Demb¨¦l¨¦ despierta en el Camp Nou
El Barcelona y el Tottenham se clasifican para los octavos de final en un partido presidido por el excepcional gol del delantero franc¨¦s
Habr¨¢ que revisar quiz¨¢ el libro de la Masia y puede que hasta el c¨®digo ¨¦tico del Bar?a. El manual de Ousmane Demb¨¦l¨¦ atenta contra la moral del propio Barcelona. Tambi¨¦n se puede triunfar en el equipo azulgrana sin ser un joven modelo de rectitud y moral ni un futbolista fichado de un equipo que juega como el barcelonista o porque se parece a Iniesta, Xavi, Busquets o Messi. No se trata de renunciar a los valores y el estilo azulgrana sino de correr el riesgo de dar cabida a un rebelde franc¨¦s que abate sin remisi¨®n a los rivales y contradice el modelo Bar?a.
El reto es may¨²sculo porque al acad¨¦mico, recto y racional Bar?a de Messi le ha salido un futbolista travieso que se llama Demb¨¦l¨¦. Las multas que le pone el club por su impuntualidad son tan gordas y reiterativas como sus goles, punto y final de jugadas extraordinarias, propias de un velocista con piernas de gimnasta y pies de yudoca, en cualquier caso muy particulares por su cambio de ritmo, regate y pegada, imposibles de defender para zagueros como Walker-Peters o volantes de la talla del estupendo Winks.
El gol de Demb¨¦le result¨® tan extraordinario, por el robo atropellado de la pelota en cancha propia, la aceleraci¨®n hasta el ¨¢rea rival, el doble recorte o si se quiere el regate largo y el tiro que al partido le cost¨® tomar vuelo e inter¨¦s por m¨¢s meritoria que fuera la actuaci¨®n azulgrana, y muy especialmente del meta Cillessen. Hasta Demb¨¦l¨¦ se equivoc¨® reiteradamente y perdi¨® el bal¨®n cada vez que intent¨® repetir la jugada del 1-0. Aunque evoc¨® al tanto de Ronaldinho contra el Sevilla en la noche del gazpacho, Demb¨¦l¨¦ pareci¨® por un momento Usain Bolt, por r¨¢pido, por exquisito, por disuasorio, porque parec¨ªa estar solo en la cancha, genio y figura del Camp Nou.
Tiene suerte Demb¨¦le de que su entrenador sea Valverde. El franc¨¦s es escrutado como futbolista y como fen¨®meno social, tal que fuera una bomba de relojer¨ªa en el vestuario, un joven futbolista que pone a prueba la profesionalidad de un plantel al que se le supone una rectitud y moral contrastadas desde que es liderado por Messi. El 11 es un juvenil al que le gustan las pizzas, juega a la PlayStation, se divierte con su pandilla por la noche y por la ma?ana llega tarde al entrenamiento. Dembel¨¦ regatea al despertador como quebr¨® al Tottenham.
Jugaban los ingleses con una delantera de impacto: Eriksen, Dele Alli, Son y Kane. Y defend¨ªa el Bar?a con un cuarteto in¨¦dito y experimental: Cillessen, Lenglet, Vermaelen y Miranda. Necesitaba puntuar el equipo de Pochettino. Ten¨ªa que competir el Bar?a, ya en el bombo de los octavos, para que no se sintiera estafado el Inter. Ya descartado Luis Su¨¢rez, no jugaba Messi, ni Ter Stegen, tampoco Piqu¨¦ y Busquets y hasta descansaba Arturo Vidal. El foco estaba puesto en los j¨®venes Miranda y Ale?¨¢ y, por supuesto, en Demb¨¦l¨¦.
Y el franc¨¦s, protagonista de un serial agradecido porque facilita las portadas, llena las tertulias y enciende las c¨¢maras, abri¨® el partido con un golazo que dej¨® en el anonimato a Coutinho, a Arthur y hasta al estupendo Harry Kane. Aparentemente si hab¨ªa un partido en el que los ingleses ten¨ªan alguna posibilidad de ganar al Bar?a era ¨¦ste en el Camp Nou.
No le faltaban recursos a Pochettino, que recurri¨® a cuantos delanteros ten¨ªa despu¨¦s de que Valverde repartiera los minutos de medio centro entre Rakitic y Busquets. La hinchada, reivindicativa pol¨ªticamente, escrupulosa con el minuto de silencio en honor de N¨²?ez y estruendosa en su rechifla al himno de la Champions, rompi¨® a aplaudir cuando en la ¨²ltima media hora compareci¨® Messi. El 10 se descolg¨® mientras sus compa?eros se agrupaban ante el excelente Cillessen. Los azulgrana defend¨ªan con intensidad y concentraci¨®n las embestidas de un Tottenham que se encontr¨® fuera de la Champions cuando Icardi marc¨® para el Inter. El partido qued¨® reducido por algunos instantes a un mano a mano de Lucas Moura con Cillessen. El portero se exhib¨ªa, decidido a que el encuentro acabara 1-0 para honrar la genialidad de Demb¨¦l¨¦ y la deportividad del Bar?a. No se pod¨ªa dudar de su empe?o por doblegar al Tottehham.
Y, ya sin Demb¨¦le, apareci¨® Kane. Aceler¨® el ingl¨¦s por el costado izquierdo y le puso la pelota del empate a Lucas Moura despu¨¦s de un disparo al palo de Coutinho. A los dos les val¨ªa el empate a la espera de que no hubiera el gol agon¨ªstico de costumbre en San Siro. No marc¨® el Inter y por tanto el Tottenham acompa?ar¨¢ al Bar?a en la Copa de Europa despu¨¦s de un duelo protagonizado por el gol del d¨ªscolo Demb¨¦l¨¦.
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