Lopetegui, momento cr¨ªtico
El t¨¦cnico del Madrid, que pierde a Isco un mes por una apendicitis, afronta el choque con el Sevilla como el primero de una serie de duelos que medir¨¢n c¨®mo administra la plantilla
Superado el periodo de adaptaci¨®n al m¨¦todo de Julen Lopetegui ¡ªel t¨¦cnico sum¨® 100 d¨ªas al frente del equipo la semana pasada¡ª, el Madrid se interna en el territorio caliente de la Liga con la visita de hoy al S¨¢nchez Pizju¨¢n, la disputa del derbi el pr¨®ximo s¨¢bado, y, para culminar un mes agitado, el viaje al Camp Nou previsto para el 28 de octubre. Comienza la gran prueba sin que los precedentes ofrezcan m¨¢s que claroscuros. En situaciones de presi¨®n ¡ªla Supercopa de Europa y San Mam¨¦s¡ª el Madrid funcion¨® con altibajos. En caso de rotaci¨®n de puestos clave, asom¨® cierto desorden.
Son numerosas las voces que desde el club indican que el trabajo de Lopetegui es, en general, bueno. En los despachos explican que el equipo practica un juego atractivo basado en el intento de dominar al rival con el bal¨®n controlado, tal y como esperaba la directiva cuando le contrat¨® en junio. Tambi¨¦n advierten de que el hombre es amable, trabajador, y que se esfuerza por colaborar con los distintos departamentos con disposici¨®n, dicen, de ¡°campechano¡±, cosa que muchos empleados agradecen tras el paso del quisquilloso Rafa Ben¨ªtez y el inescrutable Zinedine Zidane. El genio franc¨¦s, criado en un barrio aluvional de Marsella, era de todo menos ¡°campechano¡±.
Los dirigentes del Madrid est¨¢n a la expectativa. Especialmente, considerando que ser¨¢ frente a grandes rivales como el Sevilla y el Atl¨¦tico donde se constatar¨¢ si Lopetegui sabe administrar con ¨¦xito los minutos de competici¨®n entre los futbolistas para que todos se sientan part¨ªcipes, ninguno se considere minusvalorado, y el funcionamiento colectivo no se degrade por efecto de los inevitables cambios en la alineaci¨®n.
Si en San Mam¨¦s se puso de manifiesto (1-1) que el Madrid no acaba de ajustarse a las variaciones del tri¨¢ngulo que forman Modric, Casemiro y Kroos, contra el Espanyol (1-0) los que no encajaron fueron los laterales de refresco. El partido del s¨¢bado pasado exhibi¨® la clase de dificultades que se derivan de las rotaciones cuando los jugadores que entran no logran armonizar en el orden preestablecido. Por primera vez, Lopetegui cambi¨® a los dos laterales titulares, Carvajal y Marcelo, para dar entrada a Odriozola y Nacho. El donostiarra debut¨® en el once inicial y Nacho se desplaz¨® al puesto que peor sostienen sus condiciones naturales de central diestro. La necesidad de innovar en las bandas choc¨® con formaciones in¨¦ditas en el mediocampo y la delantera. Sin Kroos y Bale, ausentes por primera vez, el equipo acab¨® atascado. Solo Carvajal fue una baja obligada. El madrile?o sufre una contractura que le deja fuera del viaje a Sevilla junto con Isco, que ayer debi¨® ser operado de apendicitis y permanecer¨¢ fuera de la competici¨®n cerca de un mes.
¡°Una vez deseada la pronta recuperaci¨®n y despu¨¦s de lamentarlo, al segundo siguiente pensamos en las soluciones, en la plantilla y en los jugadores que van a estar¡±, declar¨® ayer Lopetegui, con ese tono expeditivo autom¨¢tico que le caracteriza. ¡°Eso es lo que haremos. M¨¢xima confianza en los jugadores que van a estar¡±.
El lamento de Zidane y Ancelotti
Las lesiones y las bajas en una temporada existir¨¢n siempre¡±, zanj¨®. ¡°Son intr¨ªnsecas de los equipos que juegan cada tres d¨ªas. Debemos afrontarlas con la m¨¢xima normalidad y confianza plena en los jugadores que van a estar¡±.
Lopetegui afronta un doble desaf¨ªo. Cambiar sin deformar al equipo ni herir los egos. Este ¡ªla susceptibilidad de los artistas¡ª es el m¨¢s arduo de los problemas que presentan las plantillas con superpoblaci¨®n de talentos.
Magistral en el arte de la persuasi¨®n de estrellas, Carlo Ancelotti inform¨® a los dirigentes del Madrid en 2014 que no conven¨ªa tener a dos buenos jugadores por puesto porque eso supon¨ªa que, inevitablemente, tres o cuatro excelentes profesionales se quedar¨ªan en el dique seco, sacrificio moral que no conven¨ªa asumir si se pretend¨ªa cultivar el sentido de uni¨®n. Zidane pensaba igual. El t¨¦cnico que m¨¢s t¨ªtulos logr¨® en la historia reciente del club se quej¨® de la sobreabundancia de buenos jugadores, pues esto le obligaba a decidir marginaciones indeseables. Siguiendo su indicaci¨®n en 2017 el Madrid se deshizo de Morata, James y Pepe, por entonces tres futbolistas muy cotizados. Ni las bajas aliviaron la tensi¨®n. A principios de 2018 Ceballos, Bale, Llorente y Kovacic deslizaron que cambiar¨ªan de club si no jugaban m¨¢s. Kovacic se fue y, en este trance, Lopetegui pidi¨® un centrocampista que relevase al croata. Exactamente lo que no habr¨ªan hecho sus predecesores.
Sin Cristiano ni Kovacic, el Madrid actual es el m¨¢s manejable de los ¨²ltimos a?os. De ah¨ª que Lopetegui sorprendiera a algunos de los asesores del presidente, Florentino P¨¦rez, cuando en julio solicit¨® la contrataci¨®n de un centrocampista que ocupara el hueco dejado por Kovacic. Por un lado contradec¨ªa las teor¨ªas de Zidane y Ancelotti sobre la necesidad de acortar la plantilla, por otro parec¨ªa apuntar a la marginaci¨®n ¡ªotra vez¡ª de Llorente y Ceballos, ambos postergados por Zidane.
Lopetegui se apresur¨® a ocultar en p¨²bico todo aquello que suger¨ªa confidencialmente. ¡°Estamos encantados con el equipo que tenemos¡±, dijo el 30 de julio, cuando le preguntaron si pidi¨® fichajes. Luego solicit¨® un rematador y le ficharon a Mariano. Desde entonces, cada vez que le preguntan por las rotaciones, repite un eslogan: ¡°Hagamos lo que hagamos, acertaremos¡±.
Esta noche el Madrid visita Sevilla. Mal sitio para fallar.
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