Los secretos de Pello Iguar¨¢n, el primer ¡®caddie¡¯ espa?ol con un grande
El guipuzcoano comenz¨® a llevar la bolsa de palos por necesidad econ¨®mica y ha ganado el Open Brit¨¢nico como ayudante de Molinari
Los caddies son un mundo aparte. Los grandes desconocidos del golf. Sus nombres nunca aparecen en ning¨²n palmar¨¦s, ni grabados en ning¨²n trofeo, pese a que sus consejos han ganado m¨¢s de un grande. Todav¨ªa hoy es un gremio hist¨®ricamente poco reconocido y con peculiares relaciones de trabajo con sus empleadores. Los ha habido muy famosos, como Steve Williams, el caddie con el que Tiger Woods levant¨® un imperio. Williams fue ¨ªntimo del Tigre y sus triunfos le convirtieron en el deportista m¨¢s rico de Nueva Zelanda. Hasta que algo se rompi¨® y acab¨® desvelando los secretos de Woods en un libro. Los hay que son de la familia, literalmente: Sergio Garc¨ªa, Dustin Johnson y Phil Mickelson pagan a sus hermanos. Y nadie olvida que hasta 1983 el Masters solo permit¨ªa que los golfistas fueron acompa?ados por los caddies negros de Augusta.
Eran tiempos en los que la figura del caddie (el t¨¦rmino viene de cadete) estaba m¨¢s asociada a cuestiones f¨ªsicas y de elecci¨®n de palos. Hoy, m¨¢s que simples porteadores, su trabajo ha evolucionado hasta focalizarse en el aspecto mental. Es ese perfil el que ha coronado a Pello Iguar¨¢n (San Sebasti¨¢n, 1969) como el primer caddie espa?ol que gana un grande, el Open Brit¨¢nico que el italiano Francesco Molinari conquist¨® en Carnoustie. Tanto Seve en sus cinco majors como Olazabal en sus dos triunfos y Sergio Garc¨ªa el a?o pasado en el Masters se pusieron en manos extranjeras.
Iguar¨¢n habla en espa?ol con Molinari. Le aconseja y le anima. ¡°Mi labor m¨¢s importante es mantener un estado de ¨¢nimo bueno consistentemente y que eso genere confianza. Me centro en la parte psicol¨®gica. Yo considero que el jugador tiene mucha m¨¢s experiencia para elegir los golpes¡±, explica Iguar¨¢n antes de regresar a Espa?a. ¡°En los momentos malos, es cuando m¨¢s cuesta. Entonces hay que hablar, convencer. Eso es lo m¨¢s exigente. Mi forma de pensar es que cualquier aprendizaje es importante cuando las cosas salen mal. Es lo que m¨¢s ense?a. Te ayuda a tener m¨¢s recursos en los momentos importantes¡±, afirma.
Uno de esos momentos lleg¨® el s¨¢bado por la noche. Mientras cenaban, Molinari e Iguar¨¢n vieron c¨®mo se ordenaba la tabla: el domingo, el d¨ªa en el que el italiano se jugaba ganar su primer grande, el compa?ero de ronda iba a ser Tiger Woods. Y no un Tiger cualquiera. Uno en su mejor versi¨®n y citado con la historia. La presi¨®n iba a ser tremenda. Era la hora de Pello. ¡°Se coment¨® que pod¨ªa ser negativo para nosotros por la cantidad de gente que Tiger atrae [hubo 172.000 espectadores en todo el campo el ¨²ltimo d¨ªa] y que eso pod¨ªa generarnos m¨¢s presi¨®n en el juego. Pero yo lo vi positivo. Con tanta gente entendida en el Open, esa energ¨ªa nos iba a ayudar. Tiger sali¨® muy fuerte, pero nosotros nos mantuvimos concentrados en nuestro trabajo. Era seguir la consistencia de toda la semana¡±, cuenta el guipuzcoano.
El plan funcion¨®. Las dos ¨²ltimas jornadas de Molinari fueron sensacionales. Ning¨²n bogey el s¨¢bado (seis birdies) ni el domingo (dos birdies en los cinco ¨²ltimos hoyos). Mucha mano firme para ganar el Open, sumar su tercer triunfo del curso, ingresar un cheque de 1,6 millones de euros y llegar al n¨²mero seis mundial. La cima en la carrera de Molinari, de 35 a?os, y en la de Iguar¨¢n como caddie.
Un camino con la bolsa de palos que comenz¨® por necesidad, para costearse los gastos que supon¨ªa su intento de llegar a ser profesional del circuito europeo. Despu¨¦s de un torneo suelto en 1993, en 1998 cubri¨® su primera temporada completa junto a Nacho Garrido, con el que trabaj¨® cuatro a?os. Luego un par¨®n hasta 2009 por cuestiones personales, tiempo en el que ejerci¨® de profesor de golf, y vuelta con Garrido. Desde entonces, ha sido requerido por varios golfistas europeos. Con Olazabal, ¡°un hermano¡±, descubri¨® en 2014 el Masters de Augusta, y desde enero de 2015 es pareja de Molinari. ¡°Al principio buscaba que la econom¨ªa fuera suficiente. No fue as¨ª y ya no pienso en jugar a nivel profesional. Me gustaba mucho porque me ayudaba a evolucionar como persona. Como caddie tambi¨¦n he aprendido mucho¡±, cuenta Iguar¨¢n.
Su caso es el de un privilegiado entre los caddies, trabajadores sujetos a los progresos e ingresos de sus jefes ¡ªsuelen llevarse alrededor de un 10%¡ª. ¡°Yo nunca hab¨ªa tenido un contrato hasta que empec¨¦ con Molinari. No suele ser lo habitual. La del caddie es una situaci¨®n complicada a nivel laboral porque puedes perder el trabajo en una semana. No es como un trabajo normal¡±, afirma Iguar¨¢n. Todav¨ªa hoy los caddies cargan con peajes del pasado, como no poder entrar a veces al comedor de los jugadores, o al mismo vestuario. ¡°Son situaciones que vienen de antes y se aceptan. La figura del caddie es hoy m¨¢s reconocida, pero hay cosas por mejorar¡±, concluye Iguar¨¢n.
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