La estrella de Deschamps
El seleccionador ser¨¢ santificado con una segunda estrella o le pondr¨¢n en la picota si se produce una segunda derrota
Desde el pasado martes por la noche, toda Francia (bueno, quedan algunos irreductibles) apoya a sus bleus. Hoy, por ejemplo, ya nadie se burla de Didier Deschamps, por lo menos en p¨²blico, de su t¨¢ctica timorata, de su comunicaci¨®n o de su dentista. Ya nadie pide su marcha anticipada y la contrataci¨®n inmediata de su amigo Zidane. Para todos los franceses, ya no hay debate en torno a la selecci¨®n, o, como mucho, solo sobre el discreto papel, tambi¨¦n ingrato, que desempe?a Giroud, cuyo rendimiento me deja personalmente perplejo cuando pienso en lo que podr¨ªa haber aportado un tal Benzema en el mismo puesto y en un esquema id¨¦ntico. Pero esa es otra historia... Es el momento de la cohesi¨®n nacional, ?y ay de quien se atreva a romper la unidad vertiendo una peque?a cr¨ªtica!
Seg¨²n dice la voz del pueblo y el ambiente general que se respira, tenemos a los mejores jugadores del mundo. Lloris, cuestionado por mucha gente hace solo un mes, se ha convertido de repente en Gordon Banks. Varane, no busquen m¨¢s, es definitivamente el sucesor de Beckenbauer. Pogba ya solo tiene amigos que alaban su humildad, y Grizou (Griezmann) va a ocupar el lugar de Zizou en los corazones dentro de poco. Solo falta que marque un doblete frente a Croacia, ?y listo! Y en cuanto a Mbapp¨¦, desde Lille hasta Marsella pasando por Besan?on y Angulema, ya es uno de los principales favoritos al Bal¨®n de Oro, incluso antes de haber batido a Subasic, su antiguo compa?ero en el M¨®naco, muy por delante de su amigo parisino Neymar y del intocable d¨²o Messi-Cristiano...
Unas horas despu¨¦s de la victoria ante B¨¦lgica (1-0), celebrada con un concierto de cl¨¢xones que se prolong¨® hasta bien entrada la noche en todo el territorio, hasta Bruselas y en B¨¦lgica, donde hay numerosos expatriados fiscales, aunque quiz¨¢s de manera m¨¢s discreta, el pa¨ªs galo se llen¨® de repente con 60 millones de aficionados que ya participan en esta aventura milagrosa hasta tal punto que resulta imposible conseguir una camiseta con el gallo y... una sola estrella a d¨ªa de hoy.
En las cabezas de nuestros compatriotas no existe ninguna duda de que la segunda se coser¨¢ muy r¨¢pido, y de que la nueva zamarra saldr¨¢ pronto a la venta, porque, tan cerca del objetivo, ?qui¨¦n puede imaginarse que unos peque?os croatas, que no vienen de ning¨²n sitio seg¨²n las tres cuartas partes de estos nuevos aficionados franceses, unos adversarios probablemente extenuados a pesar de la presencia de un jugador como Modric, cuyo nombre es poco conocido por aqu¨ª, nos impedir¨¢n alzarnos con el trofeo? ?Nadie!, grita Francia.
Esta vez no so?amos con ganar por un improbable resultado de 3-0, como hace 20 a?os ante Brasil. El fantasma de la derrota contra Portugal en la final de la Eurocopa de 2016 se ha desvanecido, ?lo prometo! Un triunfo, incluso ajustado, bastar¨¢ para hacer felices a esos 60 millones de aficionados. Pero, por desgracia, ser¨¢n muchos menos los que feliciten a Didier Deschamps a su regreso en caso de que el resultado sea negativo. Ser¨¢ santificado con una segunda estrella o le pondr¨¢n en la picota si se produce una segunda derrota.
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