Isco, ¨²ltimo engranaje del Madrid de Lopetegui
El mediapunta, que reemplaz¨® a Asensio frente a la Roma, encaja como falso extremo y sigue sumando valores al funcionamiento colectivo del equipo
Luis Enrique asisti¨® al Madrid-Roma sentado en el palco del Bernab¨¦u, este mi¨¦rcoles. All¨ª el seleccionador comprob¨® que Isco Alarc¨®n sigue migrando hacia la posici¨®n de falso extremo por la izquierda, como esos animales salvajes a los que el avance del suelo urbanizable ha ido empujando a lugares m¨¢s rec¨®nditos.
Enchufados los porteros en una rotaci¨®n que parecen asumir con ¨¢nimo competitivo; definida la primera opci¨®n de la defensa con Carvajal, Varane, Ramos y Marcelo; y cada vez m¨¢s asentado el mediocampo alrededor de Casemiro, Kroos y Modric; quedaba por determinar la inserci¨®n de Isco en un tridente de ataque que la pol¨ªtica deportiva trazada por el club prefigur¨® desde hace meses: Bale, Benzema y Asensio no ofrec¨ªan apenas fisuras. Al sexto partido oficial de la temporada, Julen Lopetegui quit¨® a Asensio y encontr¨® el hueco.
Isco no fue el jugador m¨¢s brillante frente a la Roma pero se convirti¨® en el ¨²ltimo engranaje que se suma a la maquinaria del nuevo Madrid. Las estad¨ªsticas le convalidaron como a uno de los hombres m¨¢s desequilibrantes: el que m¨¢s ocasiones gener¨® (5) y el que m¨¢s veces tir¨® a puerta (3). Su gol de falta abri¨® el marcador y desahog¨® al Madrid camino de la goleada (3-0), consagr¨¢ndole como el tirador m¨¢s preciso desde el borde del ¨¢rea. En 2018 meti¨® dos de los cuatro tiros libres directos que lanz¨®. El promedio no tiene par en la plantilla. Sus piernas combadas de genu varo son un instrumento infalible para dar efecto de spin a la bola y superar las barreras m¨¢s pegadas a la porter¨ªa.
¡°Ah¨ª se me dan bien¡±, dijo, sobre la falta. ¡°Me la han hecho a m¨ª y Ramos me la ha dejado tirar. Estoy muy contento por el buen juego; incluso pudimos meter alg¨²n gol m¨¢s. Estamos en el camino y podemos mejorar. Tenemos que controlar m¨¢s los partidos para que no sean de ida y vuelta¡±.
Dec¨ªa Carlo Ancelotti que el problema m¨¢s evidente de Isco era su encaje t¨¢ctico. Como le faltaba fondo aer¨®bico suficiente para ser un mediocampista capaz de dar continuidad al juego de defensa y ataque, no pod¨ªa colocarle como volante; y puesto que tampoco ten¨ªa desborde ni potencia, tampoco pod¨ªa ser un extremo puro; de modo que solo cab¨ªa situarle como media punta, soluci¨®n que obligaba a superar el 4-3-3 y confeccionar un 4-2-3-1 ad hoc. As¨ª jugar¨ªa por detr¨¢s del punta, donde su habilidad en espacios reducidos aprovechar¨ªa m¨¢s al equipo. Ancelotti se planteaba entonces la gran cuesti¨®n: ?es tan bueno Isco como para forzar a todo el Madrid a girar a su alrededor? Ancelotti, como Zidane, optaron por hacer que el equipo gire alrededor de Cristiano.
Lopetegui resolvi¨® el dilema durante su etapa al frente de Espa?a, cuando se invent¨® para Isco la funci¨®n de falso extremo. Le hac¨ªa partir desde la banda para moverse entre l¨ªneas, siempre en posiciones muy avanzadas, persuadi¨¦ndole de que deb¨ªa esperar a que le llegara la pelota en lugar de bajar a buscarla. En el Madrid aquella soluci¨®n choca con un obst¨¢culo: para ponerla en pr¨¢ctica Lopetegui tiene que sentar a Bale, Benzema o Asensio, jugadores que gozan de una posici¨®n estrat¨¦gica privilegiada en el plan de la directiva.
En su intento por mantener al tridente principal, Lopetegui comenz¨® a experimentar con Isco como volante en la Supercopa de Europa. All¨ª lo situ¨® en un 4-3-3. Exactamente con la funci¨®n que hab¨ªa desempe?ado el d¨ªa de la eliminaci¨®n del Mundial de Rusia, en el peor partido de Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada. Contra el Atl¨¦tico, Isco sigui¨® sin encajar. Pero Lopetegui insisti¨®. Primero contra el Getafe (le cambi¨® por Casemiro en el minuto 57) y despu¨¦s en Girona. En Montilivi, el entrenador movi¨® las piezas en la direcci¨®n que hace cuatro a?os hab¨ªa vislumbrado Ancelotti como ¨²nica salida: el 4-2-3-1. Pero la cosa tampoco acab¨® de rodar, porque Bale y Asensio se comportaron m¨¢s como delanteros que como extremos y el equipo estuvo fracturado durante media hora.
Isco perdi¨® la titularidad. Contra el Legan¨¦s y el Athletic fue el jugador n¨²mero doce. En San Mam¨¦s entr¨® en la segunda mitad y meti¨® el gol del empate definitivo (1-1) despu¨¦s de comportarse m¨¢s como atacante que como interior. Contra la Roma, Lopetegui sent¨® a Asensio y devolvi¨® al malague?o a su posici¨®n orillada de falso extremo. Aunque no tard¨® en bajar a pedir la pelota al medio, en donde se superpuso con Kroos, e incluso a la l¨ªnea de zagueros, en donde fren¨® la circulaci¨®n del bal¨®n, Isco acab¨® por ser determinante cuando se meti¨® entre l¨ªneas.
Cuando le preguntaron por el partido de Isco, Lopetegui vino a decir que lleva cuatro meses adiestrando a los chicos para que consigan armonizar en un esquema colectivo sin apagarse como individuos. ¡°Trabajamos¡±, dijo, ¡°para que los jugadores est¨¦n en un contexto de gran rendimiento y puedan sacar brillo a todas sus intervenciones¡±.
Su h¨¢bitat natural, en los confines del campo, all¨ª donde los defensas aprietan m¨¢s, es el que menos quiere frecuentar Isco. Pero frente a rivales fuertes su ¨²nica salida pasar¨¢ por disputarle el puesto a Bale, Benzema y Asensio.
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