El derbi tiene en vilo al Madrid
La derrota en Sevilla y la visita del vecino pone a la directiva madridista vigilante con Lopetegui. Ante las dudas, el t¨¦cnico se aferra a Casemiro para recuperar el orden
Julen Lopetegui desconfiaba de las aptitudes de Carlos Casemiro cuando comenz¨® a entrenarlo en el Oporto. Idealista e inexperto en una caseta de primer nivel, en 2014 el t¨¦cnico juzgaba al brasile?o con el rigor de la nueva academia y lamentaba que no se perfilara con la naturalidad suficiente para iniciar el juego. Durante meses, Casemiro, que estaba cedido por el Madrid, fue sometido a ejercicios espec¨ªficos para que se orientara mejor antes de recibir el bal¨®n. Acab¨® por asentarse como titular en el equipo portugu¨¦s, pero Lopetegui nunca disip¨® sus dudas en relaci¨®n con las posibilidades del jugador de consolidarse en un grande como el Madrid.
Cuatro a?os despu¨¦s Casemiro y Lopetegui vuelven a coincidir. El entrenador afronta el reto de lograr su primer trofeo y el pupilo sigue siendo un futbolista joven, con 26 a?os, pero por el camino ha coleccionado cuatro Champions y una Liga con el Madrid. Es un mediocentro de referencia mundial en una plantilla saturada de figuras que despiertan muchas dudas en la directiva y en el entrenador, muy afectado tras la aparatosa derrota (3-0) de Sevilla. Dudas que, sin embargo, Lopetegui no reserva para el brasile?o. Ahora el preparador ha trasladado al club que considera que Casemiro es imprescindible para ¨¦l. Un pilar en este Madrid de transici¨®n que recibe hoy al Atl¨¦tico (20.45 horas, Movistar Partidazo). Un basti¨®n para el propio Lopetegui, que no puede permitirse una derrota esta noche sin riesgo de poner en peligro su cargo.
Septiembre no ha concluido y el primer derbi de la Liga llega al Bernab¨¦u como una amenaza de aplastamiento definitivo o una promesa de redenci¨®n temporal para el hombre que el Madrid present¨® como la pierda fundamental del nuevo proyecto, el pasado 14 de junio. Lo intuyen los jugadores y lo rumorean los funcionarios del club, que confiesan que hay entrenadores con una gran dosis de cr¨¦dito pero este no es el caso de Lopetegui, que sabe perfectamente que lo eligieron tras descartar a cinco candidatos previamente y no goza de cach¨¦ como para evitarse el estr¨¦s de tener que renovar su margen de confianza ¡°mes a mes¡±.
Cuando el viernes le preguntaron si no sent¨ªa que se jugaba su futuro contra el Atl¨¦tico, considerando que la derrota en el S¨¢nchez Pizju¨¢n (3-0) hab¨ªa da?ado su reputaci¨®n seriamente, gir¨® el cuello, se cogi¨® el logotipo de la camiseta, y mirando a su interlocutor con un punto de hast¨ªo dijo: ¡°Cuando llevas este escudo cada partido es especial para el entrenador y para los jugadores. Ma?ana no es una excepci¨®n. Todos los partidos son importantes¡±.
Lopetegui comprende que la confianza que deposit¨® en ¨¦l el presidente Florentino P¨¦rez es un patrimonio que se consume o se acumula, como dice el funcionario del club, ¡°mes a mes¡±. Partido a partido. Contra el Atl¨¦tico o contra el Alav¨¦s en Mendizorroza la semana que viene. Especialmente, despu¨¦s de la desastrosa exhibici¨®n del mi¨¦rcoles en Sevilla. La clase de episodio que siembra de ansiedad a la directiva madridista, que inmediatamente activ¨® los protocolos de crisis.
La paradoja de Kroos
La nueva consideraci¨®n de Casemiro refleja el tr¨¢nsito de Lopetegui. Del entrenador que se rige por el manual de la ortodoxia espa?ola moderna al que afila su instinto de supervivencia en vista de las circunstancias. Del so?ador que en 2014 consideraba que un mediocentro del Madrid deb¨ªa cumplir a rajatabla con el requisito de dominar el tiempo y el espacio para perfilarse naturalmente y salir jugando r¨¢pido, al pragm¨¢tico que mira por la protecci¨®n de los centrales como valor prioritario y ve en Case al gran patrullero.
Resulta parad¨®jico. Porque nadie en el mundo se perfila mejor que Toni Kroos. As¨ª se lo han sugerido a Lopetegui los empleados del club, record¨¢ndole que el alem¨¢n es un activo prioritario en la pol¨ªtica deportiva del Madrid. Pero resulta que ahora el t¨¦cnico prefiere quitar a Kroos del mediocentro antes que a Casemiro. Aunque no domine su cuerpo con la soltura de un bailar¨ªn. Aunque no tenga la clase ni la precisi¨®n geom¨¦trica de Kroos para dar el primer pase. En San Mam¨¦s y en Sevilla, el entrenador acab¨® por percatarse de que lo primero es evitar la clase de distracciones que propician goleadas que comprometen el contrato mejor blindado, y que para eso es fundamental contar con jugadores disciplinados que entiendan la funci¨®n defensiva como una vocaci¨®n m¨¢s que como un sacrificio. A Kroos, defender con el frenes¨ª con que se emplea su colega brasile?o le resulta casi degradante. En cuanto a Modric, siempre tuvo un perfil m¨¢s ofensivo, m¨¢s de diez que de ocho.
Ya lo dijo Tite, el seleccionador de Brasil, que qued¨® eliminado del Mundial el d¨ªa que sancionaron con un partido de suspensi¨®n a Casemiro: ¡°No imaginaba que Casemiro fuera tan bueno. Habl¨¦ con Zidane y me dijo que era el jugador que le daba el equilibrio al Madrid...¡±.
En la sangr¨ªa de Sevilla, Casemiro rob¨® diez balones, Kroos seis, Ramos y Asensio cuatro, Varane tres, Marcelo dos y Modric ninguno. La estad¨ªstica suscita un interrogante: ?Cu¨¢ntos goles le habr¨ªan metido al Madrid sin Casemiro en el campo?
Lopetegui le emple¨® como tercer central para evitar que la goleada fuese m¨¢s abultada, al cambiar a un esquema de 5-3-2 en la segunda parte. Exactamente algo que hacen los t¨¦cnicos que piensan menos en remontar que en preservar el cr¨¦dito que les queda ante sus empleadores. El vasco se qued¨® encantado con la versatilidad del muchacho y luego en p¨²blico se expres¨® con el optimismo as¨¦ptico de los tecn¨®cratas.
¡°Estamos en una posici¨®n en la que claramente somos candidatos al t¨ªtulo¡±, se?al¨® Lopetegui este viernes. La sentencia puede valer para el Cholo o para Valverde.
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