Se busca rival para los ¡®All Blacks¡¯
Intocable en el hemisferio sur, Nueva Zelanda visita Inglaterra e Irlanda en su ¨²ltimo viaje europeo antes del Mundial de 2019
El rugby planetario busca argumentos para evitar que el 2 de noviembre de 2019 los All Blacks logren en Tokio su tercer Mundial consecutivo. El equipo de Steve Hansen ha mejorado si cabe su versi¨®n de 2015 y mantiene desde entonces un porcentaje de victorias del 91%. Su hegemon¨ªa en el sur es intratable, pese a alg¨²n tropez¨®n puntual en el Rugby Championship. Nueva Zelanda no esconde sus cartas, la derrota no se contempla como escenario y su poder intimidatorio entra tanto en juego como su talento sobre el c¨¦sped. En su ¨²ltimo viaje por el hemisferio norte antes de la gran cita de Jap¨®n se mide a los dos referentes de las islas. Este s¨¢bado visita Londres (16.00 horas) para retar a Inglaterra, la selecci¨®n autoproclamada para derrocarles, y el d¨ªa 17 jugar¨¢ en Dubl¨ªn ante Irlanda, ganadora del Grand Slam en un inmaculado Seis Naciones.
Hasta su desplome en Edimburgo en una soleada tarde de febrero, Inglaterra aspiraba al t¨ªtulo de gendarme del norte. El XV de la Rosa comprob¨® por qu¨¦ nadie ha ganado nunca tres t¨ªtulos seguidos en un Seis Naciones y despidi¨® el torneo que se llev¨® en 2016 y 2017 en quinto lugar, su peor registro del siglo. Pese a la gira anual de los All Blacks por Europa, ambas selecciones no se miden desde 2014. El seleccionador ingl¨¦s, Eddie Jones, no esconde su intenci¨®n de tutear a su rival. "Su porcentaje de victorias es incre¨ªble. No hay otro equipo de otro deporte que consiga eso. Nunca me he enfrentado a una Nueva Zelanda que no espere ganar. Lo llevan en la sangre". Los ingleses se llevaron el pasado s¨¢bado un esforzado triunfo ante Sud¨¢frica (12-11). El seleccionador, con una plantilla muy joven, propiciada en parte por las bajas, recurre a Chris Ashton, que ser¨¢ titular con los ingleses cuatro a?os despu¨¦s. El pol¨¦mico zaguero ¨Cpor sus zambullidas al ensayar¨C se gan¨® el puesto ante los Springboks.
Los esfuerzos de ambas federaciones por organizar un encuentro el a?o pasado fueron en vano y su relaci¨®n se ha resentido despu¨¦s de que Brad Shields, capit¨¢n entonces de los Hurricanes ¨Cuna de las grandes franquicias neozelandesas¨C se cansara de esperar la llamada de los All Blacks ¨Cfue internacional sub-20¨C y aceptara la de Inglaterra. La plantilla inglesa no esconde que el tercera l¨ªnea es un informador privilegiado como excompa?ero del apertura Beauden Barrett, nombrado mejor jugador del mundo los dos ¨²ltimos a?os. Todo un reto t¨¢ctico. El vers¨¢til 10 no solo patea y dirige la orquesta, sino que es el jugador que m¨¢s tiempo porta el bal¨®n. La sucesi¨®n de Dan Carter no pudo ser mejor.
Jones, australiano, tiene en su haber victorias de prestigio ante los All Blacks a principios de siglo al frente de los Wallabies, pero los neozelandeses han perfeccionado su oferta tras pasarse 24 a?os sin ganar un Mundial. El equipo de Hansen gana de formas muy distintas, ha desarrollado hasta un nivel insospechado las fases est¨¢ticas como los saques de touch y ha hecho de su banquillo un arma nuclear, con un infinito fondo de armario. Tal es el flujo de promesas que Julian Savea pas¨® de ser el todoterreno llamado a superar las estad¨ªsticas de Jonah Lomu a desparecer de las convocatorias. Y Rieko Ioane, debutante el a?o pasado, est¨¢ nominado a jugador del a?o.
La falta de un rival de altura en su hemisferio puede debilitar a los All Blacks en Jap¨®n. Australia est¨¢ lejos de su pedigr¨ª, Argentina a¨²n quema etapas en su ascenso y fue Sud¨¢frica, vapuleada 57-0 el a?o pasado, que logr¨® este verano vencer en Nueva Zelanda por primera vez desde 2009 (34-36). En aquel choque, su toma de decisiones en los ¨²ltimos compases¨Cles habr¨ªa valido un drop para ganar y se empe?aron en ensayar¨C dif¨ªcilmente habr¨ªa sido la misma en un Mundial. No resulta menor la importancia de someter a ingleses e irlandeses. Como avisaba la leyenda austral Sean Fitzpatrick en un art¨ªculo publicado esta semana en The Guardian, una derrota al a?o es m¨¢s que suficiente para un equipo que solo contempla la perfecci¨®n. Su aura de invencibilidad depende de ello.
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