El Getafe encadena al Celta y obtiene un merecido empate en Bala¨ªdos

No hubo ganadores en Bala¨ªdos en el cierre de una jornada, la s¨¦ptima, que confirma el parejo amanecer de un campeonato en el que ambos se instalan en la zona media de la tabla. El Celta arranc¨® mand¨®n y hasta avasallador y cuando lleg¨® el descanso ya estaba contra las cuerdas. Ah¨ª se qued¨® casi hasta el final en un padecido ejercicio de supervivencia en el que no pudo guardar el tesoro de un gol concedido por un grosero fallo del meta del Getafe. A la gente no le gust¨® en Vigo el rendimiento de su equipo, que se fue entre silbidos.

Diez minutos, los iniciales, bastaron para establecer un retrato de lo que pod¨ªa ofrecer el partido. Fue una fotograf¨ªa que se pod¨ªa aguardar, pero a la postre mal tirada. El Celta empez¨® gustoso con el bal¨®n, combinativo, pleno de ritmo y de continuidad en el juego. Sin pegada. El Getafe abri¨® el paraguas y esper¨® a que pasase el chaparr¨®n hasta que un c¨®rner en contra lo convirti¨® en una clara ocasi¨®n de gol que primero Amath y luego ?ngel dejaron pasar. Como tampoco pareci¨® que unos y otros se sintiesen c¨®modos en esos roles, la cuesti¨®n deriv¨® hacia un duelo de escaramuzas, plagado de emboscadas y alg¨²n pasaje ¨¢spero.

El Celta baj¨® el pist¨®n, pleg¨® l¨ªneas en la presi¨®n tras el descorche. Tampoco obvi¨® el recurso al bal¨®n en largo para superar l¨ªneas. A estas alturas su entrenador Antonio Mohamed semeja un ecl¨¦ctico, un tipo nada dogm¨¢tico que alterna m¨®dulos t¨¢cticos y estilos de juego. Del Getafe ya hay poco que no se sepa, se exprime como pocos. A la contra o en la b¨²squeda de ?ngel y Jorge Molina, su doble referencia en la delantera, se maneja con ideas precisas y bien ejecutadas. El talento tambi¨¦n es eso. M¨¢s all¨¢ de los primeros diez minutos de zozobra, el Getafe fue m¨¢s que el Celta. Mereci¨® marcar, pero encaj¨® porque fue v¨ªctima de un error garrafal de su guardameta al poco de pasar la media hora de partido. David Soria concedi¨® un gol de la nada a Maxi G¨®mez porque en tiempo de vendimia fue a por uvas y llen¨® el cesto en una salida a destiempo a un bal¨®n que era de sus centrales.

La respuesta del Getafe al fallo tuvo un punto de furia. Molina dispar¨® al larguero apenas cien segundos despu¨¦s y ?ngel cabece¨® cerca de la meta cuando mor¨ªa la primera parte. El Celta se abon¨® a la agon¨ªa, impreciso en defensa, siempre con un aura vulnerable que es una golosina para un rival, como el que ten¨ªa enfrente, acostumbrado a no hacer prisioneros. Se qued¨® sin bal¨®n el equipo de Bala¨ªdos y no est¨¢ dise?ado precisamente para perseguir. Lo hizo m¨¢s de lo que le gusta porque adem¨¢s Bordal¨¢s, el t¨¦cnico del Getafe, tiene mecha para prender. Y no se la guard¨®. Retir¨® al mediocentro Arambarri y a la dupla conformada por Molina y ?ngel les agreg¨® a Jaime Mata. El m¨¢ximo goleador el campeonato pasado de Segunda Divisi¨®n se acost¨® en la zurda durante veinte minutos hasta que el extremo R¨®ber Ib¨¢?ez supli¨® a ?ngel en un intento de abrir el campo.

El tr¨¢fico atasc¨® los caminos hacia la porter¨ªa del Celta, m¨¢s porque Mohamed sum¨® peajes primero con Okay por delante de la zaga y luego con Ara¨²jo para conformar una zaga con Roncaglia de lateral derecho y Hugo Mallo por delante. Pero esos entramados palidecen ante los delanteros con oficio. Mata lo tiene. Apenas necesit¨® cinco minutos en punta y un metro de distancia para controlar, revolverse y empatar con un remate a la media vuelta que le define como delantero fiable. Mohamed deshiz¨® de inmediato su maniobra defensiva y retir¨® a Roncaglia para dar cancha a Pione Sisto entre la bronca del respetable, que suele ser remiso a entender los pasos atr¨¢s.

Con algo m¨¢s de diez minutos por delante, el Celta quiso retomar la l¨ªnea con la que hab¨ªa empezado el partido. Pero ya ten¨ªa tras s¨ª un desgaste, incapaz adem¨¢s de activar a Iago Aspas, que por una vez pas¨® de puntillas por el partido. La iniciativa era del Getafe, que siempre se vio superior y pudo ganar. Sergio ?lvarez lo evit¨® muy al final a remate de R¨®ber Ib¨¢?ez.