Por mis compa?eros, pero por m¨ª el primero
Tengo la sensaci¨®n de que a la NBA se le ha escapado el concepto de jugador-estrella de las manos
Querido Angel*:
Te voy a pedir que aplacemos la discusi¨®n sobre los temas de Trump y las legislativas, porque quiero pedirte opini¨®n sobre estos partidos de baloncesto a 150, 160 puntos que vuelven como tendencia en la NBA. La excusa ser¨¢ comentar lo de Derrick Rose, llegando a 50 la otra noche, sus l¨¢grimas posteriores, y la respuesta de sus colegas en el negocio (rivales en la competici¨®n) alabando la gesta. Rose, como tantos jugadores de alto rendimiento, ha sufrido importantes lesiones que le han hecho modificar sus objetivos como deportista. Qu¨¦ te voy a contar a ti que no sepas.
No deja de venirme a la cabeza la frase que sol¨ªa utilizar nuestro entrenador de juveniles. Dec¨ªa Pepu Hern¨¢ndez que ¡°el baloncesto es un deporte individual que debemos jugar en equipo¡±. No s¨¦ en qui¨¦n estar¨ªa pensando, pero tengo clar¨ªsimo que t¨² fuiste el primer compa?ero al que vi llevarlo a la pr¨¢ctica. A unos ni?os bien de la capital, con nuestro pedigr¨ª del Ramiro de Maeztu, nos cambi¨® absolutamente el paso tu llegada al equipo. De repente, un tipo desgarbado del extrarradio de Madrid, sin el bagaje de horas previas aprendiendo el baloncesto de manual, se adue?aba de los focos, se convert¨ªa en el ojito derecho de los espectadores y en la estrella de la pel¨ªcula. Los dem¨¢s crec¨ªamos como jugadores. T¨² reluc¨ªas como los elegidos.
En aquellos a?os en los que forjamos esta amistad, por encima de tu talento como jugador, o de tus maneras de estrella incluso a cinco bajo cero en la cancha de La Nevera, hab¨ªa algo que me ten¨ªa absolutamente entregado: tu necesidad de conocer Am¨¦rica. D¨¦jame expresarlo bien; en realidad creo que era la necesidad de que los americanos supieran qui¨¦n eras. ?D¨®nde tengo que ir para poder triunfar como un deportista individual que eligi¨® un juego de equipo? Y solo se te ocurr¨ªa una respuesta que colmara tus aspiraciones.
Es probable que en aquellos a?os el baloncesto europeo ya estuviera cambiando. La ca¨ªda del Muro afect¨® a nuestro deporte de forma sist¨¦mica. Las estrellas de la NBA ya nunca m¨¢s tendr¨ªan enfrente a un aut¨¦ntico bloque sovi¨¦tico, sin az¨²car ni edulcorantes. Sin embargo, 40 a?os despu¨¦s, con una Euroliga que no para de crecer, se me sigue haciendo dif¨ªcil aventurar el ¨¦xito del melodrama Derrick Rose a la europea. En nuestro continente el baloncesto se desarroll¨® de forma radicalmente opuesta a la visi¨®n de Pepu, como un juego de equipo puesto en marcha por esforzados individuos. Pretende uno decir que a un entrenador europeo con pedigr¨ª los partidos a 150 puntos le sobran porque vac¨ªan de sentido su trabajo. Y los llantos a mitad de la trama, con el p¨²blico gimiendo a moco tendido en ?noviembre!, m¨¢s que emocionar le alteran, y ya no hay guion que lo remonte.
Probablemente, como dijo el fil¨®sofo, en el punto medio hemos de encontrar la virtud. Tengo la sensaci¨®n de que a la NBA se le ha escapado el concepto de jugador-estrella de las manos (¡°la anotaci¨®n de Rose fue la segunda m¨¢s alta en la historia de los partidos celebrados en Halloween¡±, hemos llegado a leer), y tambi¨¦n siento que tu natural perfil de estrella americana en la Europa de los 80, estaba marcando un progreso necesario en nuestra cultura del deporte. Jam¨¢s vi a nadie a este lado del Atl¨¢ntico actuar con esa teatralidad frente a una grada semivac¨ªa, reivindicando un triple de siete metros, desde tus siete pies de altura, cuando los p¨ªvots juveniles todav¨ªa no estaban siquiera autorizados a tirar fuera de la bombilla. Y quiero tambi¨¦n recordar la media sonrisa de Pepu iniciando su camino como un futuro player¡¯s coach en la banda.
Sigue siempre peleando.
*Angel Castiblanque, fue jugador de Estudiantes, internacional cadete, juvenil y j¨²nior. Se retir¨® del baloncesto con 23 a?os por un problema de salud, y es vicepresidente de una multinacional en Estados Unidos.
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