El penalti de Delem
Roma, portero de Boca, detuvo una pol¨¦mica pena m¨¢xima a River en 1962
Muchos a?os despu¨¦s de retirado, Antonio Roma hizo una gira por Asia con su mujer. En Israel se le acerc¨® un franc¨¦s que chapurreaba el espa?ol:
¡ª?Es usted Antonio Roma, el portero argentino?
¡ªS¨ª, se?or.
¡ªY d¨ªgame, ?es cierto o no que se adelant¨® en el penalti de Delem?
Hasta tan lejos, en la distancia y el tiempo, se encontr¨® Roma los ecos de su jugada m¨¢s famosa, el penalti que le par¨® a Delem el 9 de diciembre de 1962. En Argentina a¨²n se da vueltas a la jugada.
Era la pen¨²ltima jornada y Boca y River iban empatados a 39 puntos. Se daba por seguro que el que ganara ser¨ªa campe¨®n. Boca no lo era desde 1954; River, desde 1957. El f¨²tbol argentino estaba alica¨ªdo tras sus fracasos en los Mundiales de 1958 y 1962, y esos a?os sin t¨ªtulos de River ni de Boca contribu¨ªan a deprimir el ambiente. El desconcierto fue tal que llegaron a llenarse de extranjeros. Hubo un Cl¨¢sico en el que 10 de los 22 jugadores lo fueron. River lleg¨® a tener una delantera de cinco extranjeros, entre ellos el espa?ol Pepillo. Ahora la moda remit¨ªa. Para este Cl¨¢sico solo hab¨ªa cuatro, todos brasile?os: Orlando y Valentim, en Boca; y Delem y Roberto, en River. Orlando y Delem eran ¨ªntimos. Sol¨ªan cenar juntos los matrimonios.
La AFA design¨® para arbitrar el partido a Nai Foino, un veterano cerca de la retirada, que curiosamente nunca hab¨ªa pitado un Cl¨¢sico. Era grandote: 1,82m y 95 kilos. El partido empieza con tanteo y pierna fuerte. En esas, en el minuto 14, Echegaray, defensa de River, intercepta un pase largo y lejano de Marzolini. En lugar de salir jugando, opta por ceder a Carrizo, pero Valentim adivina la intenci¨®n, se lleva la pelota y Carrizo, en su salida, le derriba. Nai Foino se?ala inflexible el punto de penalti. La Bombonera canta: "?Tim. Tim, Gol de Valentim¡!". Nadie duda de que har¨¢ el gol. Era fama que Valentim ten¨ªa al legendario Carrizo de hijo, como se dice por all¨¢. Le hac¨ªa goles siempre. Y esta vez no pudo ser menos: bal¨®n para un lado y Carrizo para el otro. 1-0 para Boca.
Queda mucho partido y ser¨¢ un tost¨®n. Boca se cierra, River ataca con constancia y sin gracia. Mucho c¨®rner, mucho bal¨®n alto, que Roma descuelga con facilidad. Alg¨²n remate peligroso, cada tanto, y Roma siempre est¨¢ ah¨ª. En el 80, la grada de River se enfurece, porque Silvero ha derribado a Artime cuando entraba en el ¨¢rea de Roma, y el ¨¢rbitro saca la falta fuera. Se tira sin consecuencias. Pero en el 84, hay un bal¨®n desde la derecha al que entra Artime en plancha y el Cholo Simeone (nada que ver con el nuestro), salta con ¨¦l y le desplaza. Parece menos penalti que lo anterior, pero algo le deb¨ªa de estar royendo al de negro. Quiz¨¢ compens¨®.
"No te retir¨¦s con esta cagada"
Ahora es Delem contra Roma. El meta est¨¢ en su gran tarde. Se concentra. Delem est¨¢ muy golpeado (perder¨¢ la amistad con Orlando por todo lo que le peg¨® ese d¨ªa), pero es el m¨¢s fiable de River. Roma le ha estudiado por fotograf¨ªas. Delem es un diestro que suele lanzar en la suerte natural, a la derecha del portero, por abajo y muy colocado. Roma piensa que en un d¨ªa as¨ª no arriesgar¨¢, que har¨¢ la suya. Delem avanza hacia el bal¨®n y Roma de un salto visible hacia delante, achica dos metros, y ah¨ª est¨¢ cuando Delem dispara¡ hacia donde Roma sab¨ªa. Se estira y toca el bal¨®n, que queda suelto, pero antes de que Delem se rehaga, lo manotea con tal fuerza que lo manda casi hasta el bander¨ªn de c¨®rner, cerca del cual sale del campo.
El meta se adelant¨® mucho en el lanzamiento de un cl¨¢sico decisivo para ganar la liga
Y se organiza un pandem¨®nium. Todo River rodea a Nai Foino, exigi¨¦ndole que lo haga repetir: ¡°?No vio? ?Se adelant¨® dos metros!¡±. ¡°?Escuch¨¢, viejo, no te retir¨¦s con esta cagada, rectific¨¢!¡±. ¡°?Es una locura! ?C¨®mo pod¨¦s decidir as¨ª un t¨ªtulo¡?¡±. Empiezan a saltar aficionados, algunos a abrazar a Roma, otros al humo de la discusi¨®n. Tambi¨¦n fot¨®grafos, a los que curiosamente la polic¨ªa sacude olvid¨¢ndose de los propios hinchas, que llegan a ser cientos. Uno de River se llega al corro de Nai Foino y este, que le ve las intenciones, le recibe con un pu?etazo tremendo que le tira patas arriba.
Desde su talla y su volumen, se impone por fin a los jugadores de River: ¡°?Aire, aire!¡±. ¡°Les pito un penal en la Bombonera a seis del final, lo fallan ?y quieren que lo repita? ?Penal bien pateado es gol! ?Penal bien pateado es gol! ?Penal bien pateado es gol¡!¡±. As¨ª hasta que se los quit¨® de encima.
Hicieron falta 11 minutos para despejar el campo y sacar el c¨®rner, que, como tantos, descolg¨® Roma, el h¨¦roe de la noche. Se jugaron los seis minutos restantes, sin m¨¢s. Boca gan¨® 1-0. El domingo siguiente se proclamar¨ªa campe¨®n.
Roma recibi¨® much¨ªsimos regalos. De Alberto J. Armando, presidente de Boca, el mejor: un coche cero kil¨®metros. Pero pas¨® el resto de su vida contestando preguntas sobre el penalti de Delem.
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