Lemar revienta las pizarras
El franc¨¦s da la victoria al Atl¨¦tico en Getafe y firma su primera gran tarde como rojiblanco con un ca?onazo que entr¨® tras dar en la espalda de Soria y un gol a la contra
Por lo que se ha visto ahora, los 70 millones de euros que el Atl¨¦tico ha empleado en Thomas Lemar est¨¢n m¨¢s orientados a la efectividad que al exceso de brillo. Su tallaje como futbolista de Simeone, camina m¨¢s hacia lo concreto, que a lo expansivo. El mismo recorrido que ya tuvo que andar Griezmann. Primero el colectivo y despu¨¦s los detalles individuales. Si son ganadores, como lo fueron en Getafe, mejor. Un zurdazo suyo desde 30 metros que rebot¨® en la espalda de David Soria tras menear con violencia el larguero y una contra que condujo y culmin¨® le dieron los tres puntos que tanto necesitaba este Atl¨¦tico. El equipo de Simeone juega ya al borde del filo de la navaja en sus aspiraciones ligueras por su irregular arranque. No puede permitirse muchos m¨¢s traspi¨¦s si pretende pelear el campeonato a Bar?a y Madrid.
Los dos tantos logrados le concedieron a Lemar su primera gran tarde como protagonista rojiblanco. Un partido para empezar a justificar su precio y aligerarle la mochila de ser el jugador m¨¢s caro de la historia colchonera. A¨²n no maneja ciertos c¨®digos de su entrenador, como esos intentos de regate en campo propio que generaron problemas a los suyos, pero ya parece haber asimilado otros. Con la pelota es peor jugador cuanto m¨¢s cercano a la banda permanece. Lemar ya sabe que cuando se meta al centro para asumir el juego por dentro debe volver r¨¢pido cuando el ataque finaliza. Pero su par de goles fueron la prueba evidente de que en los pasillos centrales est¨¢ su valor de mercado y su esencia como pelotero. Su clase revent¨® el exceso de tacticismo imperante.
El duelo tuvo muchos momentos previsibles desde los perfiles de Bordal¨¢s y Simeone. Dos entrenadores que prefieren la prudencia del orden defensivo extremo para controlar el juego y tratar de asaltar el marcador. F¨²tbol de rompe y rasga plagado de tics pizarreros. El tiempo que tardan en sacar de puerta los porteros, por ejemplo. El pateo de David Soria y Oblak no se produc¨ªa hasta que cada pe¨®n ocupaba su posici¨®n en el tablero. Movimientos trabajados hasta la extenuaci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa. Ya se sabe, el ajedrez y el azar de la segunda jugada.
Atajo conservador
El equipo que suele ganar el rebote, pilla al otro desodernado. Si el vencedor es el que ataca, en dos tres o toques puede plantarse en el ¨¢rea. Si el que se lleva la pelota es el que defiende, puede encontrar pistas libres para salir flechado a la contra. El atajo conservador de no generar el desmantelamiento defensivo del contrario con circulaciones de bal¨®n m¨¢s complejas. Otra manera de jugar y de ganar. O de perder, en el caso del Getafe.Cuando Lemar hizo el 0-1 al cuarto de hora, el Atl¨¦tico se refugi¨® en su repliegue y en el contragolpe. En ese modo Simeone, Rodrigo, que viste de bonito al equipo en la salida de bal¨®n con esa imagen tan guardiolesca del pivote situado entre los centrales, es menos Rodrigo. En el molde cl¨¢sico de su entrenador, cuenta con la pelota menos de lo que desear¨ªa. Si sus compa?eros se lo saltaban porque la creencia es otra, a Djen¨¦ y a Arambarri los futbolistas del Getafe trataban de obviarlos por la l¨®gica de sus capacidades para operar en coraz¨®n del juego.
El pas¨® atr¨¢s del Atl¨¦tico sirvi¨® para medir a Gim¨¦nezm y a Lucas. El asalt¨® ten¨ªa tron¨ªo para la pareja que apunta ya m¨¢s al presente que al futuro porque el tiempo tambi¨¦n pasa para ellos: ya tienen el n¨²mero de horas de vuelo suficiente y f¨ªsicamente son superiores a God¨ªn y Savic. Les aguardaban Jorge Molina y ?ngel, dos perros viejos que est¨¢n en ese punto de sabidur¨ªa en el que ya no hacen nada si no es para tratar de hacer da?o. Un desmarque, una anticipaci¨®n, una prolongaci¨®n de cabeza, un remate o el manejo de los codos en los saltos. Dos miuras resabiados que cuando desnudaron a uno de los dos se encontraron con la correcci¨®n y el auxilio del otro.Acomodado el Atl¨¦tico en su pose m¨¢s reconocible, a Simeone le sobr¨® Rodrigo y le prim¨® meter a Thomas, m¨¢s acorde con lo que demandaba el partido. Que solo se rompi¨® cuando Lemar condujo una contra de derecha a izquierda, se apoy¨® en Koke, y este le habilit¨® con un buen pase filtrado para que sentara a David Soria antes de marcar y terminar por reventar las pizarras. Por el medio, claro.
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