Nostalgia del no
El madridismo jugar¨¢ dos competiciones: la del Madrid pos-Cristiano y la del Cristiano pos-Madrid
El madridismo jugar¨¢ dos competiciones este a?o: la del Madrid pos-Cristiano y la del Cristiano pos-Madrid. La primera acabar¨¢ con el ¨²ltimo partido oficial y la segunda terminar¨¢ este mi¨¦rcoles, cuando empiece la primera. Sobrevaloramos la nostalgia e infravaloramos el olvido; con la primera se escribe porque el texto siempre gana con ella, pero nunca echamos de menos tanto como decimos. Ni a los jugadores, ni a los amores con los que llenamos p¨¢ginas, ni siquiera a los muertos que pensamos que recordar¨ªamos cada d¨ªa, aunque de ¨¦stos s¨ª hay momentos para el homenaje, sobre todo si se fueron debiendo dinero.
La memoria funciona mejor con el tiempo, cuando el recuerdo depende m¨¢s de nosotros que de los hechos: cuando todos los goles parecen m¨¢s bellos y todos los fracasos no parecieron para tanto; incluso al rev¨¦s, si uno es muy catastr¨®fico. Por eso, que haya gente enfadada porque Cristiano haya llegado a Tur¨ªn y se comporte como Cristiano, entre la indiferencia y el desprecio por el Madrid, significa que mucha gente no ha entendido nada; yo, que en la literatura odio el f¨²tbol moderno y en la vida lo prefiero, elijo a mercenarios como ¨¦l en mi equipo por encima de bienintenciados futbolistas madridistas que aman los colores con el mismo esfuerzo con el que detestan el bal¨®n.
El cr¨¢ter del portugu¨¦s en la afici¨®n, y el remedio para cubrirlo viendo que es imposible hacerlo con dinero, es uno de los espect¨¢culos de la pretemporada. Nunca hasta este a?o hab¨ªa visto yo en los medios tantos v¨ªdeos de detalles de entrenamientos: cualquier filigrana de los nuevos jugadores del Madrid, con especial atenci¨®n a Vinicius, es susceptible de convertirse en v¨ªdeo viral. C¨®mo ser¨¢ que el otro d¨ªa en la playa me vino un bal¨®n a los pies y prefer¨ª pasarlo con las manos, para desesperaci¨®n de Maradona, por miedo a que, de hacerlo con el exterior o rabona, alguien me grabase con el m¨®vil bajo la leyenda ¡°?ser¨¢ ¨¦l?¡±. Pero el Madrid pos-CR es, por encima del Madrid del ¡°?ser¨¢ ¨¦l?¡± (un club en busca de un 7 hist¨®rico, alguien que se encadene al adn que llevaron ¡ªKopa aparte¡ª casi de forma continua Amancio, Juanito, Butrague?o, Ra¨²l y CR), el Madrid europeo obligado a sucederse a s¨ª mismo bajo unos par¨¢metros desconocidos e in¨¦ditos: los de la refundaci¨®n en medio de la gloria, invent¨¢ndose entrenador y estrella, gastando en los ¨²ltimos cinco a?os cantidades rid¨ªculas al lado de dispendios, muchos de ellos irracionales, de Bar?a o City, y sin perder, al final de todo el viaje, la condici¨®n de enemigo a batir.
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