Alarma en el Madrid con menos pegada de la ¨²ltima d¨¦cada
Ante las peores cifras rematadoras y goleadoras del equipo desde 2008, Lopetegui propone sacrificar a uno de los tres atacantes del 4-3-3 para introducir a Ceballos o a Isco
Faltaba media hora para el comienzo del derbi y el confeti dorado brillaba en las baldosas de la plaza de la parroquia de los Sagrados Corazones, frente al palco del Bernab¨¦u. La alta burgues¨ªa madrile?a acababa de celebrar una boda. Las se?oras vestidas de rigurosa etiqueta y los caballeros de esmoquin se mezclaban con los hinchas que iban alegres por las aceras del Paseo de la Habana. El clima era festivo. El Bar?a acababa de empatar (1-1) contra el Athletic en el Camp Nou y los bares de las inmediaciones se abarrotaban de gente optimista que apuraba la ¨²ltima copa antes de meterse al estadio a sufrir. La cosa se puso tan fea que, al cabo de 90 minutos el empate (0-0) result¨® un alivio para muchos. Para Julen Lopetegui, el primero.
¡°No hemos ganado el partido porque no hemos marcado gol¡±, dijo el entrenador del Madrid, con un moh¨ªn de crispaci¨®n, ante la primera pregunta que le hicieron cuando se sent¨® en la sala de conferencias.
La explicaci¨®n result¨® tan profunda como casi todas las explicaciones que se ofrecen por el conducto oficial en estos d¨ªas inciertos para el madridismo. Lopetegui, en cualquier caso, desliz¨® un mensaje t¨¢cito: considera que su equipo hace todo lo que est¨¢ en su mano, pero carece de algo que ni ¨¦l ni ning¨²n entrenador pueden suministrar. Falta el destello definitivo, lo imponderable que convierte a unos futbolistas en goleadores y a otros no. Sin Cristiano, a la plantila le falta el remate que la caracterizaba.
El Madrid, que viaj¨® este domingo a Mosc¨² para enfrentar al CSKA en Champions sin Bale (oficialmente, lesionado) suma 14 puntos al cabo de la s¨¦ptima jornada de Liga. Exactamente los mismos que el a?o pasado, cuando el ciclo de Zinedine Zidane daba muestras de agotamiento y la Liga se perd¨ªa en los primeros dos meses. Los n¨²meros revelan el peor arranque del equipo despu¨¦s de la temporada 2012-13, cuando la descomposici¨®n de la autoridad de Jos¨¦ Mourinho propici¨® dos derrotas, dos empates y tres victorias en los primeros siete encuentros del campeonato. Con una diferencia fundamental: ninguna de las versiones del Madrid a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada ofreci¨® peores registros rematadores que el Madrid actual. El Madrid nunca hab¨ªa metido menos de 13 goles a estas alturas (suma 12) ni hab¨ªa disparado tan poco.
Los tiros a porter¨ªa, indicio elemental de las posibilidades que tiene un equipo de meter goles y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, de ganar t¨ªtulos, caen en picado. El Madrid declinante de Mourinho se deshizo en las siete primeras jornadas de Liga pero dispar¨® 128 veces; y en el mismo periodo el peor Madrid de Zidane remat¨® en 145 ocasiones. Hoy apenas suma 118 tiros.
Meticuloso, obsesivo y calculador hasta para controlar lo banal, cuando Lopetegui fich¨® por el Madrid, consider¨® que su deber era hacer lo que hacen todos los entrenadores: analizar la plantilla y pedir refuerzos. Debi¨® detectar varios puntos d¨¦biles. Dicen en el club que no se qued¨® corto. Que pidi¨® tres fichajes: uno por l¨ªnea. Y que no se trataba de jugadores cualquiera, sino de futbolistas internacionales por los que hab¨ªa que hacer desembolsos importantes. Lopetegui se declar¨® p¨²bicamente ¡°encantado¡± con la plantilla mientras, en privado, traslad¨® a la directiva que para reemplazar a Cristiano era preciso incorporar a un goleador de primer nivel. Lleg¨® a la conclusi¨®n de que Benzema, Bale y Asensio, tres atacantes sin perfil puro de nueve que ejercen alternativamente como puntas, no ten¨ªan suficiente gol para compensar la ausencia de la figura saliente. El presidente, Florentino P¨¦rez, sin embargo, prefiri¨® ahorrar el dinero del refuerzo para mejor ocasi¨®n.
El tiempo da la raz¨®n a Lopetegui, que se encuentra con Mariano y un juvenil, Vinicius, como ¨²nica soluci¨®n a la falta de pegada. No debe creer mucho en ninguno de los dos. A Maria lo dej¨® sentado en el banquillo durante todo el derbi. A Vinicius lo hizo entrar en el minuto 57. Su b¨²squeda apunta a un cambio de esquema, m¨¢s que a una sustituci¨®n de atacantes. Quiere quitar a uno de los puntas para meter a un jugador capaz de enlazar el juego entre l¨ªneas: Isco o Ceballos, o ambos a la vez.
"El camino que tenemos que seguir es el del partido de la Roma y el de la segunda parte contra el Atl¨¦tico", se?al¨® el t¨¦cnico, como quien plantea un acertijo. Contra la Roma, sacrific¨® a Asensio para jugar con Isco en la mediapunta; y contra el Atl¨¦tico cambi¨® a Bale para colocar a Ceballos a modo de eslab¨®n entre el mediocampo y el ataque. Las dos alternativas elevaron notablemente las posibilidades del Madrid. Pero ninguna es pol¨ªticamente sencilla. Cuando lleguen los partidos grandes, el entrenador tendr¨¢ que convencer al club de la conveniencia de dar la titularidad a Isco o Ceballos, dos futbolistas que no est¨¢n entre los favoritos de la directiva, en lugar de Asensio, Bale o Benzema, que, hoy por hoy, gozan de la predilecci¨®n de Florentino P¨¦rez.
Lopetegui, que aprecia su cargo, no quiere hablar de ello en p¨²blico. Pero la informaci¨®n que le preocupa est¨¢ al alcance de cualquiera. Bale, Benzema y Asensio, la primera l¨ªnea de ataque madridista, suma cinco goles en los 58 partidos que han disputado contra el Atl¨¦tico. De otro lado, Griezmann y Costa suman 11 goles en los 43 encuentros que disputaron a lo largo de su carrera contra el Madrid.
As¨ª empez¨® el partido. Tiro de Sa¨²l y parada de Courtois; mano a mano de Costa y parada de Courtois con la cara; mano a mano de Griezmann y tercera parada de Courtois; mano de Casemiro en el ¨¢rea del Madrid que el ¨¢rbitro no juzga y el VAR no examina¡ Ante el dominio visitante, la ¨²nica respuesta fue un tiro de Bale desde 30 metros y una ocasi¨®n a bal¨®n parado, a la salida de una falta lateral que el propio Bale envi¨® fuera. Nada m¨¢s en 45 minutos. Como en Sevilla solo que, esta vez, en Chamart¨ªn. Frente al palco que presid¨ªa Florentino P¨¦rez, el hombre que aspira a igualar y superar en reputaci¨®n a Santiago Bernab¨¦u. El rostro descompuesto del mandatario, reflej¨® todos los matices de una mal disimulada furia.
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