Neymar, para lo bueno y lo malo
Brasil elimina a Costa Rica en el ¨²ltimo suspiro tras un partido vibrante acentuado por el marcaje del VAR al astro brasile?o
Hay partidos tan tremendos, emotivos y vibrantes que dejan todo tipo de huellas. Fue el caso de un encuentro con tanto drama que liber¨® a Brasil de sus angustias, dej¨® a Neymar regado de l¨¢grimas, al seleccionador Tite rodando por los suelos, a Costa Rica eliminada en el tiempo a?adido y al VAR con un merecido aplauso. M¨¢s de hora y media aguantaron como jabatos los ¡°ticos¡±, que apelaron a la heroica resistencia de la debilidad hasta que la rompi¨® Coutinho y a ultim¨ªsima hora sintoniz¨® Neymar, desquiciado todo el duelo. La estrella brasile?a, bajo los focos toda la tarde, para lo bueno y para lo malo, se faj¨® con los rivales, con su propio cuerpo ¨Cque todav¨ªa no le responde como quisiera¨C, con el ¨¢rbitro¡ Y hasta con el VAR, al ¨²nico que no pudo regatear.
Neymar fingi¨® una muerte transitoria por un toque de monjita de Gonz¨¢lez dentro del ¨¢rea costarricense. Casi pica Kuipers, el ¨¢rbitro, pero hoy el f¨²tbol tiene halcones que vigilan los simulacros. Y el de Neymar fue un desmadre. Jugadores como ¨¦l dif¨ªcilmente tendr¨¢n ya pista para trampear. Lo que no se le podr¨¢ discutir al diez brasile?o es que en el segundo acto, con la Canarinha ante el v¨¦rtigo al vac¨ªo tras su empate inicial con Suiza, cogi¨® el partido por la pechera.
Hasta que Neymar, bien secundado por Coutinho, agit¨® el sonajero, Brasil estuvo amodorrada toda la primera parte. Acartonada, sin ritmo, con las monsergas habituales de Neymar a adversarios y jueces y nada m¨¢s que aliviara el tedio. Con la estrella canarinha por los suelos, y no siempre por un aterrizaje forzoso, el equipo de Tite se cant¨® a s¨ª mismo una nana. Nadie daba una puntada a Coutinho, con Willian embridado por la timidez de Fagner, relevo del lesionado Danilo, y Paulinho fuera de lugar. Es decir, lejos del ¨¢rea, donde resulta intrascendente. Un chollo para la afanosa Costa Rica, que se empe?¨® en cada asalto con el coraz¨®n entre los dientes. Y hasta tuvo el descaro de retar a Alison, pero el remate de Borges se fue cruzado. En realidad, un espejismo. Nada m¨¢s se supo de alg¨²n ¡°tico¡± por el rancho del portero brasile?o.
Gripado su rival, la selecci¨®n de ?scar Ram¨ªrez prefiri¨® las cautelas. Hasta el punto de que casi cada saque de Keylor era una patada de rugby a seguir. Luego, ya tras el descanso, no tuvo elecci¨®n: Brasil toc¨® la corneta y comenzaron a caer cascotes sobre Keylor Navas, estupendo ante el asedio.
Tras una brillante etapa al frente de Brasil, Tite tiene a los titulares en la cabeza. Ocurre que la suma de todos no resulta lo ortodoxa que le gustar¨ªa. A espaldas de Neymar y Willian como extremos y Gabriel Jes¨²s como ariete, el t¨¦cnico recluta a Coutinho y Paulinho como volantes de Casemiro, el de la escoba. Pero ninguno de los dos barcelonistas tiene el forro de un interior convencional. A los dos les hechiza el balc¨®n del ¨¢rea, es su mejor coto. Si se frenan junto a Casemiro, ni producen como mensajeros ni tienen asalto al gol. As¨ª que Brasil queda limitada a que Neymar se las ingenie desde un costado, acotado por las estacas de la l¨ªnea de banda y el acoso asfixiante del alguacil de turno. A veces, m¨¢s de uno, como hicieron los ¡°ticos¡± de forma escalonada.
Improductiva Brasil, el equipo solt¨® amarras tras el descanso, ya con Douglas Costa por Willian. A Paulinho se le puso cara de ariete y decidi¨® anidar en la periferia de Keylor junto a Gabriel Jes¨²s. A su lado, Coutinho se descolg¨® de Casemiro para agitar a los suyos por todo el frente de ataque. Y Neymar entr¨® en escena. Con mayor o menor fortuna ¨Ca¨²n se le nota sin turbo¨C, el jugador del PSG rem¨® y rem¨® por la ratonera costarricense. Keylor le desvi¨® un disparo que era gol o gol, en otra acci¨®n la pelota no le cogi¨® la comba deseada. Tambi¨¦n amenazaba Paulinho, y Gabriel Jes¨²s tir¨® de p¨¦rtiga para cabecear al larguero. Al rebote fue Coutinho, pero Gamboa hizo de diana.
Sin respiro para Costa Rica, lleg¨® la pel¨ªcula de Neymar, que hizo creer al ¨¢rbitro que el me?ique de Gonz¨¢lez era una cuchilla. Intervino el VAR: jaque al f¨²tbol ficci¨®n. Se alborot¨® el genial jugador brasile?o, lo mismo que Coutinho y luego Marcelo. El tiempo menguaba.
Brasil no daba con la treta frente al acuartelamiento en tromba de los ¡°ticos¡±. Tite se abri¨® el pecho y envid¨® con Firmino por Paulinho. O sea, los zagueros, Casemiro y un pelot¨®n de asalto: Neymar, Coutinho, Gabriel Jes¨²s, Firmino y Douglas. Hasta que el ariete del Liverpool descolg¨® un centro, a Gabriel se le fue el control e irrumpi¨® Coutinho con la tuneladora para batir entre las piernas a Keylor. Pasaban 30 segundos de los 90 y se acababan de decretar seis minutos de ¡°pr¨®rroga¡±. Suficiente para que Neymar gozara con su gol y se le quebrara el lagrimar. Del chico rebelde y fingidor al chico arrodillado en soledad en el medio campo sin consuelo. En todo y para todo: Neymar.
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