El Atleti mexicano frustra el primer intento de ascenso de Maradona
El equipo dirigido por el argentino cae frente a la franquicia colchonera en M¨¦xico y tendr¨¢ que esperar seis meses m¨¢s para intentar llegar a la primera divisi¨®n con Dorados de Sinaloa
Maradona ha escrito su primera aventura aciaga en M¨¦xico. Su equipo, los Dorados de Sinaloa, fue derrotado en la final de la segunda divisi¨®n por el equipo sat¨¦lite del Atl¨¦tico de Madrid en M¨¦xico, el Atl¨¦tico de San Luis, y as¨ª pierde una oportunidad para asegurar un sitio en la primera divisi¨®n mexicana. Al Pelusa se le esfum¨® el primer t¨ªtulo que iba a ganar en su faceta como entrenador. Su respuesta al fracaso, tras el partido, fue intentar liarse a golpes con los aficionados que no se rindieron ante su figura y prefirieron burlarse de ¨¦l.
El ¨ªdolo argentino vio la ca¨ªda de sus pupilos desde uno de los palcos del estadio Alfonso Lastras. Una ri?a con el entrenador rival y con el cuarto ¨¢rbitro en la final de ida desencaden¨® en su expulsi¨®n. Al estratega argentino le qued¨® dar algunas indicaciones a su mano derecha, y tambi¨¦n campe¨®n del mundo en 1986, Luis Islas. Con un peque?o radio intentaba rescatar a su equipo que perdi¨® 4-2 (4-3, en el marcador global).?
El sistema del ascenso en M¨¦xico ha desconcertado a Maradona. El f¨²tbol mexicano divide una temporada regular en dos torneos. Para conseguir un boleto en primera divisi¨®n, los clubes deben ganar ambos cert¨¢menes. Si dos clubes distintos ganan esos dos torneos se enfrentar¨¢n en una gran final. El Atl¨¦tico de San Luis tiene asegurada esa oportunidad, a los Dorados de Sinaloa les quedar¨¢ ganar el siguiente campeonato.
Un furibundo Maradona impregn¨® optimismo y ganas de triunfo a unos Dorados que, antes de su llegada, no le ganaban a nadie. Hab¨ªan hilado tres empates y tres derrotas. La inesperada llamada de auxilio al Diez fue desconcertante en M¨¦xico: nadie esperaba su llegada a segunda y menos a Culiac¨¢n, una plaza de alta tensi¨®n en el pa¨ªs debido a las huellas del narcotr¨¢fico. La meca de uno de los mayores capos de M¨¦xico, la de Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, recibi¨® con pocas expectativas al campe¨®n del mundo en 1986. El argentino fue displicente con cada una de las cr¨ªticas que atajaba."Si la afici¨®n est¨¢ con nosotros, m¨¢s lo que le puedo inyectar, va a ser bravo ganarnos", advirti¨® en su primera conferencia de prensa. En m¨¢s de tres meses cosech¨® ocho victorias, dos empates y tres derrotas, la ¨²ltima la m¨¢s dolorosa para el Pelusa.
El espect¨¢culo Maradona tuvo la atenci¨®n del mundo no tanto por sus haza?as como estratega sino por su exagerado regocijo en cada uno de los goles de sus futbolistas y por sus incendiarias declaraciones sobre Messi: "es in¨²til hacer caudillo a un hombre que va 20 veces al ba?o". Sus conferencias de prensa iban cargadas de frases sin acabar o unas repetitivas muletillas. Cada semana El Diego insist¨ªa "no viene a veranear, vine a trabajar". En algunas de sus entrevistas destacaba m¨¢s por sus muletillas y sus frases inacabadas. "?Has callado bocas, Diego?", le pregunt¨® un periodista de la cadena ESPN -la misma que transmiti¨® sus juegos con tanta promoci¨®n como a los Lakers-. "La tuya, por ejemplo", replic¨® el Pelusa antes de que pidiera que sacaran al reportero del campo.
En la final, Maradona se cans¨® de insultar a la nada, de los fallos de sus jugadores que fueron apaleados pese a tener el partido ganado desde los primeros minutos y la voltereta dej¨® sin esperanza a Dorados. El futbolista que enamor¨® a N¨¢poles sufri¨® con su equipo hasta la pr¨®rroga, pendiente de sus pupilos y de un vaso de refresco para calmarle los nervios. Los jugadores terminaron rendidos en el c¨¦sped con el lamento de fallarle, a El Diez. En los pasillos del estadio, Maradona fue despedido con un s¨®rdido grito de "?Maradona se la come!". El ¨ªdolo argentino solt¨® un par de pu?etazos e insult¨® a cuanto hincha pudo. Esta noche Maradona se fue con una extra?a medalla de segundo lugar.
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