Jap¨®n se rebela contra el f¨ªsico de Senegal
La selecci¨®n nipona sobrevive a un partido en el que igual¨® dos desventajas para firmar un empate ante un rival superior en f¨ªsico, pero no en f¨²tbol
El f¨²tbol es m¨¢gico porque su naturaleza es democr¨¢tica, porque la pelota iguala a todos y ofrece la posibilidad de que su trono lo discutan atletas de condiciones variadas. Tiene adem¨¢s un punto de expresi¨®n cultural que sirve para darle un lustroso barniz a su discurso, pero que en ocasiones enga?a. Ser¨¢ que el bal¨®n es redondo y, por tanto, no siempre domesticable. Por eso Jap¨®n se expres¨® con alma y calidez ante Senegal, que semej¨® g¨¦lida. Por eso acab¨® en empate (2-2) un duelo entre jugadores que al alinearse de inicio ante la tribuna principal del estadio de Ekaterimburgo parec¨ªa que iban a escenificar un partido entre alevines y cadetes. Igualaron Jap¨®n y Senegal en su liza y tambi¨¦n se emparejan en la clasificaci¨®n antes de una jornada final que, en un grupo que completan Polonia y Colombia, promete emociones fuertes y calculadoras afinadas.
Quiz¨¢s mereci¨® algo m¨¢s Jap¨®n, siquiera porque se rebel¨® en dos ocasiones contra un marcador en contra y supo encontrarle las vueltas a un partido que no le daba facilidades. La primera dificultad ten¨ªa que ver con la superioridad f¨ªsica de su rival, plagado de bigardos. Cada saque de esquina, cada bal¨®n al ¨¢rea era un reto para los achaparrados nipones, que se multiplicaron con su proverbial esp¨ªritu industrioso para aplacar esas intentonas. Pero Senegal tambi¨¦n sufri¨® lo suyo. Equivoc¨® el ritmo del partido, lo rebaj¨® respecto al que imprimi¨® en su estreno ante Polonia y una vez m¨¢s no tuvo recursos para darle juego a Sadio Man¨¦, su mejor futbolista. Se diluy¨® el equipo africano a pesar de que marc¨® de inicio, a los diez minutos, tras una sucesi¨®n de desastres nipones, una mala defensa y una peor decisi¨®n del portero, que emple¨® los pu?os donde deb¨ªa aplicar el blocaje. La pelota golpe¨® en las piernas de Man¨¦ y se fue a la red.
Jap¨®n qued¨® dolorida, pareci¨® apabullada por el despliegue y la exuberancia de Senegal, por el camino se llev¨® sopapos y revolcones en ese desigual duelo f¨ªsico. Pero acab¨® de pie. A veces los alevines pueden hacerle cosquillas a los cadetes. Las historias del f¨²tbol de patio de colegio est¨¢n repletas de livianitos que someten a grandullones. Algo de eso fue Jap¨®n, que tuvo al exquisito Gaku Shibasaki en el origen de casi todo lo bueno que le sucedi¨®. El futbolista del Getafe juega este Mundial varios metros m¨¢s atr¨¢s de lo que acostumbra en su club y construye porque tiene f¨²tbol y trabajo, se asocia en corto y en largo. Apenas superada la media hora, con Jap¨®n en dudas, un pase suyo en diagonal de cincuenta metros rompi¨® la defensa senegalesa y propici¨® un excelente control de Nagatomo, que en una maniobra se deshizo de dos marcadores. Inui se cruz¨® por all¨ª, aprovech¨® el vac¨ªo y ajust¨® un remate al palo para empatar.
La paciencia premi¨® a Jap¨®n, que sac¨® fruto de sus fortalezas y minimiz¨® sus defectos. Uno de ellos, y no menor, consiste en la carencia de un delantero con gol. Pero Yuya Osako aporta otros valores. No ten¨ªa una labor sencilla ante dos centrales que le sacan una cabeza, pero supo sacarlos de sitio, convertirse en una referencia para sus compa?eros y en todo lo contrario para sus vigilantes. Poco antes del descanso Niang no decidi¨® un mano a mano en el que lleg¨® forzado ante el portero Kawashima, pero a esas alturas Jap¨®n ya parec¨ªa m¨¢s que Senegal, con problemas para sujetar a Shibasaki, Inui y Osako.
Ech¨® en falta Jap¨®n la aportaci¨®n de Kagawa. Nunca es mal recibida la imaginaci¨®n para derrotar al m¨²sculo. El mediapunta del Borussia Dortmund dej¨® el campo justo al minuto siguiente de que Wagu¨¦ adelantase a Senegal en una acci¨®n epis¨®dica forzada por los dos laterales del equipo. Jap¨®n llam¨® entonces a la vieja guardia, primero a Honda, luego a Okazaki. Se fue a por el gol y lo encontr¨® en apenas ocho minutos con Honda, detalle que alerta sobre el car¨¢cter de un equipo que llegaba en dudas a Rusia, tras una fase de clasificaci¨®n mejorable y la destituci¨®n no hace ni tres meses de un seleccionador que no entend¨ªa las condiciones de sus jugadores. Ahora, con Shibasaki e Inui a los mandos, y el soporte de dos ilustres veteranos como Yoshida en el centro de la zaga y Hasebe por delante de ella, Jap¨®n construye algo interesante. Suficiente como para opositar al acceso a los octavos de final. En esa fase eliminatoria tambi¨¦n puede entrar Senegal, pero deber¨¢ ofrecer una cara mejor, m¨¢s f¨²tbol y m¨¢s Sadio Man¨¦.
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