudas en cambio sobre la autoridad de Diego Costa. La figura del ariete fue capital mientras el equipo jug¨® asustado por la pegada del CR.
Espa?a recuper¨® el gol con el rojiblanco en el momento preciso, sobre todo despu¨¦s del error de De Gea, reiterativo en la pifia, tan err¨¢tico como en el ¨²ltimo amistoso contra Suiza, circunstancia que confirma que los porteros viven su propia vida, insensibles a qui¨¦n se sienta en el banquillo, tanto da Lopetegui como Hierro. El portero del United complic¨® la vida a un equipo que se supo corregir muy bien despu¨¦s de un inicio protagonizado por Portugal.
A Espa?a de nada le sirvi¨® anunciar que jugar¨ªa como si no pasara nada, poner la alineaci¨®n que habr¨ªa cantado Lopetegui, dar la sensaci¨®n de normalidad y si se quiere de seguridad, una escenificaci¨®n que no despist¨® a Portugal. La campeona de Europa fue a por el partido con la misma determinaci¨®n que Cristiano busc¨® la pierna de Nacho. Los espa?oles pasaron el rato en mirarse, reconocerse, situarse, contemporizar en la cancha con la esperanza de recuperar las mejores sensaciones, ganar confianza, responder a la condici¨®n de aspirante al t¨ªtulo en Rusia. Ning¨²n jugador reflej¨® mejor la inestabilidad que Busquets: se perdi¨® como enganche cuando el partido exig¨ªa que ejerciera de tercer central y a cambio particip¨® en los dos primeros goles, asistente de Costa.
El poder¨ªo de Diego Costa
Aturdido por el 1-0, Espa?a se disemin¨® en la cancha, expuesta al contragolpe de Portugal. Apareci¨® entonces Diego Costa para batirse como un jabato y rematar con la determinaci¨®n de un 9. Muy pocos jugadores saben jugar tan bien en solitario. No tuvo ayuda y se gan¨® el sitio ante los defensores portugueses con una falta a Pepe que el ¨¢rbitro no advirti¨®, tan seguro de su decisi¨®n como cuando pit¨® penalti en la discutible jugada de Cristiano y Nacho.
Diego Costa se ech¨® el equipo a la espalda con el 1-0 y enmend¨® despu¨¦s el error de De Gea. A partir del 2-2, la Roja domin¨® el partido de forma colectiva, sin m¨¢s solista que Isco, estupendo en el tiro ¡ªreclam¨® un gol en un bal¨®n que dio en el larguero y bot¨® sobre la l¨ªnea¡ª y excelente en la direcci¨®n, muy bien resguardado por el despliegue de Koke. Las transiciones portuguesas se acabaron cuando los espa?oles se juntaron con una buena l¨ªnea de pase en campo de Portugal. El empate a tres solamente lleg¨® por una falta mal concedida por Piqu¨¦. Tres veces tiraron los lusos a porter¨ªa y tres goles marc¨® Cristiano.
El resultado lastim¨® a Espa?a en un partido que no pod¨ªa perder para quitarse el miedo y ganar autoestima. La respuesta fue estupenda en una noche emocionalmente delicada y tan accidentada como la de Sochi con el penalti de Nacho y el error de De Gea. Las dudas, sin embargo, son de momento las mismas, con Hierro que con Lopetegui.
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