Un entrenador en la distancia corta
El celo profesional de Pedro Mart¨ªnez lo ha llevado a protegerse y tal vez a aislarse hasta resultar un perfecto desconocido para el gran p¨²blico, incluyendo tal vez a sus propios aficionados
Admirado Kevin*:
Me gustar¨ªa hablarte de la historia de Pedro Mart¨ªnez, un entrenador profesional en el baloncesto espa?ol los ¨²ltimos 30 a?os. La semana pasada fue destituido de su puesto en el Baskonia, equipo de la ciudad que organizar¨¢ la Final Four de la Euroliga, a la que supongo que alguna vez habr¨¢s asistido. Y si no lo has hecho, desde aqu¨ª te invito a que no te la pierdas. El show es parecido al de vuestro ¨²ltimo fin de semana universitario, pero el juego es de gente con toda la barba.
Pensando en Pedro, y en llamarle estos pr¨®ximos d¨ªas, me vino a la cabeza una historia que jam¨¢s me ha abandonado desde que la conoc¨ª. Corr¨ªgeme si me equivoco, pero debi¨® de suceder a mediados de tu carrera con los Boston Celtics, aunque yo al menos la escuch¨¦ tiempo despu¨¦s. Reflexionabas sobre tu relaci¨®n con KC Jones, el entrenador que os llev¨® a ganar dos anillos en la d¨¦cada prodigiosa del baloncesto NBA, y sobre el impacto que te produc¨ªa su manera de proceder en las victorias y en las derrotas del equipo. ¡°Un d¨ªa ya no pude aguantar m¨¢s ¡ªcomentabas a tu interlocutor¡ª, y le tuve que preguntar directamente; ¡®coach, ?por qu¨¦ s¨®lo vienes a consolarme en los momentos de las derrotas, y jam¨¢s te veo felicitarme personalmente cuando hemos ganado?¡± Su respuesta fue irreprochable. ¡°En esos momentos, Kevin, hay mucha gente acerc¨¢ndose a ti; no creo que me necesites¡±.
Adem¨¢s de dar una idea de la calidad humana de una leyenda de los banquillos de la NBA, la historia puede tener un reverso adicional, que me gustar¨ªa reflejar aqu¨ª; la soledad de un entrenador de ¨¦lite cuando las cosas en su equipo no funcionan. Me imagino a Pedro estos meses con el Baskonia. Lo imagino en un buen piso de una ciudad con gran calidad de vida, repasando mentalmente las semanas de trabajo por detr¨¢s, y anticipando las que estaban por venir. Con la sensaci¨®n ¡ªcomo casi siempre¡ª de que todo un proyecto empresarial y deportivo que no solamente depende de ¨¦l triunfar¨¢ con la ayuda y la participaci¨®n de muchos, pero podr¨ªa fracasar por su culpa. Lo barrunto compartiendo con la familia (en su caso de forma no presencial; me cont¨® hace a?os que la familia siempre se qued¨® en Barcelona cuando le toc¨® entrenar fuera) la importancia de las cosas del d¨ªa a d¨ªa, y quit¨¢ndosela a las cosas del trabajo. Pero no soy capaz, ni por asomo, de imaginar a ninguna figura como tu KC Jones en su entorno.
Se suele escuchar frecuentemente que la soledad del m¨¢nager va impl¨ªcita en su cargo. Y tampoco caigamos en una excesiva ret¨®rica. Pero, ahora que no nos oye, d¨¦jame que te cuente como es coach Mart¨ªnez en la distancia corta. Sin micr¨®fonos delante lo he escuchado hablar de sus patronos, de sus jugadores (uno de ellos mi hermano Gonzalo), de sus ayudantes; fui testigo de una profunda reflexi¨®n sobre la estrella de su equipo cuando entrenaba en Valencia. Su celo profesional lo ha llevado a protegerse y tal vez a aislarse hasta resultar un perfecto desconocido para el gran p¨²blico, incluyendo tal vez a sus propios aficionados. Pedro nunca fue jugador de ¨¦lite, pero te garantizo que su respeto y admiraci¨®n por todos nosotros es similar a la que s¨ª fue capaz de transmitirte tu entrenador en Boston. Y ya puestos, d¨¦jame que practique un poco el inicio de nuestra conversaci¨®n pendiente; ¡°Pedro, todav¨ªa te debo la enhorabuena por la gesta de tu Liga con Valencia. Ahora estoy ah¨ª para lo que necesites¡±.
Gracias por los recuerdos.
*Kevin McHale fue jugador de Boston Celtics entre 1980 y 1993, y ha sido entrenador NBA (Minnesota Timberwolves y Houston Rockets) entre 2004 y 2015.
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