El ¡®Lasismo¡¯ que no cesa
El Real Madrid comienza la defensa del t¨ªtulo europeo con una aplastante victoria ante el Darussafaka turco (109-93) que refrenda la constancia de una era
El rayo que no cesa. El octavo proyecto de Pablo Laso en el Real Madrid de baloncesto no muestra s¨ªntomas de desgaste. Desde su llegada en 2011 hasta la fecha, se marcharon del club Mirotic, Sergio Rodr¨ªguez, Nocioni y Doncic entre otras piezas importantes y nunca par¨® la m¨¢quina. Se sucedieron Mourinho, Ancelotti, Ben¨ªtez y Zidane en el banquillo del f¨²tbol, donde ya se cuestiona a Lopetegui, y ¨¦l no dej¨® de coleccionar trofeos: 16 suma ya. Ganar para contarlo. Un prodigio de regularidad, mezcla de compromiso competitivo y fidelidad identitaria, que cuenta con cinco presencias en la Final Four, cuatro finales y dos t¨ªtulos de la Euroliga en siete temporadas y quiere m¨¢s. El t¨¦cnico vitoriano inici¨® el camino que concluir¨¢ dentro de ocho meses en su casa del Buesa Arena recogiendo el premio 'Alexander G¨®melski' al mejor entrenador de la pasada temporada y, acto seguido, su equipo comenz¨® a marcar territorio en la Euroliga con una victoria categ¨®rica ante el Darussafaka turco (109-93). La cuarta mayor anotaci¨®n de los blancos en territorio continental en esta era tras los 111 al Bayern en la 2013-2014 y los 112 al Nizhny y 115 al Sassari en dos jornadas consecutivas de la 2014-2015.
Sin soluci¨®n de continuidad se pas¨® de la gramola de las mocitas madrile?as al coro festivo de una afici¨®n entregada a un estilo abnegado y fantasista a partes iguales. La puesta en escena del campe¨®n consisti¨® en un 17-6 de parcial en apenas cinco minutos, con siete puntos de Randolph y cinco de Taylor, a los que luego se sumaron siete m¨¢s de Llull para el 25-13 del minuto nueve. Sin tiempo para que el Darussafaka rompiera a sudar, Campazzo y Felipe Reyes continuaron pasando el rodillo para descoser a¨²n m¨¢s el marcador (46-31, m. 16). El Facu y el capit¨¢n, con otros siete puntos por barba, finiquitaron en un santiam¨¦n el dilema competitivo y refrendaron que sobre la pista coexist¨ªan dos velocidades, dos mundos, dos p¨²giles de distinto pesaje.
El remozado Darussafaka regresaba a la competici¨®n con la escarapela de campe¨®n de la Eurocup del curso pasado, en su primera participaci¨®n ganada a pulso tras las dos invitaciones que recibi¨® a trav¨¦s del apadrinamiento del imperio Dogus, que le sirvieron para colocarse en el mapa continental. Pero poco tiene que ver el actual equipo con el construido en su d¨ªa por el druida David Blatt, que lleg¨® a reunir a Wanamaker, Clyburn, Wilbekin, Moerman y Zizic en un elenco que ha progresado con nota desde entonces. Ahora las figuras del conjunto turco pasan por ser el ex de Unicaja Ray McCallum y los ex nba Markel Brown y Jeremy Evans. Entre los tres apenas sumaban ocho puntos al descanso. Espejo de un grupo abrumado por la voracidad madridista en defensa y en ataque. Anotaron los 12 jugadores que participaron (seis por encima de los 12 puntos). Solo Llull super¨® los 20 minutos en pista (21m 55s). Los blancos anotaron 15 triples y repartieron 26 asistencias (8 de Llull).
No hubo tregua de los locales. Se lleg¨® al descanso con un triple monumental de Rudy y, en la reanudaci¨®n, los blancos construyeron otro contundente parcial de 18-9 en tres minutos (71-47, m. 23) con nueve puntos m¨¢s de un aplicad¨ªsimo Randolph, que se empieza a acercar a su versi¨®n lustrosa para salir del t¨²nel del curso pasado. La m¨¢xima se fue a +24 (80-56, m. 26). Y a Randolph le relev¨® Tavares, con una secuencia de ocho puntos y cuatro rebotes, y, despu¨¦s de secar a McCallum (que se fue a los 18 desde la intrascendencia absoluta), Caseur se sum¨® a la rueda anotadora para elevar hasta los 38 puntos la producci¨®n anotadora del Madrid en el tercer cuarto, coronado con otro triple de la videoteca Llull (91-69, m. 30). El Madrid de Laso es el Madrid de siempre. El 'Lasismo', que no cesa, rebas¨® con holgura la frontera de los 100 y entr¨® en la meta convirtiendo a su rival en un gui?apo y ajust¨¢ndose la camiseta. La afici¨®n cant¨® a coro el nombre del arquitecto de la obra: ?Pablo, Pablo, Laso!
El entrenador madridista resumi¨® la esencia de su etapa en la valoraci¨®n del partido. "Lo que m¨¢s me enorgullece es el d¨ªa a d¨ªa, el camino, la trayectoria de mi equipo en el tiempo que llevo de entrenador. Somos un equipo reconocido y reconocible, aqu¨ª y fuera. Se ve en el campo, en el apoyo de la gente, en c¨®mo vibra el Palacio con nosotros, en los que transmiten mis jugadores. Eso vale m¨¢s que cualquier premio. El del mejor t¨¦cnico de Europa me vale para ponerlo en la vitrina de mi casa y cuando me enfado con mis hijos poder decirles 'ojo que soy el mejor entrenador' y poco m¨¢s (risas). Los aficionados ven a su equipo competir siempre. Nadie gana siempre en deporte, pero estoy orgulloso de esa forma de competir". Palabra de Laso.
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