Un Gamper para la autoestima del Bar?a

Aunque cuesta encontrar d¨ªa, hora y rival en plena decadencia de los torneos veraniegos, el Trofeo Joan Gamper sobrevive como acto de afirmaci¨®n barcelonista y jornada en honor del fundador del FC Barcelona. No conviene olvidar que Hans Gamper era suizo, protestante y entusiasta seguidor de los mejores equipos centroeuropeos a los que invitaba a jugar por Navidad.

Hoy seguramente estar¨ªa muy a favor de la codiciada Champions y de la globalizaci¨®n, que obliga a reparar en China, Jap¨®n y Catar, ni que sea por los goles de Iniesta y las clases futbol¨ªsticas de Xavi. No es extra?o por tanto que los turistas llegados a Barcelona acudan tambi¨¦n al Camp Nou para ver al equipo de Messi y despu¨¦s de pasar por caja convivan con los pe?istas, que son multitud (160.041 repartidos en 1.245 agrupaciones), protagonistas sin reservas el Gamper.

El torneo siempre ha mantenido el car¨¢cter de fiesta mayor culer en plena ¨¦poca de fiestas mayores en Catalu?a. No ha perdido sentido en tanto que ceremonia de presentaci¨®n y declaraci¨®n de intenciones, circunstancia que obliga a los portavoces del club a oficiar de pregoneros y exige a los fichajes rendir pleites¨ªa a la afici¨®n del Bar?a.

La liturgia acostumbra a condicionar el ¨¢nimo de la gent blaugrana y, a juzgar por los parlamentos, al equipo le aguardan muchas emociones en el curso 2018-2019. ¡°Tengo la intuici¨®n de que va a ser un a?o hist¨®rico¡±, proclam¨® el presidente Bartomeu. Y Messi se estren¨® como capit¨¢n con un discurso sorprendentemente conciso, eficaz y motivador, asumiendo que lleva la cinta heredada de Iniesta: habl¨® bien del equipo y de los fichajes, del pasado y del futuro y asumi¨® el reto barcelonista de volver ganar la Liga de Campeones.

El entrenador se expresa en la alineaci¨®n, especialmente ambiciosa de momento, m¨¢s pr¨®xima al 4-3-3 que al 4-4-2, siempre dinamizada por un optimista Messi. El 10, que siempre golea cuando se enfrenta a un equipo argentino, marc¨® diferencias tambi¨¦n ante Boca: 3-0. Aunque no tuvieron fluidez, y fueron reiterativos en las p¨¦rdidas del bal¨®n, los azulgrana sometieron a un rival sin pegada, mejor en lo colectivo que en lo individual, desafortunado en los goles de Malcom y Messi y retratado en el 3-0 excepcional de Rafinha. Los brasile?os danzaron alrededor del argentino Messi, cuya determinaci¨®n contrast¨® con la fatalidad de Boca, con y sin T¨¦vez.

No se jug¨® a fin de cuentas un partido sino que se sucedieron un rosario de detalles ante una nutrida representaci¨®n de seguidores xeneize: la fiereza de Malcom, la exquisitez de Riqui Puig, la pujanza de Miranda o el ca?o de Pav¨®n a Busquets. La noticia, en cualquier caso, siempre estuvo alrededor de la buena cara de Messi.