El Bar?a de siempre
Con Malcom como agitador, el equipo azulgrana somete de inicio a la Roma gracias a su reconocible juego de posesi¨®n y presi¨®n, pero acaba por perder el encuentro con la rueda de cambios
Se med¨ªa el Bar?a contra la Roma, equipo que le infligi¨® la peor de las derrotas en los cuartos de la Champions pasada tras endosarle tres goles en el duelo de vuelta cuando en la ida apenas articul¨® f¨²tbol. Pero con un juego vertical y vertiginoso, super¨® a un Barcelona desnortado que pag¨® el batacazo de tal modo que ni siquiera el doblete de la Liga y la Copa sirvi¨® para que muchos aficionados tiraran cohetes, fastidiados por el tr¨ªo de Champions del Madrid. Tambi¨¦n era la Roma el club al que el Bar?a le birl¨® a Malcom despu¨¦s de que los giallorossi anunciaran antes de tiempo su contrataci¨®n. Pero no hab¨ªa nada firmado y tras la negativa del Chelsea a rebajar sus pretensiones econ¨®micas sobre Willian, el ¨¢rea deportiva azulgrana revent¨® la operaci¨®n de Malcom con la Roma para presentarlo 24 horas despu¨¦s. En esta madrugada, sin embargo y con el bal¨®n rodando, la Roma no pas¨® de ser una peonza a pies de los azulgrana en el primer acto; un equipo con orgullo y gol en el segundo -cuando el Bar?a aline¨® a los j¨®venes- para voltear el resultado y llevarse el triunfo.
Hubo una jugada, alcanzada la media hora del partido, que explic¨® el primer acto. Sac¨® de porter¨ªa Olsen y la presi¨®n de Aleix Vidal fue tan veloz y fiera que Florenzi, asustado, se meti¨® dentro del ¨¢rea para evitar que se la robara al tiempo que comet¨ªa infracci¨®n y la pelota deb¨ªa volver a sacarla el portero. As¨ª fue el acoso avanzado de los azulgrana, que ahogaron el juego desde la ra¨ªz del rival a pesar de que asum¨ªan muchos riesgos en defensa y Semedo, Lenglet y Marlon debieron batirse al suelo para evitar que los delanteros se midieran con Cillessen. En una de esas, sin embargo, Justin Kluivert ¨Chijo de Patrick, exariete azulgrana- le gan¨® la espalda a Cucurella y le rompi¨® la cintura a Lenglet con un cambio de ritmo para centrar a El Shaarawy, que la empuj¨® a gol. Fue la ¨²nica llegada clara de la Roma, un premio excesivo ante el festival de juego del Bar?a, solo falto de punter¨ªa.
Con Sergi Roberto imperial de mediocentro ¨Cun grito silencioso de que siempre quiso el bal¨®n para jugarlo y no para robarlo- como ya lo hiciera ante el Tottenham, la media del Bar?a bail¨® al oponente, con la movilidad y llegada de Rafinha, con el toque y criterio de Arthur. F¨²tbol de altos quilates que desembocaba en Munir porque prob¨® tres disparos, aunque todos se toparon con el pecho del portero. Lo mismo le sucedi¨® a Malcom tras un eslalon precioso, el¨¦ctrico y revoltoso como es. Pero la suerte la cambi¨® Rafinha en otra jugada ejemplar: rob¨® el bal¨®n Sergi Roberto y la puso al espacio, donde apareci¨® Malcom y tir¨® una espuela sin que botara el bal¨®n para conectar con Rafinha; uno y dos, pared con Munir, control y remate en semivolea a la red. El caramelo que buscaba y que ya no volvi¨® a encontrar en ese acto porque por m¨¢s que buscara fisuras en la poblada zaga rival, se not¨® la falta de ritmo y de finura en el pase, tambi¨¦n la carencia de automatismos porque entre j¨®venes y nuevos todav¨ªa queda mucho por empastar.
Pero como el bal¨®n es caprichoso, el Bar?a se encontr¨® con el gol nada m¨¢s empezar la segunda parte con una jugada en la que Ballou explic¨® que tiene tanta potencia como dribling porque sent¨® a Manolas y le regal¨® el gol a Malcom, que ya hizo diana en el lanzamiento decisivo de los penaltis ante el Tottenham. Lo celebr¨® con ganas el futbolista, a quien la Roma no le perdona la traici¨®n y le borr¨® de la alineaci¨®n en sus cuentas de las redes sociales. Ya no era un Bar?a tan fluido en la distribuci¨®n del bal¨®n y en el ritmo del pase, pero jugadores como Riqui Puig ¨Csiempre est¨¢ donde lo requiere la jugada y piensa el siguiente paso antes de recibir la pelota-, Ballou con sus quiebros, Collado con sus conducciones hipn¨®ticas y Abel Ruiz con sus movimientos explicaron que tienen el futuro en sus botas. Insuficiente, en cualquier caso, para contener a la Roma, que meti¨® a varios titulares en los compases finales como Kolarov y Fazio. As¨ª, en una nueva contra, Florenzi apareci¨® por un carril interior y cederle el esf¨¦rico a Perotti, que emboc¨® a gol. Repiti¨® fortuna el atacante romano, que acert¨® en el lanzamiento de penalti por un error de Monchu. Un castigo desorbitado para el f¨²tbol azulgrana, pero suficiente, en cualquier caso, para ver que Valverde no quiere perder las esencias, siempre con la presi¨®n alta y con la pelota en los pies.
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