Fin del m¨¦todo Neymar
La estrella de Brasil pretendi¨® vivir relajadamente durante la temporada y concentrarse al m¨¢ximo para ganar el Mundial
Los mosquitos, una plaga en estos contornos del Volga, salieron del pantano que linda con el estadio de Kaz¨¢n atra¨ªdos por la luz blanca. Neymar J¨²nior se los espantaba como pod¨ªa. Parec¨ªa a punto de llorar, picoteado y solo, en medio del manto de hierba, en cuclillas, instantes despu¨¦s de la eliminaci¨®n de Brasil de la Copa del Mundo.
?Ning¨²n compa?ero acudi¨® a consolarle. Nadie pidi¨® su consuelo. Los jugadores derrotados de la ¨²ltima selecci¨®n sudamericana que permanec¨ªa en el torneo se retiraron en silencio abrumados por un golpe del que no hay forma de recuperarse profesionalmente. Por edad, la mayor¨ªa sab¨ªa que se desvanec¨ªan las posibilidades de ganar el trofeo que distingue a los mejores en un pa¨ªs obsesionado con ser la primera referencia mundial del juego. Lo reproduce la divisa de la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol como una consigna nacional en las banderas que adornan el hotel de concentraci¨®n de la selecci¨®n en Sochi: Gigantes por Naturaleza.
Neymar pretendi¨® vivir todo el a?o como si el f¨²tbol profesional le aburriera y reservarse la emoci¨®n y la energ¨ªa mental para los duelos decisivos de la Copa del Mundo. Se mostraba seguro de que, llegada la hora decisiva, impondr¨ªa su condici¨®n autom¨¢tica de heredero de Messi. A sus 26 a?os, en Kaz¨¢n tal vez descubriera que hacer eso supone dar un salto mental sobre una brecha insalvable.
Al cabo del drama, Tite, el seleccionador de Brasil, vino a decir que f¨ªsicamente su futbolista con mayor potencial estaba perfecto para jugar los cuartos. El cuerpo respond¨ªa, la mente, en cambio, no.
¡°La gente ya vio que Neymar volvi¨® a su plenitud¡±, dijo Tite, tras el partido. ¡°Cuando la mente piensa y el cuerpo responde en un dribling o en una carrera, eso quiere decir que est¨¢s a tope. Neymar estuvo incluso por encima de lo que yo imaginaba. En este Mundial nadie hizo esfuerzos de alta intensidad tantas veces en un partido como Neymar contra B¨¦lgica¡±.
Tite construy¨® Brasil como Emery construy¨® el PSG, para exaltaci¨®n de su futbolista m¨¢s desequilibrante, atendiendo a cualidades f¨ªsicas y t¨¦cnicas. Algo, sin embargo, se descompuso en la gran figura medi¨¢tica del f¨²tbol. En el d¨ªa clave. De los nueve disparos a puerta que hicieron los brasile?os solo uno fue del mejor jugador del equipo. Coutinho, que dio 30 pases m¨¢s, remat¨® dos veces entre los tres palos y dio la asistencia del 2-1. Douglas Costa, que entr¨® a falta de media hora para el final, oblig¨® a Courtois a hacer tres paradas, hizo los mismos regates que Neymar (3) y recuper¨® los mismos balones (2).
¡°No quiero colocar a nadie en tela de juicio¡±, dijo Tite; ¡°no quiero hablar de individualidades. Entiendo el f¨²tbol como un contexto global. Creo que dominamos y creamos m¨¢s oportunidades: 27 tiros contra nueve en total. La efectividad de B¨¦lgica fue conseguir goles con menos ocasiones¡±.
¡°A coraz¨®n abierto¡±
¡°El f¨²tbol no es voleibol ni baloncesto¡±, prosigui¨®, ¡°aqu¨ª no vas sumando puntos, buscando consolidar una superioridad. Aqu¨ª si est¨¢s m¨¢s fuerte pero atraviesas un mal momento, o est¨¢s desequilibrado, te golpean y te ganan. Aqu¨ª hay un portero iluminado. Para m¨ª, el que hizo la diferencia esta noche fue Courtois¡±.
¡°Yo¡±, dijo Tite, al borde de las l¨¢grimas, ¡°he visto a Brasil construir, construir y construir con el peso del 2-0. Lo normal es subir y bajar. Nosotros creamos y creamos. Mantuvimos el nivel, la energ¨ªa, la confianza. Pero las circunstancias nos alejaron del gol. ?Los aleatorios fueron demasiado duros con nosotros! Es el primer partido oficial que perdemos. A veces la realidad no coincide con el ideal. Esto fue como una operaci¨®n a coraz¨®n abierto¡±.
Neymar tard¨® demasiado en cargar con el equipo que le hab¨ªan puesto bajo su responsabilidad. Durante largos minutos se le vio desenganchado, toc¨¢ndose el tobillo izquierdo, doliente, cambi¨¢ndose la venda, pidiendo ayuda a los fisioterapeutas o pidiendo el VAR despu¨¦s de tirarse en el ¨¢rea alevosamente en pos del penalti.
Neymar abandon¨® el estadio en silencio. No ten¨ªa nada que decir o no sab¨ªa qu¨¦ dir¨ªa ante la avalancha de preguntas inevitables. Quiso fundar un nuevo m¨¦todo de ganar Mundiales y balones de oro. Quiso exprimirse en un partido cada 20. En Kaz¨¢n descubri¨® el resultado.
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