'FernanDios' Gaviria, creador de sprints, gana de nuevo

Fernando, se llama; FernanDos, le han bautizado en su equipo despu¨¦s de ganar su segunda etapa en el Tour; FernanDios, habr¨ªa que llamarle a Fernando Gaviria por la manera en la que domin¨® el sprint, casi cre¨¢ndolo de la nada, en la largu¨ªsima recta bretona junto al golfo del Morbihan, y el viento que lleva sal de Gu¨¦rande en suspensi¨®n le daba en la cara.

Greg van Avermaet sigue l¨ªder. Es el primer d¨ªa del 18 que el Tour no cambia de maillot amarillo. Ni siquiera la ca¨ªda habitual a cinco kil¨®metros de la meta, un acorde¨®n el pelot¨®n entonces, conden¨® a ninguno de los favoritos salvo al t¨¢rtaro Zakarin. A Rigo Ur¨¢n, el mejor de los colombianos, cortado, le hab¨ªa hecho sufrir unos minutos, y a Mikel Landa.

El viento de cara hab¨ªa condenado minutos antes una fuga de cuatro que hab¨ªan flirteado con la idea del imposible, y hab¨ªan so?ado con que al final del d¨ªa brindar¨ªan con champagne felices por haber derrotado no al pelot¨®n despistado, sino a todos los modelos matem¨¢ticos, bigdatas y apostantes online que hab¨ªan decidido desde el mediod¨ªa que no iban a ninguna parte. C¨®mo se iban a re¨ªr entonces celebrando el triunfo del hombre y su voluntad sobre las leyes de la ciencia. Demasiada soberbia para ser considerada humana, por supuesto. Esa tarea solo la ha afrontado triunfante Gaviria, de La Ceja, Antioquia, Colombia. 23 a?os. FernanDios.

En la jerarqu¨ªa de grandes sprinters de lengua espa?ola, Gaviria ya le disputa la cumbre a Miguel Poblet, ganador de dos San Remos, y a ?scar Freire, tres San Remos y tres Mundiales, y etapas en el Tour ambos. Es como ellos, pero es distinto. M¨¢s que hispano, raza de llegadores peque?os y ¨¢giles, con capacidad de salto en los ¨²ltimos metros, Gaviria es m¨¢s belga o italiano, de potencia larga, y mucho recorrido. M¨¢s puro. Pero tampoco. Gaviria, debutante en el Tour, es ¨²nico como ¨²nico fue su sprint en Breta?a, donde sucumbieron tras su rueda dos de los m¨¢s grandes de la ¨¦poca, Peter Sagan (28 a?os, 109 victorias en la carrera, ocho etapas en el Tour) y Andr¨¦ Greipel (35 a?os, 153 victorias en su carrera, 11 etapas en el Tour).

Despu¨¦s de la ca¨ªda, asustados, los del Sky y compa?¨ªa se fueron a cabeza, y otros equipos sin sprinters y s¨ª hombres de general los siguieron, por si acaso, y el orden magn¨ªfico de los equipos de sprinters en su jard¨ªn particular fue pisoteado, destrozado como un Ikea en manos de hinchas ingleses. Del caos naci¨® la decisi¨®n temprana. A m¨¢s de 500m a¨²n de la recta interminable, Max Richeze, argentino y lanzador privado, guio a Gaviria por entre la confusi¨®n y lo sac¨® a la luz y al viento por entre las vallas de la izquierda. Colosal estuvo en su esfuerzo progresivo Richeze, pero a poco m¨¢s de 300m ya dijo basta. Solo ante una recta desierta, Gaviria debi¨® lanzarse. No hab¨ªa marcha atr¨¢s. Su motor revolucionado hab¨ªa pasado el punto de no retorno. Todos los que lo vieron, tan lejos, tan solo, tan lanzado ya, lo condenaron. A su rueda, Greipel, terrible, esperaba su distancia. Cuando la hall¨® se lanz¨® y lo super¨®. En el 99% de los casos, el sprinter as¨ª superado se rinde: no hay fuerza humana para mantener y mantener la velocidad. Gaviria no se rindi¨®. Mostr¨® una velocidad resistente inaudita y, seg¨²n se acercaba la raya final recuper¨® espacio y fue Greipel el que tuvo que levantar el pie. Derrotado. Sagan, el ¨²ltimo que arranc¨®, tambi¨¦n le super¨® por dentro.

¡°Contamos con la fuerza para aguantar y ganar, pero no es fisiolog¨ªa solo¡±, dice Gaviria, el inventor de sprints. ¡°El secreto es saber aguantar el dolor m¨¢s que nadie¡±.

Por fin Sagan ha encontrado un rival a su altura que le dispute el maillot verde que parece su segunda piel. Y que le gane.