Tite busca un ¡®ritmista¡¯
El seleccionador brasile?o lleva meses ensayando distintas f¨®rmulas para dinamizar el juego en el medio campo
La secuencia de pases burocr¨¢ticos al pie entre los volantes brasile?os ante una Suiza adiestrada para negar espacios merm¨® el potencial ofensivo de la sele?ao hasta convertirla en algo parecido a un grupo de meritorios entregados a la previsibilidad y un f¨²tbol funcionarial. Por encima de la selectiva cacer¨ªa a la que fue sometido Neymar por los defensas suizos. M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica arbitral y del error de posicionamiento que supuso el empate del cuadro helv¨¦tico. Lo que en realidad invade la mente de Tite ante la p¨¢lida actuaci¨®n colectiva con la que Brasil debut¨® en el mundial es una preocupaci¨®n may¨²scula: La falta de vuelo creativo en el medio campo de su equipo.
Tras una impecable fase de clasificaci¨®n para la gran cita en Rusia en la que Brasil hab¨ªa recuperado su autoestima futbolera con ambici¨®n y muchas novedades t¨¢cticas con respecto a ciclos anteriores, Tite confesaba que su equipo estaba todav¨ªa en plena fase de b¨²squeda. Todas las convocatorias posteriores del t¨¦cnico y sus explicaciones p¨²blicas centraban sus desvelos en una carencia que todav¨ªa no ha resuelto: ¡°Para usar un t¨¦rmino propio del carnaval, necesito un ritmista¡±, declaraba en febrero. Un s¨ªmil que todo Brasil entendi¨®. No en vano Tite hablaba de una figura que representa el coraz¨®n de las escuelas de samba, de los componentes de las bater¨ªas de m¨²sicos y percusionistas que desfilan en el carnaval de cualquier enclave brasile?o y que forman parte del acervo popular y de la propia identidad de un pa¨ªs que ha sido capaz como ning¨²n otro de inyectarle musicalidad al f¨²tbol y a la vida.
Las bater¨ªas son estructuras complejas que trabajan colectivamente con minuciosidad a las ¨®rdenes de un maestro l¨ªder. Los ritmistas, ejecutando sus instrumentos con precisi¨®n y sincron¨ªa, son los gestores del equilibrio. Los responsables ¨²ltimos de transformar un presunto caos de estruendosas batidas y decibelios en armon¨ªa. Los que logran convertir el ruido en una m¨²sica maravillosa. El gran Tost?o, encumbrado como leyenda en 1970 en el seno de la m¨¢s celestial selecci¨®n brasile?a, se apresur¨® en una columna en el diario Folha de S?o Paulo a fijar con exactitud la necesidad a la que se refer¨ªa Tite con su met¨¢fora: ¡°El ritmista hace que las cosas sucedan con armon¨ªa, como en los ciclos biol¨®gicos en la naturaleza. Nuestro Gerson (en 1970) pas¨® a la historia como el maestro del pase largo, pero era el que dictaba el ritmo, rara vez fallaba un pase y ten¨ªa el control del partido. El gran ritmista ejecuta el pase correcto, apenas dribla. Juega como si estuviese en el palco manejando el partido por control remoto para detener el juego y que los jugadores vean el posicionamiento de sus compa?eros y de los adversarios, y as¨ª ejecuten la opci¨®n correcta¡±.
Entre los jugadores contempor¨¢neos de esas caracter¨ªsticas Tost?o destaca a Xavi Hern¨¢ndez y a Kroos. Pero sit¨²a a De Bruyne como el m¨¢s completo en activo. Y matiza que ¡°no hay que confundir al ritmista con el volante que marca bien y tiene calidad de pase, como Busquets, Fernandinho o Casemiro ni con el centrocampista ofensivo que juega cerca del gol. Falta en la selecci¨®n brasile?a un crack ritmista. Para compensar ninguna otra tiene tantos jugadores habilidosos r¨¢pidos y con regate en ataque¡±.
En el ¨²ltimo amistoso previo al mundial ante Austria, Tite coloc¨® a Coutinho como volante a la izquierda de Casemiro. La convincente actuaci¨®n del jugador del Barcelona en esa zona, con libertad para asociarse con Neymar y Marcelo hizo que la receta se repitiera ante Suiza. Pero en el debut mundialista la f¨®rmula no funcion¨®. El medio campo elabor¨® con lentitud exasperante y previsible y mostr¨® serias dificultades para habilitar a los puntas cerca del ¨¢rea rival para que ejecutaran acciones de desborde, esencia del ataque brasile?o para Tite. Falt¨® velocidad de circulaci¨®n y criterio de pase. Falt¨® ritmo. Esa palabra que se ha convertido en una obsesi¨®n para el seleccionador.
Y eso que su b¨²squeda de un elemento diferenciador capaz de acelerar, frenar y guiar la zona de gestaci¨®n de juego de la Canarinha ha sido incesante. Su descontento sali¨® a relucir en la segunda parte ante Suiza, con Fernandinho y Renato Augusto sustituyendo a Casemiro y Paulinho, mientras que Coutinho se iba apagando por una exigencia f¨ªsica poco acorde con sus condiciones. Pero a diferencia de lo que hicieron Dunga y Scolari en ciclos pasados, Tite hab¨ªa detectado el problema capital de Brasil. Mucho antes del mundial ya hab¨ªa probado a muchos candidatos en el medio campo para dinamizar el juego y activar con m¨¢s continuidad el poderoso caudal ofensivo que maneja: Indag¨® en el medio local llamando a jugadores como Lucas Lima, Rodriguinho o el exatl¨¦tico Diego. Buce¨® por ligas menores europeas para ensayar con gente como Anderson Talisca o Giuliano, que estaban en Turqu¨ªa. Finalmente le convenci¨® el despliegue y la perspicacia de Fred, volante mineiro del Shakthar fichado ya por el Manchester United y que sufri¨® una lesi¨®n en plena concentraci¨®n en Rusia. Una alternativa con mucho m¨¢s relieve futbol¨ªstico que dimensi¨®n medi¨¢tica.
Tite se lamenta en la intimidad de su cuerpo t¨¦cnico que Arthur, inteligent¨ªsimo centrocampista del Gr¨ºmio elegido mejor volante del campeonato brasile?o en 2017 y que se consagr¨® campe¨®n de la Copa Libertadores jugando con el mapa del campo en su clarividente cabeza, no tuviera este a?o, tras una importante lesi¨®n, la secuencia de partidos necesaria para recuperar su mejor tono y entrar en la convocatoria tras firmar contrato con el Barcelona.
La detecci¨®n del ritmista acab¨® incluso con la paciencia de Jorginho, medio centro del N¨¢poles. Brasile?o de nacimiento, juega en Italia desde que era adolescente. Los sucesivos responsables de las categor¨ªas inferiores de la CBF no parecieron ni darse cuenta de que en el Verona, su anterior club, se estaba fraguando quiz¨¢s el mejor centrocampista de la serie A desde los tiempos de Pirlo. Los ayudantes de Tite le siguieron de cerca, pero la convocatoria de Jorginho por Brasil nunca lleg¨®. Opt¨® por jugar para Italia, donde ahora lidera la renovaci¨®n impulsada por Roberto Mancini. El Manchester City negocia desde hace meses con el N¨¢poles el fichaje de Jorginho por un valor cercano a los 50 millones de euros. Mientras Tite contin¨²a sin hallar su ritmista, Guardiola est¨¢ a punto de comenzar a disfrutar de un metr¨®nomo con botas.
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