Irlanda derrota a los All Blacks en un duelo soberbio en la antesala del Mundial
El choque entre las dos primeras selecciones del 'ranking' cae del lado del XV del Tr¨¦bol, que vence por primera vez a Nueva Zelanda en Dubl¨ªn (16-9)
Irlanda se confirma como candidata real a cambiar la hegemon¨ªa del rugby. Suya fue la batalla de Dubl¨ªn, un choque soberbio entre los dos primeros del ranking mundial. Cuando los All Blacks cayeron en 2016 en Chicago ¨Csu primera derrota ante Irlanda en una serie hist¨®rica de 28 victorias neozelandesas en 30 enfrentamientos¨C ten¨ªa el matiz de inesperado, pero su derrota este s¨¢bado en el templo de Landsdowne Road, sin ensayos, es sintom¨¢tica de que Irlanda va en serio. Tras llevarse el Grand Slam del Seis Naciones, dejan en el camino a los neozelandeses, como har¨ªa Inglaterra camino a su Mundial de 2003, el ¨²nico cetro del norte.
No hay m¨¢cula en el a?o irland¨¦s tras vencer por primera vez en Dubl¨ªn a Nueva Zelanda. La batalla entre los dos aperturas que formar¨ªan el jugador perfecto fue para Jonathan Sexton, el fortach¨®n genio t¨¢ctico con pie de delineante. Beauden Barrett no pudo imponer su dinamismo genial en un choque dise?ado a imagen y semejanza de los irlandeses, con j¨®venes como Jakob Stockdale, m¨¢ximo anotador del Seis Naciones.
El partido no defraud¨® a su pedigr¨ª desde la propia haka de los All Blacks y el paso adelante de la hilera de irlandeses que presenciaban la escenificaci¨®n. Pocos envites tan intensos ofrece el rugby mundial. Posesiones largas, bien construidas y defensas gran¨ªticas. Como prueba de enjundia, la primera mel¨¦ no lleg¨® hasta el minuto 20. La posesi¨®n inicial de Nueva Zelanda no dej¨® nada en el tintero: buenas patadas para ganar metro de Smith y Barret, s¨®lida plataforma tras el saque de touch y una construcci¨®n cuidada de m¨¢s de una decena de fases. El primer di¨¢logo era clave en la narrativa y los irlandeses defendieron con disciplina.
El XV del Tr¨¦bol fue a m¨¢s con el paso de los minutos y encerr¨® a los All Blacks en su parcela. El rendimiento en los saques de touch, con el gigante Devin Toner, era una garant¨ªa y su lucha en la segunda l¨ªnea fue un aut¨¦ntico lujo ante dos estandartes como Brodie Retallick y Sam Whitelock. La tercera guardia, con un gran CJ Stander, acudi¨® a la guerra de trincheras y los neozelandeses registraron una sangr¨ªa impropia de golpes de castigo en su propia zona de 22. La reiteraci¨®n de fueras de juego y de mel¨¦s hundidas invitaba al p¨²blico a pedir una amarilla a la tercera l¨ªnea de los oce¨¢nicos, que sufrieron ante la delantera m¨¢s engrasada.
Sirva como respeto neozeland¨¦s que canjearon a la m¨ªnima sus incursiones a terreno irland¨¦s. El primer golpe de castigo a favor, tiro a palos. El siguiente ataque centrado, drop de Barrett. La m¨¢quina de ensayar ¨Chasta la semana pasada sumaban 12 partidos con al menos cuatro marcas¨C valoraba cada peque?a miga. Con todo su esfuerzo, la ventaja al descanso (9-6) resultaba amarga para los locales, que buscaron varias veces el ensayo, renunciado as¨ª a tiros asequibles, sin lograr r¨¦ditos. Rob Kearney estuvo cerca de lograrlo en una patada de Sexton con ventaja irlandesa que acab¨® suelta antes de que al zaguero se le escapara el oval mientras trataba de posar desde el suelo.
El punto de azar
Como toda gesta, Irlanda tuvo ese punto de azar que pudo cambiar el guion. Iniciada la segunda parte, Kieran Read bloque¨® una patada de Stockdale y ten¨ªa ante s¨ª una autopista desierta hacia el ensayo, pero el oval se le escurri¨® de las manos al capit¨¢n neozeland¨¦s. Necesitaba ese impulso psicol¨®gico el equipo de Steve Hansen, que cambi¨® a toda su primera l¨ªnea a los siete minutos de la reanudaci¨®n. El diagn¨®stico era claro: Irlanda hab¨ªa conseguido mantener la intensidad del primer tiempo mientras sus pupilos hab¨ªan reducido marchas.
Y Stockdale pas¨® de potencial villano a h¨¦roe. Se atrevi¨® a patear otra vez y sali¨® un sombrero impecable que super¨® a la ¨²ltima guarnici¨®n rival. Lo vio Perenara, pero al medio mel¨¦ le faltaron tiempo y kilos para un placaje salvador que evitara el feliz ensayo del ala. Qued¨® contra las cuerdas Nueva Zelanda, pero demostr¨® que su ca¨ªda no ser¨ªa pac¨ªfica. Y hubo estampida de las camisetas negras y dos rescates de Peter O¡¯Mahony. El tercera l¨ªnea captur¨® en la ¨²ltima guarnici¨®n irlandesa una patada endiablada de Barrett que avistaba el ensayo y salv¨® poco despu¨¦s otra acci¨®n comprometedora impidiendo liberar a los All Blacks. Fue su ¨²ltima aportaci¨®n, castigado tras una lista infinita de placajes, tras entender mejor que nadie la l¨ªnea gris en cada contacto. Se llev¨® la ovaci¨®n de la noche mientras dejaba el sitio al catal¨¢n Jordi Murphy.
La segunda unidad neozelandesa, factor diferencial, acab¨® llevando su dominio al marcador y Barrett redujo la desventaja a la frontera del ensayo. Lleg¨® el reto ag¨®nico de los irlandeses de mantener a su rival lo m¨¢s lejos posible. Los All Blacks se vieron sin respuesta en su 22, retrocedieron metros y Sexton sac¨® del campo a Smith y Read en un soberbio esfuerzo. En su grandeza, los visitantes evitaban la puntilla robando dos saques de touch. Y el oval lleg¨® sin pausa a 22. El p¨²blico rompi¨® entonces el silencio y respondi¨® al miedo con un c¨¢ntico de celebraci¨®n imponente. Y con el tiempo cumplido, el bal¨®n se escurri¨® por ¨²ltima vez. El aura de los All Blacks se agrieta a 10 meses del Mundial.
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