Las moscas de Mosc¨²
"Pues que Messi aprenda de Ronaldo. ?l es la locomotora y los vagones"
Los animales peque?os como las moscas no entienden el cristal, dec¨ªa G¨®mez de la Serna. Pero entienden de f¨²tbol, digo yo.
?Qu¨¦ mosca pic¨® a Messi antes de fallar el penalti? ?Qu¨¦ mosca pic¨® a De Gea antes de tragarse una pelota en propia puerta? ?Qu¨¦ mosca aguijone¨® las nalgas de Ronaldo para que nos endosara en tres patadas su deuda con Hacienda? ?Qu¨¦ mosca transmiti¨® la nagana a Alemania ante los bragados mexicanos? ?Eran moscas enanas del lago island¨¦s Myvath las que inocularon la enfermedad del sue?o a la bella durmiente argentina? ?Fueron moscas de un queso suizo las que amodorraron a los brasile?os? ?Era una tsets¨¦ de Senegal la que aturdi¨® a los polacos? ?Fue la mosca Drosophila suzukii, importada de Jap¨®n, la que tumb¨® a los colombianos? ?Fueron las avispadas moscas del VAR responsables del triunfo de Francia sobre Australia o de Suecia sobre Corea del Sur? ?Fueron los mosquitos del Volga la causa del suicidio de T¨²nez en los segundos de descuento ante una torpe Inglaterra? ?Fueron moscas moscovitas las que maltrataron a Egipto en San Petersburgo?
Selecciones como la rusa o la belga evitaron picaduras, pero no impidieron que este Mundial, en sus pre¨¢mbulos, sorprendiera y mosqueara a las mism¨ªsimas moscas. De lo que deduje que tampoco ellas entend¨ªan de f¨²tbol.
¡°?Qu¨¦ mosca te ha picado?¡±, me espet¨®, saliendo de no s¨¦ d¨®nde, el c¨¢ustico Mart¨ªn Girard; ¡°el problema no radica en si las moscas entienden de f¨²tbol. Sino en si los jugadores entienden de moscas. Ignoran que, con sus ojos caleidosc¨®picos, todo lo abarcan y sobrevuelan: el campo entero y el entorno, y reaccionan a cualquier circunstancia, propicia o adversa, con inusitada prontitud, con bal¨®n o sin bal¨®n, fuera o dentro del terreno de juego. Cualquier presunto gran jugador deber¨ªa aprender de las moscas y aplicar las ense?anzas. Con ojos de mosca, ver¨ªa al mismo tiempo a su equipo, al contrincante, a los energ¨²menos vociferantes en las gradas, sobrevolar¨ªa los espacios de verde c¨¦sped con la mirada y encontrar¨ªa los resquicios entre pantorrillas por donde se cuela el bal¨®n¡¡±.
En ese instante, el egipcio Fathy marcaba en propia puerta despertando la avidez goleadora de sus feroces anfitriones.
¡°Pero aquellos jugadores que quieran convivir con el f¨²tbol profesional y sus alrededores ¡ªprosigui¨® Mart¨ªn Girard¡ª tendr¨¢n antes que aprender de las moscas otra lecci¨®n imprescindible: comer mierda. Como se la hicieron comer a Messi por fallar a su selecci¨®n¡¡±.
¡°No basta con tener ojo de mosca si tu selecci¨®n no es un equipo. Messi necesita que, en el tablero, las piezas est¨¦n en su sitio¡¡±, arg¨¹¨ª.
¡°Pues que aprenda de Ronaldo. ?l es la locomotora y los vagones. Se mueve por sus carriles y echa humo como los trenes de anta?o. Es fascinante y desestabilizador, aunque me temo que ese tren de Portugal descarrilar¨¢ antes de llegar al Estadio Luzhniki¡±, sentenci¨®.
¡°?Y que pasar¨¢ con Espa?a?¡±, le pregunt¨¦ antes de ver los partidos de ayer. No respondi¨®.
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