¡°Esta temporada es un desastre¡±
Casemiro se muestra autocr¨ªtico tras la debacle del Madrid en el Camp Nou y Lopetegui lamenta la falta de punter¨ªa
Contaba el viejo Omar S¨ªvori que cuando un p¨¢jaro se posa en la hierba de un campo mientras se juega un partido indica un problema. Ayer, sobre las 16.30, en pleno cl¨¢sico, una urraca se pos¨® en la banda noreste del Camp Nou, la que limita con la grada cuyos fondos lindan con los jardines del Departamento de Salud de la Generalitat. El p¨¢jaro no eligi¨® la parcela al azar. Atormentado de tanto buscar, la escogi¨® para refugiarse del estruendo y del gent¨ªo porque ese fue el espacio m¨¢s despoblado. Justamente, el carril que no ocup¨® Jordi Alba, que se hallaba atacando en campo contrario, ni ocup¨® Gareth Bale, que deb¨ªa atacar por ah¨ª pero se ausent¨®. El hombre llamado a relevar a Cristiano en los planes del Real Madrid para esta temporada, el se?alado por el presidente Florentino P¨¦rez para abanderar el ataque del equipo m¨¢s poderoso del mundo, hizo lo que viene haciendo desde hace seis a?os. Poco, si las cosas se ponen feas. La urraca no tuvo que levantar el vuelo en toda la primera parte. Nadie la espant¨®.
¡°El 5-1 es lo que estamos haciendo esta temporada¡±, dijo Casemiro a beIN, ba?ado en sudor, mientras abandonaba la cancha, al cabo del 5-1. ¡°Un desastre¡±.
Cuando Julen Lopetegui asom¨® la cabeza en la sala de conferencias del Camp Nou ya sab¨ªa que su puesto no le pertenec¨ªa. Ven¨ªa de encajar una de las tres mayores goleadas de la historia del Bar?a en un cl¨¢sico.
Hace d¨ªas que los asesores del entrenador del Madrid le advert¨ªan lo que ya sab¨ªan los capitanes en el vestuario y los ocupantes del palco en Chamart¨ªn: su puesto es interino. Le dijeron que tarde o temprano, pasara lo que pasara en el Camp Nou, le despedir¨ªan. Estaba amortizado y ¡ªle recordaron¡ª deb¨ªa emplear sus apariciones p¨²blicas para mostrarse en el gran escaparate de la industria como un hombre juicioso, prudente, capaz de callarse en lugar de cargar contra sus jefes, los dirigentes, porque ¡ªnunca debe olvidarlo¡ª ser¨¢n otros dirigentes quienes le ofrecer¨¢n su futuro empleo.
Lopetegui cumpli¨® con el programa comercial a la perfecci¨®n. En la que probablemente fuera su ¨²ltima conferencia como madridista, el hombre complet¨® el que ser¨¢ el trabajo m¨¢s distinguido de su carrera dando explicaciones que apenas ofrecieron nada relevante.
Lopetegui se fue cargando con las culpas. Solo cuando le insistieron sobre la responsabilidad de la directiva a la hora de trazar una estrategia de fichajes coherente, o de los futbolistas, que son los que juegan, musit¨® lev¨ªsimas insinuaciones con un hilo de voz. ¡°Ya sabemos c¨®mo funciona el mundo del f¨²tbol¡±, dijo, ¡°las responsabilidades recaen sobre el entrenador... Pero no soy est¨²pido¡±.
Se mordi¨® la lengua en la ¨²ltima escena del ¨²ltimo acto y debi¨® pagarlo con amargura. Cuatro meses despu¨¦s de firmar su contrato se le han multiplicado los pliegues en la frente, los ojos se inyectan en sangre y su piel ha adquirido un tono amarillento.
De pasada
Lopetegui no carg¨® contra Florentino P¨¦rez, el presidente, responsable de vender a Cristiano para intentar fichar a Neymar sin resultado. Tampoco carg¨® contra las figuras que dirige, ese Isco que se supon¨ªa que deb¨ªa echarse el equipo a la espalda, ese Asensio que se apag¨®, ese Benzema que vagabundea o ese Bale que no espanta ni a las urracas.
¡°Nos ha castigado mucho la falta de eficacia en muchos partidos¡±, fue lo ¨²nico que declar¨® con sentido cr¨ªtico. ¡°Pero no hay otra soluci¨®n que insistir, insistir...¡±.
Lopetegui mencion¨® la falta de gol del Madrid. Una vez m¨¢s, de pasada, como quien no quiere la cosa en su discurso sufriente y protocolario, repiti¨® lo que la afici¨®n clama a gritos. En este equipo no hay nadie que la empuje. Nadie que sienta la atracci¨®n del gol. Nadie que sienta el desmarque al espacio para buscar el disparo. Que Marcelo, con tres dianas en los ¨²ltimos tres partidos, vaya a ritmo de m¨¢ximo goleador de la actual plantilla, denuncia un d¨¦ficit fatal.
¡°Me voy con la sensaci¨®n de que hemos tenido situaciones para darle la vuelta, para empatar y ganar el partido¡±, dijo, como si no pretendiera recordar que le vendieron a Cristiano y en su lugar le ficharon a Mariano. Fingiendo que sus palabras flu¨ªan de un modo casual, sin acritud. ¡°No esperen que haga ning¨²n reproche de nada. Lo ¨²nico que tengo en mi cabeza es levantar la moral de mis jugadores, que no han tenido premio para todo lo que han hecho, con esa superioridad y esas ocasiones. Pero... si en el f¨²tbol de este nivel no aprovechas las ocasiones y eres contundente lo pagas. Las ¨¢reas definen el f¨²tbol. Y si tuviera reproches no los dir¨ªa... pero no los tengo¡±.
Lopetegui se march¨® a punto de formular la gran denuncia: el Madrid est¨¢ pagando la venta de Cristiano.
Prefiri¨® callarse y perderse sin hacer m¨¢s ruido entre la multitud de entrenadores que buscan trabajo.
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