El Valencia es el gran reto del Madrid menos goleador del siglo

Los entrenadores suelen afirmar que ellos en las conferencias de prensa lo que pretenden es hablar de f¨²tbol. La realidad suele desmentir el clich¨¦. Sucedi¨® ayer en Valdebebas, cuando en medio de la marejada de preguntas que escarbaban en busca de las causas de la marginaci¨®n de Isco ¡ªasunto de pura gesti¨®n de personal¡ª el enviado de la web oficial del Real Madrid incurri¨® en la paradoja de proponer la cuesti¨®n que sac¨® a Santiago Solari del c¨®modo baluarte de negaci¨®n desde el que siempre replicaba que no hab¨ªa nada m¨¢s que decir. De pronto, alguien le propuso que explique c¨®mo har¨¢ para que el Madrid le meta un gol al Valencia, el equipo menos goleado de Primera, cuando este s¨¢bado se enfrenten en el Bernab¨¦u (20:45). La cuesti¨®n, de apariencia dulce, iba cargada de agua de fuego. No por nada este Madrid, despu¨¦s de 13 jornadas de Liga, es el menos goleador del siglo con apenas 20 tantos a favor.

Solari debi¨® hacer un esfuerzo de c¨¢lculo para esquivar el bulto al tiempo que ofrec¨ªa una respuesta simple a un asunto que no permite respuestas agradables ni mucho menos simples. ¡°Sabemos que el Valencia es un equipo muy organizado¡±, dijo, haciendo una pausa, como si meditara una salida; ¡°muy ordenado t¨¢cticamente, que ha sufrido muy pocos goles en contra [9]. Tendremos que basarnos en nuestros jugadores y su talento y acertar, y ser agresivos de tres cuartos de cancha hacia adelante¡±.

Julen Lopetegui, su predecesor, perdi¨® los nervios intentando introducir mecanismos que permitieran a estos mismos jugadores exprimir su talento goleador. No lo consigui¨® y lo pag¨® con el despido. Bale, Benzema, Asensio e Isco se estrellaron demasiadas veces contra los muros que levantaron los rivales. Esta ¡°din¨¢mica¡±, como la llam¨® Lopetegui, no fue sino una expresi¨®n de lo que los analistas de la comisi¨®n t¨¦cnica del club interpretan como una clara ca¨ªda del potencial de la plantilla tras la salida de Cristiano. Como dec¨ªa Alfredo di St¨¦fano, al equipo le falta gente que ¡°meta la pelota en la jaula¡±.

La gravedad del problema se aprecia en la factura del gol m¨¢s importante de cada partido: el que abre el marcador. El Madrid solo ha conseguido meter el primer gol con jugada elaborada en cuatro de los 17 encuentros que lleva disputados esta temporada en Liga, Champions y Supercopa. En ocho ocasiones el rival dio el primer golpe o el partido acab¨® en empate a cero. En las seis restantes, el primer gol no fue consecuencia de un modelo de juego, sino de circunstancias aleatorias favorables. Sucesivamente, el Madrid se apoy¨® en un penalti que ejecut¨® Ramos en Girona; una falta lanzada por Isco contra la Roma; un gol de Olivas en propia meta contra el Valladolid; un regate de Benzema a un rival al que le acababan de partir la nariz en Pilsen; y un pase de Fazio a Bale en Roma. Estas situaciones sirvieron para abrir defensas que el juego organizado parec¨ªa imposible de batir.

El d¨ªa m¨¢s alarmante

La progresi¨®n de los goles a favor del Madrid en la jornada 13? de la Liga desde la temporada 2000-2001 ha seguido una trayectoria progresivamente explosiva hasta caer m¨¢s bajo que nunca: 22, 29, 22, 26, 27, 21, 24, 24, 30, 30, 31, 33, 46, 32, 35, 48, 28, 36, 25, y 20 en este curso.

El clima en el palco del Bernab¨¦u nunca fue tan l¨²gubre esta temporada como tras ganar al Valladolid (2-0). Ese d¨ªa, con todo el empuje y la buena voluntad de los jugadores, el sometimiento del Madrid al juego propuesto por el rival puso en evidencia para los responsables del club que el entrenador no era la raz¨®n del declive. Hoy contra el Valencia el equipo vuelve a jugar ante su p¨²blico en circunstancias m¨¢s apretadas. A diferencia del Valladolid, el Valencia lucha por ocupar la cuarta plaza de la tabla, la que da derecho a la Champions.

El arte de cerrar todas las v¨ªas de acceso a la porter¨ªa de Neto es el ¨²nico arte que ha dominado a la perfecci¨®n el Valencia en lo que va de campa?a. Romper la resistencia es el gran desaf¨ªo de este Madrid. Para Solari, la tarea se antoja bastante m¨¢s complicada que rescatar a Isco del ostracismo.