Luis Enrique, a la reconquista de Espa?a
El nuevo seleccionador se presenta invocando a Pelayo y a Luis Aragon¨¦s para reafirmarse frente a quienes cuestionan su patriotismo y sus convicciones futbol¨ªsticas
Expertos en el arte del camuflaje, la persuasi¨®n y la emboscada, los viejos l¨ªderes futbol¨ªsticos hacen fuera del campo m¨¢s o menos aquello que les hizo grandes cuando estaban adentro: disimular su verdadera ¨ªndole. Luis Enrique llev¨® su presentaci¨®n como seleccionador de Espa?a por el cauce predecible del autocontrol, la simpat¨ªa y la vocaci¨®n pedag¨®gica, hasta que el enviado de una cadena de radio le pidi¨® que se definiera ideol¨®gicamente a la luz de sus presuntas manifestaciones en favor del derecho a la autodeterminaci¨®n en Catalu?a. ¡°No voy a hablar de pol¨ªtica¡±, mascull¨®. ¡°Lo que usted ha dicho no se ajusta a la realidad. Puedo entender la mala intenci¨®n pero me resbala. Yo me siento orgulloso de ser lo que soy. Yo me considero asturiano, gijon¨¦s y espa?ol ?Y tambi¨¦n catal¨¢n! El que acuse a un gijon¨¦s [de no ser patriota] no debe conocer a Pelayo!¡±.
La contrataci¨®n de Luis Enrique (Gij¨®n, 1970) como seleccionador espa?ol es un hecho hist¨®rico. Motivo de pol¨¦mica en las tertulias de los agentes de f¨²tbol de media Europa, asombrados de que por primera vez en lo que va de siglo el entrenador que conduce a un equipo a ganar la Champions pase a dirigir una selecci¨®n sin hacer una escala intermedia en un puesto financieramente m¨¢s dotado. Luis Enrique tuvo esa posibilidad. La reputaci¨®n ganada con la Champions, las dos Ligas y las tres Copas que logr¨® en el Bar?a entre 2014 y 2017 hizo que el Chelsea, el PSG, y el Bayern estudiaran ficharle. El Chelsea le ofreci¨® diez millones de euros netos por temporada en febrero y el t¨¦cnico lo rechaz¨®. Pero cuando Luis Rubiales le ofreci¨® el banquillo de Espa?a en plena resaca del desastre mundialista y cobrando tres veces menos tard¨® un d¨ªa en responder que s¨ª.
Hab¨ªa algo que le tentaba m¨¢s que el dinero. M¨¢s incluso que el escudo de La Roja. Algo relacionado con la idea de subirse al ¨²ltimo basti¨®n de la resistencia. Las personas pr¨®ximas a la operaci¨®n indican que Luis Enrique se sinti¨® visceralmente identificado con la posici¨®n desesperada de Rubiales, derrotado por la eliminaci¨®n prematura de la Copa del Mundo, acosado desde la patronal de los clubes por Javier Tebas y enfrentado a Florentino P¨¦rez, presidente del Real Madrid, desde la crisis que desencaden¨® el despido de Julen Lopetegui el 14 de junio. ¡°Hay todo un aparato medi¨¢tico apuntando a Rubiales¡±, dice un dirigente de la Liga. ¡°Los enemigos de Rubiales son los enemigos de Luis Enrique¡±.
La invocaci¨®n de Pelayo, legendario cabecilla guerrillero medieval, ep¨ªtome del resistente aislado, denuncia un sentimiento arraigado en el coraz¨®n revoltoso del nuevo seleccionador. Frente al discurso tecnocr¨¢tico de Lopetegui y tras el interludio melanc¨®lico de Hierro, el Luis Enrique que se present¨® en Las Rozas se descubri¨® encantado ¡ª¡°¨¦ste es un d¨ªa de alegr¨ªa infinita¡ª y ante las continuas preguntas sobre la identidad futbol¨ªstica de Espa?a replic¨® como Xavi Hern¨¢ndez, poniendo por delante el nombre de otro insurgente: Luis Aragon¨¦s.
¡°En nuestra ¨¦poca todav¨ªa se hablaba de la furia¡±, record¨® el t¨¦cnico, ante la inquisici¨®n de uno de tantos periodistas nost¨¢lgicos de los tiempos en que Espa?a jugaba con Nadal, Iv¨¢n Campo, Alkorta y Hierro en la misma alineaci¨®n. ¡°Y cuando sal¨ªamos por el t¨²nel de vestuarios, como contra Alemania en el Mundial del 94, mir¨¢bamos a los alemanes y ve¨ªamos lo que med¨ªan y dec¨ªamos: ¡®?Ostras! La furia me parece a mi que no¡¡¯. Espa?a, gracias a la figura de Luis Aragon¨¦s, encontr¨® lo que somos de verdad. Somos jugadores talentosos, no muy fuertes f¨ªsicamente, p¨ªcaros, pillos, listos. A m¨ª me gusta lo que veo. Me gusta lo que transmite la selecci¨®n. Nuestros jugadores juegan al f¨²tbol y lo hacen con nobleza. Si mal no recuerdo en este Mundial fuimos la selecci¨®n con menos tarjetas. ?Alguna nos tendr¨¢n que sacar, para no quedarnos a cero...! Pero esas son las caracter¨ªsticas de nuestro f¨²tbol y no creo que por jugar de esta manera desperdiciemos jugadores de otro tipo¡±.
Evoluci¨®n y finalizaci¨®n?
El t¨¦cnico habl¨® de perfeccionar el estilo sobre unos fundamentos y advirti¨® que lo que m¨¢s necesita desarrollar es el ataque. ¡°Hay muchas evoluciones a nivel t¨¢ctico que se pueden hacer¡±, dijo. ¡°La fase m¨¢s dif¨ªcil de un equipo es la finalizaci¨®n, cuando el rival est¨¢ replegado cerca de su porter¨ªa quit¨¢ndote los espacios, con mucha densidad de gente detr¨¢s del bal¨®n y esper¨¢ndote para contragolpearte, esa es una fase en la que hemos visto a Espa?a en este Mundial y creo que nos veremos en esa situaci¨®n pr¨®ximamente¡±.
¡°Espa?a¡±, concluy¨®, ¡°tiene que hacer lo m¨¢s dif¨ªcil. Tiene que circular muy r¨¢pido, dando muy pocos toques¡±.
Lo f¨¢cil es trasladar la pelota. Lo f¨¢cil es retroceder y pegar pelotazos a un nueve para que choque con los centrales. Lo f¨¢cil es ponerse furioso. Lo dijo ayer Luis Enrique que eligi¨® complicarse alegremente. Llega feliz a ponerse al frente de una selecci¨®n que atraviesa el desierto.
¡°Cuando haya que tener mano dura no tendr¨¦ ning¨²n problema¡±
Luis Enrique confes¨® que a pesar de llevar m¨¢s de una semana en el cargo de seleccionador de Espa?a, ayer todav¨ªa no se hab¨ªa puesto en contacto con los capitanes. La costumbre de consultar a los m¨¢s veteranos, instaurada por Luis Aragon¨¦s y llevada al extremo por Del Bosque, Lopetegui y Hierro, parece haber encontrado su t¨¦rmino con el entrenador asturiano.
"No he hablado con ning¨²n jugador", dijo. "Desde hace d¨ªas me he encargado de recoger informaci¨®n. Creo que lo m¨¢s serio es entrevistarte aqu¨ª con la gente de la federaci¨®n. No tengo prisa por hablar con los jugadores. A unos los conozco muy bien, a otros tengo ganas de conocerlos. He elaborado mi primera lista [de jugadores convocables] y es de unos 70. ?Tengo que hacerle el lifting!".
Le preguntaron a Luis Enrique si ten¨ªa alg¨²n problema con el capit¨¢n, Sergio Ramos, el m¨¢s veterano de la plantilla y el futbolista m¨¢s interventor que se recuerda en los asuntos de intendencia desde Ra¨²l Gonz¨¢lez. ¡°Que yo sepa yo no tengo ning¨²n problema con ning¨²n jugador¡±, dijo. ¡°?Que yo sepa! Si alg¨²n jugador tiene alg¨²n problema conmigo, eso es algo que ni me preocupa ni debo intentar entenderlo. Tengo muchas ganas de dar mi primera lista. Habr¨¢ sorpresas seguro¡±.
¡°Me gusta consensuar¡±, avis¨®. ¡°Consensuar¨¦ con Ramos, o con el que sea. Me gusta hablar con los jugadores. Pero evidentemente ellos tienen una visi¨®n individual. La m¨ªa es colectiva. Pactar¨¦ lo que pueda y luego decidir¨¦ las cosas m¨¢s complicadas. A veces tienes que tener mano blanda, a veces tienes que dar un abrazo y a veces debes dar una colleja. Un entrenador debe tratar a cada jugador de manera diferente. Yo trato a mis tres hijos de distinta manera y son hijos del mismo padre y la misma madre. ?Imag¨ªnense la selecci¨®n! Tratar¨¦ de la mejor manera a cada uno para que d¨¦ lo mejor de s¨ª. Cuando haya que tener mano dura, la verdad es que no tengo ning¨²n problema. Porque lo hago desde el convencimiento y la sinceridad. No soy amigo de poner muchas normas pero s¨ª de poner dos o tres normas que respetemos todos. Porque si no, esto es un cachondeo y los jugadores son los primeros que no lo quieren¡±.
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